Capítulo 31

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Hiccup Haddock 

Durante mi tiempo libre, y cuando sabía que _____ estaba realizando otras cosas, me encargue de hacer un pequeño anillo, estaba decidido a comprometerme con ella. 

 —Veo que ya lo terminaste— mencionó Bocón a mi lado, observando el anillo que tenía entre mis manos.  

 —Sí— dije feliz al ver mi bellísima creación.

 —¿Cuándo piensas pedírselo?— cuestionó sonriente. 

 —Oh, no lo sé— me encogí de hombros —creo que cuando me sienta más seguro. 

 —Si ese es el caso, temo que nunca llegará ese día— rió burlón

 —ja ja— reí irónicamente. 

 —¡Maldita sea!— escuche que mi novia entraba quejándose a la herrería, rápidamente guardé el anillo —¡estaba bien!— tiró su hacha, que estaba rota sobre la mesa.

 —¡La reparé el otro día!— exclamó Bocón —¿Qué hiciste ahora?

 —Entrenar, pero esta cosa no sirve— señalo su hacha enojada, luego se percato de mi presencia —Hola— dijo de mala gana. 

 —Consigue otra— le mencione como una opción —dudo que esa tenga arreglo. 

 —Sería un buen regalo de bodas— menciono Bocón y _____ lo observó extrañada. 

 —O prueba ahora una espada— le sonreí lanzando mi espada de fuego.

 —No usaré esto, ¡quemaré a alguien vivo!— _____ me lanzó la espada devuelta. 

 —Solo saca otra arma que te sea útil de aquí— Bocón le señalo unos cuantos lugares —tienes de donde escoger. 

 Mi novia comenzó a observar, hasta que saco dos espadas cortas (imagen en multimedia: tipo, el arma de Kratos)

 —Espero que estas no se rompan fácil— _____ tomo las espadas entre sus manos y comenzó a observarlas frunciendo el ceño —Cariño, ¿entrenas conmigo?— propuso. 

 —Claro— le sonreí y nos fuimos de la herrería. 

[...]

 Luego de un rato entrenando con _____ y luego de unas buenas caídas, nos habíamos sentado dejando nuestras armas de lado. 

 —No están mal— _____ echó un vistazo rápido a las espadas —¿es mi idea o has mejorado?

 —Siempre he sido bueno— dije egocéntrico.

 —Sí, claro— sonrió ella y luego bostezó. 

 —¿No has dormido bien?— pregunté preocupado. 

 —La verdad, duermo mejor cuando estas a mi lado— ella apoyo su cabeza en mi hombro —te quiero. 

 —Yo te quiero más— suspiré pensando en el anillo que tenía en mi bolsillo. 

¿Cuándo sería un buen momento?
Podría pasarnos algo realmente malo en cualquier momento, y yo realmente la quería. 

 —_____, te quiero demasiado— sonreí y me acomode para observarla mejor —y yo...

 —¡Chicos!— llegó Patán corriendo y lo miré molesto —Lamento interrumpir sus asquerosos momentos de pareja, pero tenemos una grandiosa idea...— se quedo callado y luego miró al cielo— ¡idiotas! ¡era el momento de sus entradas!

Llegó Brutilda junto a Brutacio, ambos montando sus dragones que estaban pintados al igual que sus caras.

 —Esto resultará asombroso para las carreras— dijeron los gemelos al unísono divertidos. 

Desde que te conocí [Hiccup y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora