Diferente

Capítulo 12

—¿Dónde éstas? -se notaba la tensión en mi voz desde varios kilómetros.

—En un bar con unos amigos. Llamaba para decirte que no dormiré en casa.

—El tío Flinn está en casa.

Stephen seguía mirándome atentamente con sus manos en mi cintura,mientras que hacia círculos con sus dedos sobre mi blusa.

—¿Qué hace allí?

—No lo sé, me ha llamado diciendo que donde estaba,y por qué la casa estaba sola,después le he colgado.

—Seguramente el viaje de papá y de mamá se habrá alargado,y él estará ahí para que no hagamos nada -escuché como suspiraba -¿Estás con Matt?

—No... No sé donde está.

—Vale,le llamaré para decirle que si va para casa,que no ses borracho por lo menos. Hasta mañana,te quiero renacuaja.

—Hasta mañana,yo también te quiero mastodonte.

Dicho esto colgué. Stephen estaba tenso, cuando dije "también te quiero", me apretó aún más contra él. Gruñó.

—¿Quién era? -se notaba que estaba molesto.

Reí suavemente mientras que dejaba el móvil sobre la mesa y acaricia el cuello del tatuado.

—¿Celoso?

—Puede. Ahora dime,¿con quién hablabas? -parecía un niño pequeño haciendo un berrinche porque no tenía el juguete que quería.

—Mi hermano Dylan,no dormirá en casa esta noche.

Stephen se relajo y su agarré se soltó un poco.
Volví a atacar su boca,y Stephen lo recibió gustoso.

—Eres mía, solo mía -dijo en un susurro entre beso y beso.

Sonreí inconscientemente por aquellas palabras.

—Eres mío, solo mío -susurré de la misma forma que él lo había hecho.

Él sonrió y se acercó lentamente hacia mi boca. Rozó nuestros labios.

—Solo tuyo pequeña -dicho esto unió nuestros labios en un beso desesperado.

Después de una larga sesión de besos, le pedí que si me podía llevar a mi casa.
El tatuado gruñó y se negó.

—Por favor -hice un puchero mientras que unía mis manos.

—¿Por qué no te quedas aquí?

—Mi tío está como loco en mi casa,por faaaaaa.

—Esta bien,esta bien -dijo mientras que suspiraba.

Me levanté de su regazo y empecé a temblar de frío, sus brazos me daban calor,y no me había dado cuenta de que lo fría que era la noche.
El tatuado se levantó y camino hacia una sala. Al cabo de unos minutos salió con una sudadera entre sus manos.
La miré extrañada. Me tendió la sudadera.

—Hace frío, y no quiero que cogas un resfriado,es la sudadera más calentita que tengo.

—Gracias -agradecí mientras que le sonreía y me colocaba la sudadera.

Me quedaba por los muslos y me sobraba media manga. Era negra sin ningún dibujo,tenía un gorro,y realmente era calentita.
Stephen cogió las llaves del coche y bajamos nuevamente por el ascensor.
Al llegar abajo,el mismo hombre nos saludó y sonrió muy amablemente.
Le devolví la sonrisa mientras que Stephen me agarraba por la cintura.

Nos montamos en su coche,puso la calefacción y el calor empezó a inundar el auto. El camino hacia mi casa me la pase cantando las canciones que salían en la radio,mientras que Stephen me miraba y sonreía, el tatuado tenía su mano derecha descansando sobre mi pierna, mientras que yo le hacia masajes en ésta.
Llegamos a mi calle en unos minutos.