Capítulo 25.

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  Auden.
-La paciente Mery ha sobrevivido a la cirugía, y ya está estable.-dice el doctor con expresión aliviada.
  -Gracias doctor, ¿podemos pasar a verla?-digo.
  -Por supuesto.-dice asintiendo a la vez que nos lo autoriza.-Pero tienen que saber que si algo pasa cuando despierte de la anestesia me tienen que avisar.
  Entro corriendo a la habitación y veo a Mery contactada a muchas máquinas dormida aún. Me siento a su lado a esperar a que despierte.
  -Cariño estoy en casa.-digo al dejar la chaqueta encima de la silla bien puesta para que no se estropee.
  -Hola mi amor.-viene Mery hacia a mí y me abraza.-¿Qué tal tu día?
  -Bien mi amor.
  En ese instante, sale Justin de la habitación abrochándose los vaqueros y sale de casa dándome una sonrisa burlona.
  -¿Qué ha pasado Mery?-le digo totalmente enfadado y preocupado.
  Su expresión se vuelve triste por un instante pero se recompone rápidamente. Me estoy temiendo lo peor ahora mismo.
  -Auden, perdóname.
  Cuando le iba a preguntar que por qué le tengo que perdonar, un disparo.
  En ese instante despierto, consciente de que ha sido un sueño. Me seco el sudor acumulado que tengo en la frente y me recompongo en la silla. Mery sigue dormida, de modo que sacó el móvil.
  -¿Qué tal va todo?-veo un mensaje de Emery.
  -Por ahora bien, esperando a que nos digas si Mery despierta.
  -Tranquilos, si lo hace os aviso.
  De repente, un gemido lastimero suena en la habitación, y eso me indica que Mery está despertándose.
  Abre los ojos levemente, los vuelve a cerrar y vuelve a abrirlos. Abre los ojos como platos mirando al blanco techo de la habitación, los vuelve a cerrar y a abrir pero de repente sus ojos se cristalizan. Le doy la mano pero ella la aparta.
  -¿Quien es?-pregunta.
  -Mery, soy Auden. ¿Qué te pasa?
  -No... no veo nada, veo en negro.-empieza a llorar lo más fuerte de lo que ella imaginaba que lloraría jamás.
  Salgo de la habitación sin siquiera despedirme y voy corriendo a buscar al doctor.
  -Doctor, Mery se ha despertado ya pero ella no ve nada.-digo desesperadamente rápido.
  -Me suponía que esto podría pasar.-dijo el doctor suspirando pesadamente.
  -¿Cómo que se lo suponía?-digo ya bastante enfadado, no con el doctor ni con Mery, sino conmigo mismo, por no poder proteger al amor de mi vida, la razón de mis sonrisas y de mis suspiros.
  -Al dispararle y caer, se dio un golpe muy fuerte en la cabeza y puede eso desencadenar una ceguera, no sabemos con exactitud si algún día recupere la vista o si hay que operar para intentar recuperar la visión.-dice con franqueza.
  -¿Le harán alguna prueba?-digo.
  -Sería lo conveniente, iré ahora mismo a su habitación para prepararla para empezar las pruebas.-dice y se va, dejándome con el corazón en un puño preparándome psicológicamente para esta situación.
  Horas más tarde el doctor pide hablar conmigo en su despacho, en esas horas que han pasado no me han permitido estar cerca de ella.
  -Seamos francos-dice el doctor-, Mery no recuperará la vista a menos que hagamos una operación.
  Asiento y salgo de esa sala donde ya me está faltando el aire y vuelvo a la habitación de Mery, ella no me ve entrar pero si me lo nota.
  -Auden no estes triste, saldrá bien la operación y todo esto pasará mi amor.
  Me acerco a ella, le toco la mejilla con la mano y me aproximo a sus labios. Pocos segundos después unimos nuestros labios en un dulce beso, tierno y con cuidado.
 

¿Qué pasó con los hijos de Hessa? #wattys2019 #OmegaAwards2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora