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-Y...¡OH NO! ¡TIENES MUCHA SUERTE NO ES JUSTO!-

Taehyung había tirado los dedos y para su buena suerte, como le había dicho Jeon, el número lo hizo caer a una escalera y llegar al número cien.

-¡Sí!- El Omega alzó las manos en victoria. Cuando su ficha llegó a la casilla dió pequeños brincos en la silla de la mesa principal.-¡Gané! ¡Gané!-

Jungkook miraba con una sonrisa y encanto en los ojos a ese chico que sonreía de forma geométrica, lo hacía auténtico pensaba. Aprovechaba esos esos pequeños instantes donde Taehyung reía o simplemente sonreía de verdad y no por obligación. Le tranquilizaba saber que con el al menos no sonreía por compromiso.
Un Omega que sonreía mayormente con sus hijos de vez en cuando mostraba esa brillante sonrisa en su presencia. Y con tan sólo esa sonrisa que a pesar de no ser dirigida para el, le fascinaba verla y mejor era cuando ahora sí era el la que la provocaba.
Ojalá pudiera verla más seguido. La mayoría del tiempo de mantenía serio o si no nervioso, ya era menos, claro. Podía notar una diferencia de su nerviosismo desde que estaba durmiendo bajo su techo.

El Omega vió que Jungkook ya no pronunciaba ninguna palabra, tal vez estaba triste por no haber ganado...
Agarró la ficha del alfa y la colocó junto a la suya, volviendo así ganador también a el.

-Ahora no estás...solito-

¿Podía ser alguien más tierno que este omega? No, no existía para Jungkook. Era increíble que lo gentil que puede ser y algunas acciones, como la que acaba de hacer, eran de un niño, un niño con el corazón más puro del mundo. Estaba seguro.

Llevaban bastante tiempo con un juego de mesa mexicano, serpientes y escalera. Si llegaban a caer en una escalera subías unas casillas pero si era serpiente, te hacía bajar. En ese simple juego pudo comprobar el leve retraso mental de Taehyung, se equivocaba por algo simple pero volvía a intentarlo. Se iba por donde no iba la secuencia pero con una gran amabilidad le corregía su error y seguían jugando.

-Tae...ya es hora-Hora de ir por Jackson a la escuela. Lo sabían los dos, recogieron todo, las piezas y el juego en su lugar. Tenía ganas de enseñarle a sus hijos a jugar, puede que a ellos no se les complicará como a el; sí, quería jugar con sus hijos pero también deseaba que Jungkook jugará con ellos, sabía que no sería lo mismo sin él.

-Jung...kook-Llamó su atención desde el marco de la puerta, el alfa estaba a un paso suyo. Pensó de nuevo si debía o no decirle. Estaba consiente de que Jungkook trabajaba casi todo el tiempo y cabía la posibilidad de que este perdiendo horas de sueño o dinero por comer con ellos, jugar a veces con los niños, ir por Jackson en la escuela...El tiempo que estuvo trabajando en su casa antes de venir ahí, no lo vio comer ni una sola vez, tampoco desayunar...¡Era cierto! Ellos se levantaban temprano, desayunaban sus hijos y el, por supuesto pero Jungkook...un café nada más. Se negó a que le dieran algo más todas las mañanas y se iba directo a su oficina, siempre dejaba la puerta abierta por si algo sucedía.

Respiro hondo y retomo sus palabras en la boca -¿Volve...Volveremos a jugar?-

-Claro que sí...las veces que quieras-

...

-Tengo una especulación sobre eso...creo que se lo debe estar follando-

-Yo digo lo mismo, digo ¿De la nada llega en carro con un alfa así? A parte su olor cambio...es más dulce...más tranquilo?-

-¿Creen que debió marcarlo?-Se metió a la conversación otra señora, mamá de uno de los niños del salón de Jackson. Algo que a la gente el encanta es criticar, saber la vida de los demás y burlarse de ellas si podían. El omega y padre que más llamaba la atención era Taehyung, Hace más de dos semanas que llegaba en carro por su hijo, ahora era lo mismo pero tomaba otra dirección cada día. Se corría el rumor de que era su nuevo alfa, el olor lo delataba, era atractivo y se veía de una economía estable.

Hysteria |Kookv|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora