Capítulo 38

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Hiccup Haddock

Todos festejaron la victoria, me baje de Chimuelo y di unos cuantos pasos.

Gothi me hizo unas señas

Era el momentos, sería jefe de Berk y estaba preparado.

Gothi recogió cenizas, me agache y ella dibujo el símbolo del jefe en mi frente.

—¡El jefe a regresado!— grito Bocón y muchos gritos de alegría cesaron.

Me acerqué a mi dragón y lo acaricié.

—Estas lleno de sorpresas, gracias— le agradecí a mi dragón uniendo nuestras cabezas.

Luego él comenzó a lamerme el rostro.

—¡Para!— reí al igual que el resto de los vikingos que observaban la escena divertido.

Miré hacia todos lados, todos se reunían con sus dragones.

Observé a Moody, observaba para todos lados en busca de ______. Me acerqué a el dragón.

—La recuperaremos— acaricié su cabeza, el dragón se encontraba devastado.

¿_______ estaría siendo llevada hacia su padre?

[...]

Al anochecer, acomodamos camas improvisadas en el gran comedor, donde dormirían las personas que habían perdido sus hogares o que estaban muy destruidos.

—Necesito que mañana se encarguen de limpiar el lugar, yo volveré en la tarde, buscaré a ______— les ordene a mis amigos, Astrid frunció el ceño.

—Eres jefe, pero no harás eso— exigió ella y sacó un pequeño sobre, que extendió hasta dármelo, lo tome dudoso —Es de ______, me ordeno que te lo diera, en caso de que ocurriera una situación como está.

Abrí su carta rápidamente:

Querido Hiccup:
Si te llegan a dar esta carta, supongo que algo sucedió y estoy en la isla donde está mi padre. Te lo ruego, no vengas a rescatarme o algo por el estilo. Te amo y sé que tú amas a tu dragón, si vienen aquí, será una muerte segura.
No hagas una locura (aunque es una de las cualidades por las que me enamoré de ti)
Cuida a los tuyos, recuerda que te quiero, Hiccup Haddock

Ten por seguro que nos volveremos a ver.

Se despide:
_______ Haakosson

Terminé de leer la carta, no podía creer que ella se hubiera adelantado a los hechos.

Debía recuperarla, me daba igual todo lo demás.

Si pude con Drago, podré con su padre.

—¿Qué decía la carta?— preguntó Patapez.

—Da igual lo que diga, no es un impedimento para mi— miré la carta y la guardé en mis bolsillos molesto.

—Hiccup, no— negó Astrid con brusquedad —Ella te advirtió muchas veces de ese lugar y si no quiere que vayas es por algo. Si pudo escapar de allí una vez, lo volverá a hacer.

—¡No entiendes!— grité haciendo que muchos que estaban en el comedor voltearan a vernos —¡No sabes como terminaron las cosas cuando estuve con ella!— grité un poco más bajo —¡No sabes lo idiota que fui! ¡No puedo dejar que ella se vaya de ese modo! Además, no hay ninguna garantía que me diga que ella volverá.

—¿A qué te refieres?— preguntó Patán asombrado.

Tiré en anillo sobre la mesa, y lleve mis manos a mi cabello, que desordené en busca de hacer algo debido a lo incómodo y nervioso que estaba.

—¿Ustedes...?— preguntó Brutilda lentamente.

—Yo no lo quería así...— sentí que mis ojos se humedecían y lleve mis manos a mi rostro.

—Hiccup, de todos modos ______ quería protegerte, al igual que yo como tu amiga— respondió Astrid más calmada —No irás a recuperarla, tú deber ahora mismo es Berk.

¿Cómo ella podía decir eso? ¿Dejar ir a _____ tan fácil?
No era algo que yo pudiera hacer.

Quería a la mujer que amaba a mi lado.

_______ Haakosson

Unas cuantas semanas habían pasado desde que volví junto a mi padre, todo el día me mantenían vigilada en caso de intentar escapar, salvo en los momentos para ir al baño.

—Hija, este es tu lugar— dijo mi padre molesto. —¿Jinete de dragones? Por favor ¿Qué tontería es esta?— cuestionó mi padre, con una sonrisa arrogante —¿SABES LA VERGÜENZA QUE ME DA SALIR? TÚ ERAS MI LEGADO, LA SIGUIENTE CAZADORA, NO UNA JINETE.

—¡YO ERA FELIZ HACIENDO ESO!— Exclamé molesta —Ni se te ocurra ir a Berk— le amenace molesta.

—¿Qué harías si no lo hiciera?— preguntó molesto.

Sabía que mi padre no soportaría la idea de perderme, y no hablo de escapar.

—¿Tu esposa muerta y luego tu hija?— cuestioné —¿Qué pensaría la gente de ti? ¿Qué tan solo te sentirías? Oh, lo olvidaba, también no tendrías una heredera, ¿No?— él me observó asombrado —No sabes de lo que soy capaz.

Era capaz de sacrificar mi vida por mis amigos, por todos los buenos habitantes y dragones que estaban en Berk. Por Hiccup.

Si el sacrificio era vivir el resto de mi vida junto a mi padre, así sería.

Lo lamento tanto, Hiccup.

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¡Hola!
No es el mejor final para este fanfic, pero, no lo sé.

Este es el final que tenía pensado desde un principio.

¿Les gustaría que continuara?

Siento que el final fue demasiado cruel.

De antemano, lo lamento.

Desde que te conocí [Hiccup y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora