«Hay algunas necesidades que necesitan ser... satisfechas.»
―Josh
―¡Josh!
El grito que atravesó las paredes y llegó a mi habitación hizo que mi postura, antes relajada sobre la cama, se irguiera. Y consecuentemente, el libro que tenía apoyado sobre mis piernas, mientras leía una de sus últimas páginas, cayera a un costado.
―¿Qué pasa? ―pregunté alzando la voz, esperando que mi papá me oyese.
―Necesito hablar contigo. Baja un instante ―pidió.
Era día de semana, tanto mi papá como mi mamá habían vuelto temprano a casa, y era probable que se encontraran en la sala conversando sobre algún avance médico. Ellos amaban la medicina; además de ser su profesión era su pasión. Mis papás eran unos de esas personas que, afortunadamente, habían nacido sabiendo cuál sería su vocación. Curar a personas, y tratarlas, era su trabajo y pasatiempo preferido. Aunque claro, eso no quitaba que a veces se tomaran su debido descanso, y dos veces al año organizaran vacaciones familiares.
Dejando mi libro sobre la mesa de luz, luego de haber puesto un bolígrafo como marcador de página, me encaminé hacia la sala de estar en la planta baja.
Me sorprendió ver a mi papá solo.
―Ven, siéntate ―me invitó palmeando el espacio vacío a su lado.
El sofá era lo suficientemente grande para que los viernes, también en compañía de mamá y Tyler (cuando este vivía aquí), nos sentáramos para tener nuestra noche de películas.
Sin dudar, me senté junto a mi papá.
―¿Y mamá? ―dudé al oír silencio en el resto de la casa.
Mi papá, que tal como yo usaba gafas la mayor parte del tiempo, se las sacó un instante para fregarse los ojos.
―En el dormitorio ―respondió―. Está ocupándose de unos papeles que debe presentar mañana en el hospital.
Hubiera asentido conforme, y despreocupado, si él no hubiese torcido los labios al terminar de decirlo. Fue un gesto pequeño, ínfimo a decir verdad, pero no pude pasarlo desapercibido ni dejarlo estar.
―¿Pasó algo malo? ―dudé entonces, preocupándome.
Ante mi pregunta, se acomodó los anteojos y negó rápidamente.
―No, no ―acompañó con palabras―. Solo... bueno, ya han pasado varios años desde que tuve esta charla con tu hermano y ―apretó los labios visiblemente inquieto―... bien, voy a ser conciso.
Su última declaración me tomó desprevenido.
―Supongo que ya sabes a qué me refiero, ¿no? ―inquirió.
Un tanto intimidado, me encogí sobre el sofá.
―Es sobre la universidad, ¿cierto? ―supuse.
Hacía tiempo venía esperando esta conversación y planeando una y otra vez las posibles respuestas de mi parte. Tenía varios pensamientos batallando en mi cabeza respecto a ello. Mis dos papás eran médicos y Ty iba por el mismo camino. Ellos realmente amaban su profesión. No obstante...
Cuando mi papá batió la cabeza con discreción, casi ocultando una sonrisa, mi tren del pensamiento se detuvo.
―No, no es sobre la universidad, Josh.
¿No? Cierto alivio me recorrió al instante. Eso quería decir que tendría más tiempo para preparar el discurso que les daría a mis padres sobre mi futura elección de carrera universitaria, una que no tenía mucha relación con la que ellos habían elegido para sus vidas.
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Estúpido Josh │Próximamente en papel
Teen FictionPrimer libro de la trilogía Cartas a Josh. "―¿Qué quieres de mí? ―Quiero que tus malditos labios se posen sobre mis malditos labios y que nuestras malditas bocas encajen como un maldito rompecabezas. ―¿Qué se supone que...? ―Bésame. ¿O es que acaso...