Desde que te conocí [Hiccup y tú]

Capítulo 28

_______ Haakosson 

Era el día, el cumpleaños de Hiccup y estaba esperando hasta que anocheciera para darle uno de mis regalos.

Lo había pensado bastante, y decidí darle un telescopio bastante simple. 

Camine hasta la casa de Hiccup, golpee la puerta y me abrió su padre. Él sonrió y me invitó a entrar.

  —Hiccup está arriba, creo que aún duerme— me señaló las escaleras.

  —Gracias— le sonreí y comencé a ascender por las escaleras.

Llegue a la habitación de Hiccup y efectivamente, él estaba dormido.

Me acerqué a la cama y me senté en la orilla de esta, viendo como Hiccup dormia placidámente.

Le di un beso en la mejilla y lo menee un poco. Él abrió los ojos lentamente, se sentó en la cama y se fregó los ojos con sus manos.

—¿_____?— preguntó acostumbrándose a la luz.

—¿Siempre duermes sin camiseta?— debido a que se había sentado en la cama, dejó al descubierto su torso desnudo, que no dude en mirar.

Hiccup rió sonrojado.

—¿Qué haces aquí tan temprano?— preguntó con su voz ronca.

—Feliz cumpleaños— dije sacando el pequeño paquete, en el que estaba el telescopio.

—Gracias— sonrió y abrió el regalo —no tenía uno de estos, gracias otra vez.

Hiccup apartó el regalo, y me atrajo hacia él, haciendo que me acostara a su lado. Mi novio me abrazó con fuerza.

—Me gustaría seguir durmiendo...—se acurrucó a mi lado.

—Es tu día, no me negaré— besé su mejilla.

Él asintió con los ojos cerrados, al poco rato volvió a quedarse dormido y yo me encontraba entre sus brazos, observando detenidamente cada detalle de rostro.

Me detuve para observar una marca que tenía en su barbilla, me pregunto cómo se la habrá hecho.

[...]

Hiccup despertó, abriendo los ojos lentamente.

—me alegra que sigas aquí— me aferró con más fuerza entre sus brazos mientras yo reía.

—Estuve como una hora esperando a que despertaras— dije luego de reír.

—¡Lo había olvidado!— salió rápidamente de la cama y fue a una mesa, donde comenzó a rebuscar entre sus cosas, finalmente se detuvo y volvió a la cama con algo entre sus manos.

—¿Qué tienes allí?— pregunté curiosa.

—Un regalo para tí— sonrió y lo miré extrañada— tú cumpleaños fue hace poco, debía darte algo.

—Hiccup...

—Nada de peros, señorita— me tendió un pequeño paquete.

Le sonreí y recibí el paquete, al abrirlo vi unos pendientes que eran demasiado lindos, eran dos pequeños dragones.

—¡Hiccup!— Sonreí alegre— son bellísimos.

Me saque los pendientes que llevaba y me puse los que recientemente me había regalado mi novio.

—Te quedan bien— me beso.

Luego de que charlamos un poco, decidió vestirse y arreglarse un poco, se despeinó el cabello y yo negué riendo. Me acerqué a él y le hice una pequeña trenza, al costado de su nuca.