Infiltrado en mi vida [Terminada]

¡Salsa de arándanos!

Capítulo diecisiete

Samantha POV

- ¡Sam te van a matar!- escuche el grito de Spencer desde la otra línea.
- ¡Eso no me ayuda!- grite yo desesperada. Y si gracias a que mis padres habían ido a una cosa del supermercado y Michael se encontraba seguramente con su novia; y no se encontraban en casa escuchando los gritos paranoicos que salían de mi boca.
- ¿Voy a tu casa? ¿O crees que será demasiado peligroso?- escuche a Spencer hablando pensativa desde la otra ventana.
- ¡Ven ya! Y que no se te olvide hacer la contraseña.- dije antes de colgarla. Si, tenemos una contraseña. La verdad no se porque la tenemos, pero la tenemos.

Tres toques dos segundos en silencio y un toque en seco. Eso es lo que escuche después de hacer esperado durante diez minutos apoyada en la puerta de casa. Abrí la puerta despacio encontrándome con una Spencer desarreglada y sin peinarse. La abrí la puerta del todo y ella entró corriendo.
- He venido cuanto antes he podido.- dijo ella agitada mientras subía detrás de mi hacia mi habitación.- No me ha visto nadie.- hablo de nuevo cuando entramos en la habitación.
- No somos agentes secretos.- dije yo frunciendo el ceño.
- No me quites la ilusión. Bueno volviendo al tema así que... No me hiciste caso.- dijo ella mirándome con una ceja levantada.

Si, la verdad es que tuve que contarla toda la historia y con toda la historia me refiero a Adam.

Podías haber omitido la parte de Adam.

¡Es que entonces omitiría toda la historia!

¡Eso no es verdad!

Puedes mentirle a los demás pero no a mi misma.

Bueno vale...

¡IMPOSIBLE! ¿Me estas dando la razón?

Si pesada, te la estoy dando.

Mañana se acabara el mundo.

¡Oh venga..! Cállate

- ¿Como que no te hice caso?- dije yo retomando la conversación después de la charla que tuve con mi mente.
- Te acercaste a Adam tanto que hasta ¡le besaste!
- Fue sin querer...- dije encogiéndome de hombros.
- ¡Venga ya!- se quejó ella.
- Vale bueno le bese ¿Y qué?
- ¿Cómo que y que? ¡Qué te gusta!
- ¡No me gusta!- contraataqué mientras me cruzaba de brazos.
- Sam...- dijo mirándome con un tono de reproche como suele utilizar mi madre.
- Puede que me atraiga físicamente.- dije encogiéndome de hombros y mirando a otro lado.
- Sam...- volvió a decir con el mismo tono Spencer.
- Vale me gusta pero un poquito.- dije removiéndome incomoda al notar su mirada fija en mi. Gire mi vista para mirarla a los ojos.- No es tan horrible como parece.- dije sonriendo de lado.
- Joder ¿Que no es horrible?- dijo Spencer sarcástica.- No es horrible solo que un hombre desconocido viene a raptarte por culpa del No Horrible Adam.- dijo ella rodando los ojos.
- A lo mejor era su padre.- dije intentando buscar una respuesta a todo lo que había pasado.
- No te mientas. Estoy segura de que el padre de Adam no vendría a raptarte porque no lo encuentra. ¿Quién haría eso?- dijo lo ultimo frunciendo el ceño.
- Bueno vale.- solté un bufido cruzándome de brazos.- Entonces ¿que tengo que hacer?
- Hablar con Adam.
- ¡¿Qué?!
- ¿Que hay de malo en hablar con Adam? Al fin y al cabo no es tan horrible ¿no?- dijo ella sonriéndome divertida mientras se burlaba de mi.
- Calla.- dije sacándola la lengua.
- No seas niña. ¿Lo vas a hacer o no?
- Si.- solté de mala gana.
- Mañana sin falta.- dijo ella como un regaño.
- Joo.- me queje reprochando.
- Una pregunta ¿Por qué no quieres hablar con el?
- Pues...porque...en el instituto si hablo con él nos vería muchas personas y cotillearían más sobre mi y Becca haría algo para que yo quede por los suelos.- mentí rápidamente rascándome la nuca.
- A mi no me mientes.- dijo Spencer sonriéndome de lado.- Además nunca te ha importado lo que dijera Becca ¿Por qué ahora?- sonrió ella satisfecha.
- Pues esa es la verdad.- dije inflando mis mofletes como una niña pequeña cuando no consigue lo que quiere.
- ¡Te pone nerviosa!- el grito de Spencer hizo que pegara un salto pequeño en el sitio del susto.
- No me pone nerviosa.- dije cruzándome de brazos. Spencer levanto una ceja mirando en mi dirección para sonsacarme algo.
El problema es que siempre lo consigue.