-¡Tengo miedo joder! - exclamé - ¡Tengo miedo de que algo malo te pase,no quiero perderte! ¡No quiero volver a despertar sin ti,no quiero,por favor,no lo hagas!
-Tranquila,no me vas a perder, juro que no te desarás de mi tan fácilmente - susurró mie...
Nos mantuvimos en esa posición durante unos minutos. Nos separamos,él no dejaba de observarme fijamente, como si tuviera miedo de que en algún momento me fuese a romper.
—¿ Quieres que te lleve a tu casa? Tengo el coche aparcado en la entrada del bosque - me susurró suavemente.
Asentí suavemente mientras que miraba hacia el suelo. No era capaz de mirarle a los ojos después de aquella situación tan embarazosa. Stephen empezó a andar delante mía. Yo lo seguí, y detrás mía iba aquel perro que suponía que era de él. Caminamos entre aquellos grandes árboles durante una eternidad, hasta que llegamos hasta un audi r8 negro precioso situado debajo de un árbol más grande que todos los demás.
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Stephen rebuscó entre los bolsillos de su pantalón gris, de estos saco las llaves del coche. Abrió él la puerta derecha trasera y el perro corrió y se adentró. Luego fue hacia la puerta del piloto. Antes de abrir la puerta se detuvo en seco y levantó su mirada hacia mi.
—¿ No piensas montarte? - me preguntó mientras alzaba una ceja y señalaba con su mentón el coche.
Tragué saliva dificultosamente. ¿ Quería que me metiera en el coche con el perro situado en el asiento trasero? ¿¡ Estaba loco o qué?! Stephen seguía mirándome con aquella pose. Caminé con pasos seguros hasta la puerta del copiloto. Tragué saliva y me monté. A los diez segundos Stephen también se metió, me echo una ojeada y empezó a conducir. Al cabo de unos minutos ya estábamos aparcados en la puerta de mi casa.
— Gracias, por todo - balbuceé mirando hacia la puerta de mi casa.
Giré mi cabeza hasta Stephen. Este me observaba con el ceño ligeramente fruncido. Asintió con la cabeza y no dijo nada. Me quité el cinturón y salí del coche. Caminé,suspirando pesadamente. Sabía que en cuanto abriera la puerta mis hermanos me harían un gran interrogatorio. Stephen todavía seguía allí, esperando que yo entrara a mi casa. Iba a abrir la puerta cuando está se abrió ante mi. Levanté mi mirada y me encontré con unos ojos negros tan profundos y oscuros como la noche. Instintivamente retrocedí. Él seguía igual que cuando lo dejamos. Seguía igual de guapo. Seguía igual de misterioso. Seguía exactamente igual. Era él. Era Jordan. Mi ex. Mi hermano Matt salió detrás de él. Sonrió cuando me vio pero borro su sonrisa cuando vio el coche que estaba aparcado detrás mía.
— ¿ Estabas con él ? - me preguntó Matt seco y cortante.
En ese instante Stephen salió del coche y se situó al lado mía. Estaba tenso. Tenia la espalda notablemente contraída.
— Sí, estaba conmigo, ¿ocurre algo con eso? - preguntó con su sexy y ronca voz.
No me di cuenta, pero Stephen se colocó delante mía de forma protectora. Estaba de tal forma que no me permitía ver a mi hermano. Me hice a un lado y observé que Jordan tenía el ceño fruncido, que Matt se veía muy enfadado y Stephen estaba tenso y a la misma vez cabreado. Estaba muy nerviosa. Conocía a mi hermano, sabía que en algún momento él saltaría sobre Stephen y terminarían pegándose. Dylan salió de casa con el pecho descubierto.
— ¿ Qué es este escandalo? ¡No me dejáis dormir! - se quejó notablemente enfadado.
Tenía el pelo alborotado,lo que daba una señal que acababa de despertarse.
—Nada, yo ya me iba - dijo Stephen con la mandíbula apretada.
Empezó a caminar hacia el coche. Instintivamente lo seguí. Antes de que abriera la puerta del coche se giró. Se notaba que estaba muy cabreado.
— Lo siento, enserio, Matt es súper protector,y muy pesado, enserio, siento lo que a pasado. Te pido disculpas en nombre de mi hermano también. Lo siento enserio - lo dije todo de forma tan rápida que incluso me quedé sin respiración.
Stephen iba a decir algo,pero antes de hablar me delante y le di un beso en la mejilla. Él sonrió y me agarró de la cintura,impidiéndome moverme. Me dió un beso en el cuello y me dijo que nos veríamos. Se adentró en el coche y me dejó ahí sonriendo como una idiota. Estaba feliz. Muy feliz. Y la causa de esa gran sonrisa, era Stephen.
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