Desde que te conocí [Hiccup y tú]

8-. Quédate

______ Haakosson

Luego del desayuno, salimos del comedor y los amigos de Hiccup aún me hacían preguntas, excepto Astrid.

   —¿Qué raza es tu dragón?— Patapez anotaba en una libreta.

   —Es mestizo— me encogí de hombros

   —¿De dónde vienes?— pregunto Brutacio.

   —No querrás visitarlo— sonreí incómoda, Hiccup lo noto.

   —Bien, le debo un paseo por la aldea a ______, me la llevaré por un rato— Hiccup me agarró por los hombros.

  —¿Podemos ir?, Ayer casi me mata, ¡Enséñame tus técnicas!— gritó Brutilda.

  —Sí, ¿Podemos ir?— pregunto Patapez emocionado.

   —Dejénlos, necesitan su espacio— Astrid hablo con un tono de desagrado.

   —Sí, lo necesitamos— Hiccup hablo en su mismo tono.

¿Por qué habrán terminado?

   —Nos vemos luego— les sonreí a los chicos a la vez que tomaba la mano de Hiccup para sacarlo del lugar.

Me mostró muchos lugares, como la harrería, el bosque, y nos detuvimos en unas piedras, donde nos sentamos y miramos el paisaje, se veía todo Berk y los dragones.

  —¿Qué te parece el lugar?— Hiccup miro a Berk y luego a mí.

   —Es...fantástico— miré el lugar y luego a él. Le sonreí como nunca, pero me acordé de Astrid. Una pregunta no le hace daño a nadie, ¿No es así? —¿Por qué terminaste con Astrid?

Hiccup me miró con los ojos abiertos.

  —¿Qué?

  —Olvídalo— puse mi cabello detrás de la oreja nerviosa.

  —Bonitas perforaciones— Hiccup me sonrió.

Tengo 3 perforaciones en cada oreja, las cuales están adornadas con aros plateados y negros.

—Respondiendo a tu pregunta— continuó —Todo ocurrió cuando teníamos...¿15?, En fin, nos gustabamos, o eso creí, un año después ella me dijo que no sentía lo mismo y...todo se acabó, no le guardo rencor ni nada solo que ella aveces se pone insoportable cuando nombro a alguna chica.

  —No quiere estar contigo pero tampoco quiere que estés con alguien más...

  —Eso creo— suspiró —¿Qué hay de ti? ¿Algún chico?

  —Ahora mismo, claro que hay un chico— lo miré sonriente e Hiccup se puso nervioso,  pude notarlo porque movía mucho  sus hombros—Patán es todo...uff, no lo puedo describir— dije en tono de broma e Hiccup río.

  —Hey, lo digo en serio

  —Esta bien— deje de reír —Nunca a existido un "chico"— me encongí de hombros —Y ahora mismo...no lo sé

   —Bien, pregúntame lo que sea

  —¿Te gusta Astrid?

  —¿Por qué sobre Astrid?, Hay mejores cosas para preguntar, que tal...¿Eres virgen?— Hiccup alzó las cejas con una mirada pícara y yo reí nerviosa —Lo de Astrid ocurrió hace tiempo, no me gusta.

  —Entoces...¿Eres virgen?— reí

  —Claro que sí

Yo solté una gran carcajada.

   —¿De qué te ríes?— dijo Hiccup haciéndose el ofendido.

   —Claro, no te creo nada.

   —Sé que soy lo más hermoso que has visto en tu vida pero soy muy, muy inocente.

Volví a reír

Hiccup Haddock

La sonrisa de _____ era encantadora, cada vez que conocía más cosas sobre ella, me encantaba más.

Habíamos vuelto al centro de la aldea.

   —Creo que debería irme— dijo mirando a Moody, su dragón, el cual jugaba con los demás dragones.

   —¿Por qué no te quedas?— le tome las manos —Serias de ayuda.

   —¿Para qué?— ella río.

  —Podrías entrenar a los demás, les hace falta— me encongí de hombros —y por lo que sé, eres buena en el campo de batalla

   —No tengo donde dormir.

   —Mis aposentos están a su disposición, my lady— Sonreí divertido y ella soltó una carcajada.

  —No puedo dejar que duermas otra vez en el suelo— Es encantadora.

  —Podría dormir contigo— sonreí

  —Que propuesta tan indecente, Hiccup Haddock

  —Yo solo hablaba sobre dormir, ______ Haakosson. ¿En qué pensabas?

  —¿Yo?, Pienso en que es momento de irme.

  —Hay una choza desocupada, podrías vivir allí— no quería decirlo, quería que se quedará en mi casa, me daba igual dormir en el suelo.

  —¿Hablas en serio?

  —Claro

Caminamos y le indique la choza, era como las demás que habían en Berk, solo que más pequeña, y si ella viviría sola, no debería importarle.

  —¿Esta desocupada?— me miró con asombró.

  —Bocón tiene la llave, se la iré a pedir, no te muevas— le sonreí y comencé a correr hacia la herrería, donde estaba Bocón.