Diferente

Capítulo 31

Desperté en los brazos de Stephen.
Una sonrisa se apoderó de mi rostro tan solo recordar lo que sucedió en la noche.

Fue maravilloso,no lo cambiaría por nada,incluso volvería a soportar ese pequeño dolor otra vez si hiciera falta.

Quité el brazo del tatuado de encima mía cuidadosamente, haciendo que éste gruñera y se diera la media vuelta sin tan solo abrir ningún ojo.

Caminé descalza por la moqueta,hasta llegar al baño.
Levanté la taza del váter y me senté todavía algo dormida.
Lavé mis manos al terminar y caminé hacia la cocina.

Daniella, Lucas y Poll estaban desayunando en la larga barra americana de la cocina de Melissa.

Me serví unos gofres,aparentemente,hechos por Poll y me senté al lado de Daniella.

—¡Buenos días! -comentó con una sonrisa picara y un golpe de codo.

Fruncí el ceño sin saber de lo que me hablaba hasta que una idea se me vino a la mente.

El rubor se apoderó de mis mejillas sin poder evitarlo mientras,me mordía el labio nerviosa y avergonzada.

Daniella río y me abrazó.

—¡Tranquila chica! ¡Son cosas normales, además, no fuiste la única en tener fiesta esta noche! -comentó arqueando sus cejas.

Reí más calmada,dándole un golpe en el hombro con suavidad.

Stephen entró en la cocina,tiempo después con sólo los mismos pantalones de anoche.
Cogió un plato y lo adornó con gofres y sirope de caramelo.

Se sentó a la par mía, y procedió a zamparse su plato.

Al cabo de varios minutos,llegó Melissa, la que también se sentó a desayunar gofres.

Terminamos todos de comer,charlando entre chistes.

Entré de nuevo a la habitación, seguida de Stephen,para colocarme la ropa del bautizo.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? -preguntó Stephen preocupado,ayudandome a sentarme en la cama.

Eso hizo que me sacara una risa.

—Tranquilo, estoy bien,solo me duele un poco,pero puedo soportarlo -lo tranquilice.

Aún así, eso no hizo que se tranquilizara, debido a que prácticamente, no dejó que yo me vistiera para vestirme él, porque supuestamente,al hacer movimientos bruscos,podía llegar a dolerme.

—Oye -llamé su atención, haciendo que me prestara total atención- ¿Te dolieron mucho hacerte los tatuajes?

—Depende del sitio de donde te lo hagas y del tamaño que sea,¿por qué?

—Es que, desde hace tiempo,llevo pensando en hacerme un tatuaje, pero no estoy segura del todo,si me lo hago,¿vendrías conmigo?

—Sí,¡eso no me lo perdería por nada pequeña!

Su sonrisa ladina apareció contagiandomela.

—¡Pues vamos!

—¿Ahora?

—¡Sí!

Stephen río y asintió con la cabeza.

—Esta bien,como la princesa quiera.

Nos despedimos de los chicos,y salimos de la casa de la rubia.

Stephen me guiaba por las calles transitadas, hasta llegar a un pequeño centro.
Abrimos la puerta,y una vez dentro, el tatuado,saludó a una chica de detrás de una pequeña barra.

—¡Hey,Stephen! -respondió el saludo la chica.

Notaba que era alta,a pesar de estar sentada.
Tenía una piel blanquecina que resaltaba todos sus tatuajes y su pelo negro con mechas moradas en sus puntas.
Sus ojos azules combinaban con su camiseta azul cyan.

—¿Y Terryan?

—¡Oh! Pues ahora mismo,está adentro,no tiene a nadie hasta dentro de tres horas - dijo leyendo las anotaciones de una agenda de encima de la mesa - ¿Por qué?

—Mi chica se quiere tatuar.

La chica desvío la mirada hasta mi,frunciendo el ceño un segundo,para después sonreír algo asqueada.

Stephen pareció no darse cuenta, porque me agarró de las manos,y me arrastró hacia una habitación aparte,donde había un sillón negro,una mesa con papeles encima,una lamparita blanca,y un hombre de unos treinta y pocos sentado en una silla.
El hombre levanto la vista,y sonrió hacia mi chico.

—¡Stephen, hombre! ¿Qué te trae por aquí?

—Mi chica se quiere tatuar,además,es su primer tatuaje.

El chico me miró, y sonrió aún más.

—¡Vaya,pero mira que chica más guapa! Bueno,pues ven,vamos primero a crear un boceto para después tatuartelo.

Nos sentamos ambos,mientras Stephen se mantenía de pie en una esquina.

Le dije al hombre como quería mi tatuaje,dónde, y las dimensiones.
Procedió a dibujarlo, y hecho eso,hizo que me tumbara encima del sillón boca abajo,para tatuarme en la parte del tobillo por detrás, un pequeño girasol.

El dolor era muy leve,pero dolía.

Al cabo de veinte minutos,tenia mi tatuaje listo al fin.
Me levanté y me coloqué en frente de un espejo, para poder ver el resultado.

Stephen se colocó detrás mía observando lo que me acababa de tatuar .

...