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Los alfas suelen ser posesivos, celosos, gruñones y demás pero... Jungkook jamás lo fue...o no a tal grado de alejar a esa persona para no estuviera con aquella que le gustaba.

Justo así en el día de ayer, en el parque de diversiones.

Ese día en el que resultó uno bueno hasta en la noche. Porque lo pensó y lo dijo dentro de sí. Que ese Omega dulce y bonito. Sería suyo. Porque ahora no podía pensar más que en un futuro, uno bueno.

Resultó su compañía ser tan buena, que tan solo pensar en que podría irse...le dolía demasiado.

Investigó al principio varias casas y departamentos, incluso para compartir. Porque se suponía que era temporal su estadía en su casa. Pero cuando lo aceptó. Cuando por fin pudo aceptar que le gustaba a pesar de tener esposa, que no podía evitar querer incluso a sus hijos. Dejó de buscar. Dejó de un lado el que tuviera que irse. Porque ahora quería conquistarlo y no era fácil. Pensó en flores, chocolates, ropa pero ya no había porqué hacerlo. El Omega también estaba rendido a lo que sentía y ahora era mutuo.

Quería protegerlo, quería amarlos, quería saber las de él. Sus secretos. ¿Dónde estaba el alfa de sus hijos? ¿Por qué era tan jóven?

Sólo le llevaba cinco años...no era mucho ¿O sí? No, pero a veces las edades no hacen la diferencia, sino la madurez y la experiencia.

Jungkook no padeció como Taehyung. Sus errores se pudieron arreglar pero los de él no.

Jamás pasó todo un año sin cenar para que alguien más lo hiciera. Jamás trabajó horas extras por necesidad.
Nunca lavó en el frío. Tampoco vió su casa casi cayéndose.
No escuchó chismes tan hirientes como los suyos.

No, nada de eso pasó Jungkook, pero no era razón para que él mismo quisiera arreglar todo eso. Después de todo sí vida segura pero monótona le aburría todo el tiempo.

Casa, trabajo, casa, trabajo y en la espera de que un día llegará su esposa y se fuera al siguiente.
Casi no hablaban por teléfono. Era muy de vez en cuando. Al principio le preocupó pero luego se acostumbro a no saber nada de ella hasta que llegará y le contara todo lo que le pasó en su viaje...y él...bueno, no podía contar mucho.

Existen unos días especiales, otros aman, otros odian. En el caso de Jungkook y Taehyung los odiaban.

El celo, donde podían ser los mejores días o los peores.

Para el Omega significaba estar encerrado en casa con calentura y dolores por no tener para supresores. A veces Choi juntaba dinero extra o de sus ahorros y se los compraba pero si no eres así, remedios caseros era lo que le esperaban.

Para Jungkook, era algo normal, mucho supresor para poder pasarlo sin ningún problema y cuando los tenía. Se aguantaba porque la que se supone que es su compañera, no estaba pero debía respetar su trabajo.

Al final, ese celo llegó. Domingo por la mañana. Se levantó y su cuerpo ardía. Una erección se notaba entre las cobijas.

Suspiro de alivio al ver que Tae ni los niños estaban en la cama "¿Pues qué hora es?" Se preguntó y reviso. Casi el medio día, cómo es que pudo dormir tanto. Puede que haya venido muy cansado del parque.

Antes de ir abajo fue directo a la ducha casi fría para que de le bajará y pudiera seguir su día normal. Y por el momento funcionó, se puso un shorts y se dejó el torso descubierto hasta que sus fosas nasales presenciaron un aroma que le fascina a su lobo y podía volverlo loco incluso sin estar en celo. Y ahora que lo estaba...no quería imaginarse lo que podría pasar.

Hysteria |Kookv|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora