Te queremos

3.8K 406 112
                                    

Ya ha pasado una semana desde que vino Arashi y todavía no lo hemos vuelto a ver. Pero a pesar de todo, la cara y actitud de Kioko no han cambiado desde el día en que vimos a ese idiota.

Sigue con la misma cara de pánico de aquel día. A penas habla, y de yaoi mucho menos. A veces, cuando Hiro y Kou están juntos los mira y se muerde la lengua... No dice nada, se contiene.

Ahora mismo, tenemos clase de literatura. Una clase que ella solía aprovechar para sacar su alma de poetisa del yaoi.

*Inicio del flashback*

—Daiki, Hiro. Observad.

—¿Que vas a hacer? Ya sabes que el de literatura te tiene manía. Bueno... Él y todos.

—Naah... No me tienen manía... Me temen porque saben que se la verdad acerca de su sexualidad.

Se levanta de la silla y se sube a la mesa. Lleva una botas militares que hacen el suficiente ruido como para llamar la atención de toda la clase. A excepción del profesor, que está sumergido en su asignatura.

En seguida se empiezan a oír comentarios, de tipo: "se le va la pinza", "¿y ahora que va a hacer?", "la gran maestra de las sorpresas", "temblad, humanos"... Con algunos estoy de acuerdo, a otros los mataría.

Ella ignora a todos y anuncia lo que va a hacer a los alumnos y al profesor.

—Escuchadme todos. Voy a recitaros un hermoso poema. Antes de nada, tengo que decir que este poema no lo he escrito yo. Es un poema que mi querido Takano-san le hizo a Onodera. Poneos en situación. Imaginaos que todos sois adorables ukes y que yo, un gran seme, os estoy recitando el poema. Sé que mas de uno se pondrá duro, no intentéis ocultarlo.

He dicho que la quiero mucho, ¿verdad? Creo que en momentos así, el amor es lo único que me hace contenerme. Si no fuera por eso le daría una gran paliza.

Empieza con su poema.

—Tus ojos son dos verdes uvas... Tus mejillas una lindas manzanas... Que rica ensalada de frutas... ¡Haríamos con mi banana!

—Kioko... ¿¡Que clase de estupidez es esta?!

—No sabe usted apreciar el arte...

*Fin del flashback*

Comparando eso con su actitud de hoy, hay una gran diferencia. Hoy a penas se mueve y sus botas ya no hacen ruido.

Verla así me duele mucho...

Acabadas todas las clases del día, me acerco a su mesa. Desde que salimos juntos oficialmente siempre la acompaño a casa. Así que de ha vuelto una rutina.

—Un minuto, ahora vuelvo.

Kioko se acerca a Kou y a Hiro.

—¿Teneis libre esta tarde?

—¡Claro! No hay deberes y los exámenes ya han acabado así que... ¿Que planes tienes?

—Me gustaría hablar con vosotros. Y con Daiki también, claro está.

Los cuatro, en silencio y algo intrigados salimos del colegio y ponemos rumbo a casa de Kioko.

De camino a casa ella me da la mano. Algo a lo que todavía mi pulso no se ha acostumbrado.

Caminamos así, dados de la mano, pero en silencio todo el rato. Hiro y Kou también van en silencio, pero no dados de la mano. Hiro es tímido todavía... Es muy... Uke.

Llegamos a casa. Sus padres no están y ella misma se encarga de prepararnos algo de merienda. Nos sentamos los cuatro en el sofá.

—Daiki. Te quiero. ¿Tu me quieres?

—Claro que si. No se te ocurra dudar de ellos ni un segundo. Te quiero, te quiero mucho y te lo diré siempre, aunque no quieras oírlo. Te quiero.

—¿Hiro y Kou me quereis?

—Claro que si. No de la misma forma que Daiki, evidentemente. Pero sí, te queremos mucho.

—¿Y mis padres me quieren?

—Pues claro que si. Ellos, al igual que nosotros, darían lo que fuera por ti. Eres su niña. Y si nos lo permites, también la nuestra.

Ha todos nos ha parecido que nos preguntara eso. La queremos esta claro. ¿Lo duda? Aunque, con lo que ha pasado no seria de extrañar que su autoestima bajara, la verdad.

Un par de lágrimas salen de sus ojos. Pero no parece triste. Está sonriendo. Ha recuperado su habitual sonrisa. Esa que no veía desde hace una semana.

—Daiki, Hiro, Kou, lo he pensado mucho y gracias a vosotros ya lo tengo todo claro. Me da igual que ese idiota no me respete. Vosotros me queréis, mis padres me quieren y todos vosotros os preocupais por mi y me respetais a pesar de mis gustos. Y a mi el yaoi me hace feliz. Así que no voy a temerle nunca mas a  Arashi. Voy a defender lo que me hace feliz y aun más si se que tengo gente tan maravillosa como vosotros para ayudarme. Gracias chicos.

Es en momentos como este en los que un escalofrío recorre mi espalda y mi cuerpo se nueve por si solo.

Efusivamente tomo su cara con mis manos y la beso. Ella al principio sorprendida y luego con alguna otra lágrima en los ojos sigue el beso. Pone sus manos encima de las mías, acariciándome.

Cuando nuestros labios se separan, sonreímos. Me alegro tanto de verla feliz...

—Ahora hay que trabajar. Vamos a crear un plan, para que cuando Arashi vuelva se lleve el trauma mas grande de su vida.

—Contigo eso está asegurado.

*Habla una orgullosa Fujoshi*

que he tardado mucho, lo siento!!! He intentado hacer este capítulo un poco as largo, para compensar. Pero no se si lo he conseguido...

De todas formas espesor que os haya gustado :D

Ahora hablemos de temas serios. ¿Habra lemon? Si, habrá lemon.
1: A mi me gusta que las novelas yaoi tengan lemon, así que la mía debe tener.
2:  Supongo que como vosotras, al igual que yo, sois unas pervertidas también queréis lemon.
3: Yo nunca he escrito lemon y tengo curiosidad por hacerlo.

Partiendo del tercer punto querría decir que, como nunca he escrito antes, pues cualquier consejo o recomendación me seria de gran ayuda. Os lo agradecería mucho. (∩_∩)

❤MUCHAAS GRACIIAS

Enamorado de una FujoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora