Capítulo uno
Corro lo más rápido que puedo por los pasillos del instituto hasta llegar a mi primera clase del primer día del curso. Historia. Llegaba tarde pero por suerte no más de diez minutos tarde. Me pare en frente de la puerta sin llamar todavía, pase mi jersey verde oscuro por mi cara quitándome la gotas de sudor que caían por los lados. Y por odioso que sea me prepare para mi tortura. Llame a la puerta, ni siquiera pude dar el tercer toque ya que escuche la voz de mi profesor "invitándome" a pasar a clase. Se podría decir que en realidad no es una invitación porque en una invitación tu eliges su entras o no, aquí hay un grave problema y es que es O-B-L-I-G-A-T-O-R-I-O. Da igual, no voy a enrollarme con una bobada.
Entré a la clase provocando que todos se fijaran en mi. Significa que soy el centro de atención, eso es otro grave problema, no me gusta llamar la atención.
- Señorita Perkins, llega tarde -dijo mi profesor con su notable voz de que no estaba satisfecho. ¿Por qué tiene que decir señorita Perkins? ¿Es que no se da cuenta lo mal que suena? Que pena que mi padre tenga que tener ese apellido. Segunda cuestión ¿Por qué dice "llega tarde"? ¡Oh, venga ya! Como si no lo supiera.
- Lo siento profesor Walker -mentí mirando lo más arrepentida que podía hacía mi profesor. Es un señor viejo, cálculo que tiene unos ocho mil millones de años y por eso sabe tanto de historia. Ahora enserio tendrá unos sesenta. Tiene la típica barriguita de abuelo, que no es porque la llaman barriguita cuándo es como sí estuviera embarazado de nueve meses. Es calvo, sin contar los cuatro pelos que lleva por encima; después de todos los años que me ha estado dando historia sigo deseando que se los corte porque le quedan muy mal. Sus gafas redondas, ni que fuera Harry Potter ya te gustaría a el ser Harry; están pegadas al tabique de la nariz para que estén lo más cerca que se puede de los ojos. No suele sonreír pero cuando lo hace se le forman unas cuantas arrugas en las terminaciones de los ojos, unas arrugas que hay que sumarselas a las que ya tiene de por sí que eso es hablar demasiado; sólo suele sonreír en caso de que sea algo malo para nosotros o que se acabe el curso.
- Siéntese en el sitio que queda libre. Que no vuelva a ocurrir o será castigada.- hablo el profesor con la típica reprimenda que dicen todos. Mire a Spencer que estaba sentada en la segunda fila, ella me devolvió la mirada vocalizando en el aire "lo siento". Ya se a qué se refería, lo sentía por no haberme guardado el sitio pero tampoco me va a pasar nada porque no me siente a su lado, yo la devolví un gesto encogiendome de hombros para que notara que no pasaba nada. Me dirigí a la última fila en la que se encontraba un pupitre vacío, el único del aula, me senté y saqué el libro de mi mochila colocándolo en mi mesa. Al lado mío estaba la pared y al otro Becca Devon, no se sí sonara a nombre de nerd pero no lo es. Ella es la más popular del instituto, odio que siempre tenga que haber la más popular del instituto, y por algún motivo que todavía no se cuál es me odia. No soy una nerd, no suelo sacar buenas calificación, en realidad me cuesta mucho sacar buenas calificaciones a diferencia de mi mejor amiga, Spencer, ella es de sobresalientes; tampoco soy popular, ni mucho menos, soy una chica normal. Normal me refiero a un estatus intermedio, por no mencionar lo de Becca, lo de que me odie no da buena impresión a las demás personas por lo que a la única a quien confió todo es a Spenser.
(...)
Un profesor bueno dejaría el primer día instituto para descansar a sus alumnos pero hay algo que no tenemos en Nortons, mi instituto, y son buenos profesores. Por lo menos no desde que yo estoy aquí.
Primera hora de Historia y ya creo que voy a necesitar que Spenser me ayude a llevar la materia porque no he entendió nada de lo que ha dicho el profesor en toda la clase. Sin duda odió el 8 de septiembre justamente hoy y...¿Por qué? Pues porqué es el día en el comienza el horrible infierno por el que tengo que pasar cada año.
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Infiltrado en mi vida [Terminada]
Teen FictionNo había nada de especial en mi vida, nada interesante. por lo que yo prefiero llamarlo vida aburrida. Y esa es la verdad. Hasta que el, Adam Parker, un chico que...la únicas palabras con lo que puedo describirlo son misterioso, silencioso, totalme...