Capítulo 26

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Hiccup Haddock

Tiempo había pasado, tiempo en donde nos dedicamos a rescatar dragones, explorar, compartir y jugar: 

Un juego que había comenzado siendo solo una "carrera de dragones", pero que había ido evolucionando y cambiando durante el transcurso de los pocos meses. 

  —Bien entonces, solo deben meter las ovejas en la canasta. No es complicado— explique por cuarta vez. 

  —Cariño, ya entendimos— ______ rodó los ojos. 

  —Sí, ya entendimos, cariño— Brutacio dijo la última palabra con un tono meloso y luego comenzó a reír junto a su hermana. 

  —Bien, llegó la hora de que pierdan— Astrid se subió sobre tormenta. 

Todos nos subimos sobre nuestros dragones, para comenzar a jugar.

  —Bien amigo, hagámoslo— acaricié a Chimuelo mientras él ascendía. 

[...]

Astrid y _____ iban empatadas, y la oveja negra decidiría al ganador, todos estaban atentos. Bocón lanzó a la oveja y todos nos lanzamos para tratar de atraparla. 

 En un movimiento rápido, Chimuelo atrapó a la oveja negra. 

  —¡Sí!— tomé a la oveja en mis manos mientras Chimuelo volaba hasta la canasta. 

  —¡Cariño!— escuché a _____ me voltee asustado temiendo que algo le hubiese sucedido. 

Ella estaba de pie sobre su dragón, que volaba a unos centímetros más arriba que Chimuelo. ______ saltó de su dragón y me arrebató la oveja. Miré hacía abajo asustado, me sorprendí al verla nuevamente sobre su dragón. 

  —¡Alcanzalos amigo!— animé a Chimuelo.

Pero ya era tarde, _____ metió la oveja en su canasta. 

  —¡_____ gana!— gritó mi padre contento.

Todos los expectantes comenzaron a gritar animados, mientras _______ volaba sobre ellos sonriente. 

_______ Haakosson

Baje de Moody y lo acaricie emocionada. 

  —¿Quién es el mejor?— lo acariciaba mientras él lamia mi mano contento —¡Tú lo eres!

  —¿Cómo ganó tu dragón?— preguntó Brutilda molesta —¡Le falta un ojo!

  —No los escuches, Moody— le ordené a mi dragón —solo están celosos 

  —Fue un juego sucio— se quejó mi novio —¡Pensé que te había sucedido algo!

  —¡Buen partido ______!— me alagó Estoico, el padre mi novio.

Miré hacia donde estaba Hiccup, pero él ya no estaba allí. De hecho su dragón tampoco estaba: había vuelto a escapar. 

 Estoico suspiró pesadamente al notar que su hijo ya no estaba. Hace tiempo que Hiccup evita las charlas con su padre.

  —Iré a buscarlo...— dije haciéndole señas a mi dragón, que rápidamente se acerco a mi. 

  —No, quiero que te ocupes de los nuevos reclutas y les des un entrenamiento junto a Bocón y Astrid—me ordenó Estoico.

No podía negarme. 

Astrid me miró comprensiva, sabía que yo quería ir a apoyar a mi novio.

[...]

  —Buen entrenamiento— finalizó Astrid.

  —Deben estar aquí mañana— les ordene con una sonrisa.

Los jóvenes se despidieron y se fueron del lugar. Bocón, que no había hecho nada se encontraba sentado cómodamente.

  —Tú guardarás todo— le ordené.

  —Oh vamos, eres más joven, tienes más energía para ordenar— dijo peinándose las cejas.

  —Te recuerdo que no hiciste nada, _____ y yo nos encargamos del entrenamiento— Astrid tomó mi brazo— ¡Suerte!— se despidió arrastrándome junto a ella.

  —Iré a ver si Hiccup regreso— me despedí de Astrid y me aventure por los alrededores de la aldea.

Bufé al cabo de mucho rato, no había rastros de Hiccup Haddock.

  —Moody, ¿Volamos un rato?— suspiré acercándome a mi dragón, pero él se negó —Amigo, no me traiciones— fingí falsa tristeza, pero él aún se negaba.

  —¿Todo bien?— escuché a Hiccup a mis espaldas.

Me voltee —Yo debería preguntarte eso— tomé su mano.

Él agachó la mirada.

  —Ya sabes, lo de siempre— se encogió de hombros.

  —No podrás evitar las charlas con tu padre siempre

  —Lo haré mientras pueda— besó mi mejilla— Hoy volamos a una nueva isla, se llama picazón en la cola.

  —Que buen nombre— sonreí irónica.

  —Chimuelo es el de las ideas— sonrió y sacó su mapa indicándome el lugar — es aquí, es muy bonito y descuida, no volaré hasta tú antigua aldea.

  —me alegra oírlo— lo besé y luego tome su mano para comenzar a caminar. —vamos a cenar.

Hiccup hizo una mueca.

  —Mi padre estará allí.

  —No dejarás de comer por eso— dije molesta —aunque, no creo que llegues a ser más delgado de lo que ya eres...— dije burlona.

  —Eso fue un golpe bajo— me volvió a besar —vamos a comer.

Mientras caminaba de la mano junto a Hiccup, comencé a recordar, había pasado un año desde que casi pierdo la vida, lo que significaba que el cumpleaños de Hiccup se aproximaba.

  —¿En qué piensas?— me observó alzando una ceja.

  —¡Cariño! ¡Tú cumpleaños!— sonreí.

  —Sí, dentro de unos días...— dijo no tan emocionado.

  —Te aseguró que estaré despierta está vez— le hice una clara referencia a mi coma de un mes, donde no estuve presente en su cumpleaños.

  —Eso espero— me sonrió —por cierto...pensarás que soy un muy mal novio pero, ¿Cuándo es el tuyo?

  —¿Mi cumpleaños?— recordé que nunca se lo había mencionado —Fue ayer.

  —¿Qué?— exclamó molesto —¡No me mencionaste nada!

  —Hiccup, odio mi cumpleaños— dije algo triste y nostálgica.

  —¿Por qué?— se notaba nervioso.

  —Tenía 13 años...— comencé a recordar a la vez que le relataba la historia. Yo y mi madre nunca estuvimos conforme con mi padre, por el modo en el que actuaba ante los dragones. Justo cuando cumplí 14 le rogué salir de allí...ella... trató de hacer mi sueño realidad— sentí como una lágrima recorría mi mejilla — mi padre nos encontró en el acto...fue el día en el que la perdí, Hiccup— comencé a llorar— todo por un estúpido capricho mío.

Hiccup me abrazó y comenzó a acariciar mi cabello para tranquilizarme, yo trataba de impedir que las lágrimas salieran de mis ojos.

  —No debí preguntar— dijo Hiccup cerca de mi oído.

  —No seas idiota— me separé de él —No sabías, tenías el derecho de preguntarme.

Hiccup con su pulgar se encargó de limpiar el último rastro de las lágrimas.


Desde que te conocí [Hiccup y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora