Hysteria |Kookv|

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Si alguien le dijera a Taehyung que un simple trabajo de limpieza terminaría por enamorarse del dueño de la casa y además se alojaría bajo su techo. Hubiese dicho como siempre "Eso sólo sucede en las películas" 

El mundo entre alfas y omegas era complicado por los instintos de sus lobos, pues solían predominar más que la parte humana.

Lo correcto, era un balance y relación el lobo interno que cada uno tenía. Lamentablemente eso era difícil y se les dejaba libres de manera involuntaria. 

Pero el momento donde menos se podía controlar a un lobo era con el alma gemela. Todos tenían una; Claro, no todos la encontraban.
Su lobo podría alterarse o entrar en desesperación cuando se hallaba esa persona ya que buscaba su aprobación, cariño y afecto para que no se fuera y entrar en una profunda depresión.

Una pareja predestinada podría estar del otro lado del mundo y por asares del destino jamás se encontraría. Se puede ser feliz y enamorarse de otra persona pero el deseo y la necesidad no se podían comparar con los de esa media naranja y quisieran o no. Los lobos proclamarían a la otra persona, aún si no fuera la destinada. Puesto que la parte humana está conectada.

En varias ocasiones las parejas era entre alfas y beta. Poco común, pero existían, y la mayoría de estas eran predestinadas. Porque por instinto los omegas y los betas no de sentían atraídos por ellos.

El  lugar y el tiempo no es exacto. Esa persona especial llegaría en cualquier momento, cundo menos se busque, cuando menos  se deseé.

Vendría, quizás no se quedaría un tiempo pero al final volverían, porque una pareja predestinada se necesitaba estar junta. Muchos lo llamaban ahora "el amor verdadero" ó "el destino". Al final, significaba lo mismo y aun que fuera poca la gente que creyera en eso. Era real.

Y Taehyung pensaba que eso, sí era de una autentica película. Jamás llegaría alguien para solucionarte al vida, o como mínimo. Que le hiciera saber que su vida no era tan mala. 

Pero de nuevo ahí estaba, a lado de un alfa sentado en un avión que sólo en sueños alguna vez se subió en uno. ¿Qué había hecho para merecer eso?

Sus hijos aún dormían al igual que el mayor. Los tres eran una ternura ante sus ojos. Le resultaba gracioso que todos tuvieran la boca un poco abierta. Y los veía con una ternura tan grande que forzaba a sus ojos no desviarse constantemente para mantener la vista en ellos. 

Al menos, un minuto si pudo mantener sus ojos en esa escena, para volver a la mirada juguetona que iba desde el suelo hasta una venta, y desde esa ventana a los pasajeros. Como personas que se ponían nerviosas o ansiosas; estaba mirando a todos lados como locos incluso sólo volteando nada más las pupilas. 

Así es como se veía el omega todo el tiempo, a todas horas. Desde que amanece hasta que anochece. Sin mantener los ojos  por mucho tiempo encima de alguien. Pero hacía el mayor esfuerzo para mirar a Jungkook como cualquier otra persona.

Se esforzaría al escuchar su voz en vez de todo el sonido de su al rededor, no importaba si fallaba siempre.

Se esforzaba en concentrarse para que el aroma de Jungkook lo embriagara. Porque odiaba estar en el exterior y todos los aromas fueran delicados a su olfato y se mezclaran todos, incluso tantos aromas le llegaban a marear. Si la gente percibía el olor de los alfas y omegas como algo normal, él sentía como si cada uno de ellos estuviera en su celo. Cada día era así.

Y en ese avión encerrado tantas horas, le era peor por no pode abrir las ventanas. De ida estuvo dormido casi todo el camino pero ahora de regreso le estaba costando trabajo. Quería distraerse en algo pero no podía. Su nariz parecía volverse incluso más sensible.