Soy lo que soy por ti

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La casa de Kou está lejos, sus libros pesan, los mios también y estoy cansado. Pero a pesar de todo voy dando saltitos y sonriendo como un idiota. ¡Que alguien me explique por qué!

Llego a su casa. Me recuerda un poco a la de Kioko. Ambas son casas caras.

Llamo al timbre. Una mujer de unos 40 años abre la puerta.

—¡Hola! Bienvenido. Eres Hiro, ¿verdad? El profesor me ha avisado de que vendrías. Muchas gracias por molestarte en traerle los libros a mi hijo.

—No hay por qué darlas.

—Eres muy amable. Ojalá mi hijo aprenda un poco de ti. Su habitación está al final del pasillo. Adelante, pasa.

—¿Quién es querida?

—Un compañero de clase de tu hijo. Ha venido a traerle los deberes.

—Bien.

Parece un hombre serio. A diferencia de su expresiva mujer, él no expresa sentimiento alguno.

—Ésta es su habitación. Pasa. Yo iré a la cocina. Si necesitáis algo, estaré ahí.

Entro en la habitación. Silenciosamente, dejó los libros sobre una mesa.

Miro hacia la cama. Veo a Kou tapado hasta arriba. Solo se le ve la cabeza. Es algo adorable. Tiene la cara muy roja, puede que por la fiebre. Es la primera vez que lo veo así. Parece tan vulnerable...

Me agacho y me siento en el suelo, para poder mirarle directamente a la cara.

Sin querer me fijo en sus labios... Me entran unas intensas ganas de besarlos... Pero mejor no... No estaría bien. Podría enfermar. Pero... Una oportunidad así...

Me acerco, me alejo... No sé que hacer y me estoy mareando. Esto es patético.

Esta dormido, así que no de dará cuenta.

Me acerco, cierro los ojos y junto nuestros labios. Es un beso corto, pero dulce.

A estas alturas debería irme si no quiero perder el control... Me levanto, pero algo me detiene. Kou me ha agarrado la mano.

—Hiro, ¿eres tú? Son tus labios, ¿verdad?

Que vergüenza... Ahora se reirá de mí. Pero estas son las consecuencias de mis actos, así que...

—Sí, soy yo Kou. Riete todo lo que quieras.

Esperaba que se riera, pero sonríe. Será por la fiebre. Pero su sonrisa es dulce. No creo que pueda separarme nunca de esa sonrisa.

—Hiro, no te vayas. Por favor. Quédate, conmigo.

—Siempre, Kou.

Me vuelvo a sentar y agarro su mano con mis dos manos.

—Gracias por venir. La verdad es que me alegra mucho que hayas venido.

Me sonrojo y sonrío. No estoy acostumbrado a esto.

—Hiro, me gustaría contarte algo.

—¿El qué?

—Cómo te conocí. Es un poco patético. Por eso no te lo quería decir antes.

—Da igual que creas que es patético. Yo queiro saberlo y punto.

—Te conocí en la guardería.

—Pfffff.... Hahahahahaha. Lo siento, lo siento. Pero es que es ...

—Patético, lo sé.

—Perdon, perdón. Es que me esperaba otra cosa. Algo como: "te vi trabajando en una tienda y me enamore de ti" o "te vi en un sueño" o "te vi trabajando de prostituto"...

—¿¡Eres prostituto?!

—No, pero seria menos patético que conocerme en la guardería...

—Si no estuviera enfermo te violaba.

—Volvamos al tema.

—Había dos aulas. Cada uno de nosotros iba a una, pero todas las chicas de la maldita guardería querían estar contigo. Y no solo ellas, también los chicos. ¿Te acuerdas?

—No. No recuerdo nada. ¿Yo era tan popular?

—Sí. A todo el mundo le encantaba tu sonrisa. Yo en cambio, era muy tímido. No hablaba con nadie, por vergüenza. Eras algo así como mi ídolo. Yo quería ser como tú. Quise acercarme a ti, para decirte lo importante que eras. Pero siempre había alguien contigo y nunca pude decirtelo. Cuando la guardería se acabo, decidí buscarte y aunque hubiera gente a tu al rededor decírtelo. Y así han pasado mis días hasta que hace unos meses descubrí que ibas a este colegio. Gracias al dinero de mis padres pude ingresar. Y hoy puedo decirte después de tanto tiempo que, soy lo que soy por ti. Porque tu me hiciste fuerte. Porque por ti soy mejor persona. Eres muy importante para mi, Hiro. Te lo debo todo. Muchas gracias. Te quiero.

Tengo ganas de llorar. Esto es un sueño. Soy muy feliz. Yo... Yo también lo quiero. Pero... ¿Y si le hago daño? No quiero eso...

—Hiro, llora. No sé si es de alegría o de tristeza, pero no lo aguntes.

—Alegría, idiota. Alegría.

Apoyando la cabeza en su regazo y todavía sentado en el suelo rompo a llorar. Él me acaria la cabeza y me toma las manos.

No quiero hacerle daño. Pero quiero estar con él. Nunca he estado tan feliz y a la vez tan confuso.

*Habla una orgullosa Fujoshi*

-(>口<-) Perdooooon, lo sientoooo!!! que he tardado mucho en actualizar. Lo sieentoooo!!! Aun así, espero que os haya gustado!!

que lo de la guardería es un poco patético... Pero las otras ideas eran un poco *bastante* mas raras. Como lo del prostituto... Os imagináis a Hiro de prostituto?! Yo no, sinceramente. Si a alguien se le ocurre alguna buen idea, por favor que me la diga. Podría cambiarlo o usarlo para otra cosa. Os lo agradecería mucho!!

❤MUCHAAS GRACIIAS

Enamorado de una FujoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora