Infiltrado en mi vida [Terminada]

Este Adam, me gusta.

Capítulo diez

Samantha POV

- No me puedo creer que le hallas pegando un puñetazo a Becca en la nariz.- dijo Spencer riéndose a carcajadas mientras lo representaba en el aire.

Yo la conteste con un quejido todavía echándome agua por los nudillos de mi mano. Esto dolía como la mierda. Me había conseguido hacer heridas por todos los nudillos. Cualquiera que me viera con esta mano pensaría que tengo pinta de matona. Pero creo que me ha dolido más a mi que a Becca.

- Va tener que volverse a operar su preciosa nariz.- bromeo Spencer entre risas. ¿Es que no ve que me muero de dolor?

No puede ponerse ha hacer chistes en estos momentos.

- ¿Tienes algo para las heridas?- dije enseñandola mi mano.

- No.- me contesto ella todavía riendo.- Pero hay en la enfermería.

(...)

Abrí la puerta de la enfermería para poder salir mientras sigo mirando los nudillos de mi mano. Que ahora estaban curados y con tiritas de elefantes y corazones rosas. Spencer como mi gran amiga que es lo primero que ha hecho cuando me han puesto las tiritas es contar los elefantes y corazones.

- Hay nueve elegantes y ocho corazones en cada tirita.- dijo ella soltando mi mano después de haberlos contado.

- Gracias por la información.- dije burlándome de ella.- Creo que no podía haber seguido viviendo sin saber este dato.- dije sarcástica sacándole la lengua.

- Yo solo quería dar un poco de gracia a la conversación.- dijo ella haciendo un puchero.

- ¿Dar gracia es hablar de los muñequitos de mis tiritas?.- ella sólo se encogió de brazos y río tras pensar lo que había dicho.

Adam POV

- ¿Ella? -Jason me contesto con un asentimiento de cabeza.- ¿Estamos hablando de la misma chica?

- Que si.- me contesto otra vez Jason.

- ¿Samantha? ¿Samantha Perkins hizo eso?

- Si ¡Joder! ¿Estas sordo?

- Es que es imposible, Samantha me odia o algo por el estilo. ¿Por qué se pelearía por mi?.- dije señalándome a mi mismo mientras mi cara seguía con un gesto atónito.

- Yo también me lo pregunto. Entiendo que se peleé por mi, estoy cañón; pero por ti.- dijo señalándome mientras se reía. Levanté una ceja mirando en su dirección.

- Sabes que yo estoy más bueno.- dije encarandole.

- ¿Estas de broma?.- hablo riéndose Jason.

- No...

- Yo creo que los dos estáis buenísimos.- una voz aguda nos interrumpió.- Y si no me creéis...os lo podría demostrar.- ronroneo provocando que Jason y yo giráramos al cabeza en dirección de donde venía la voz.

¿No tiene dignidad?

¿Qué clase de chica habla así?

Una PUTA, o como otros la llaman Becca Devon.

Una chica rubia con el cabello brillante, rubia de bote, y unos ojos verdosos nos miraban con lujuria y una sonrisa traviesa asomaba en su cara. Lo que más me llamo la atención es la venda blanca que cubría el puente de su nariz. No pude reprimir la risa y salió sola, Jason se unió a mi.