Capítulo 15: Máquina

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Un brillo súbito de color azul claro hizo detenerse el puño de Lucy. Aprovechando su confusión Frisk se zafó de su prisión y se escapó del agarre de Lucy, ante lo cual Lucy no reaccionó, solo miró hacia el frente de donde apareció Sally.

-Lucy, ¿es esto lo que defiendes? -dijo Sally- parece mentira que seas mayor que yo, ¿Por qué haces esto?

-Sally no lo entiendes, Frisk nos ha engañado

-¿Acaso le preguntaste por su esencia? Tanto Fred como Simon me dijeron lo mismo: les contestó determinación, sin miedo.

-Pero...

-Si ellos confían en Frisk también lo hago yo, Lucy. ¿No es lo correcto dar una oportunidad a quien lo merece? ¿Que te ha hecho ella? ¿Dónde ha quedado tu integridad?

-No lo entiendes, hace que los monstruos se vuelvan locos.

-Tu no eres un monstruo Lucy, ¿a qué no? Entonces tú te has vuelto loca sin excusa. Lo he visto. Al salir de las ruinas una neblina negra cubre el cielo. ¿Aún crees que es culpa de Frisk?

-Negra, color del odio. La determinación se transforma en odio...

-No, se puede transformar, he leído ese libro de casa de Undyne. No siempre ocurre.

-¿Qué otra explicación le das?

-Hay dos personas más con determinación aquí abajo. Creo que puedes unir los hechos tú sola.

-¿Dos?

-Conocemos a Undyne, su determinación es mínima pero controlada. Pero ¿conocemos a Chara?

Ante la evidencia de los hechos, Lucy se tiró al suelo de rodillas, llorando de nuevo.

-Frisk yo... -balbuceó Lucy- Perdóname por favor...

-No es problema -contestó Frisk extendiéndola la mano- se que no eres mala persona, desde el principio me protegiste, y entiendo que tuvieras miedo de mi alma.

-No tenía motivos para atacarte...

-Lo importante va más allá: tu integridad queda intacta.

-Chicas

Las tres se volvieron hacia el laboratorio, y vieron a Gaster corriendo hacia ellas.

-¿Que ha pasado? -preguntó el doctor.

-Lucy entró en pánico y atacó a Frisk -contestó Sally.

-Entrad a mi laboratorio. Lucy, ten cuidado. La integridad es la esencia más endeble, se puede perder con mucha facilidad dejando un alma vacía, deberías cuidarla.

-Doctor -dijo Lucy- preferiría volver a Waterfalls y hablar con Fred.

-Está bien, ve a desahogarte si quieres. Frisk, tú si, entra conmigo.

-Voy con vosotros -secundó Sally.

Nada más entrar era todo un cubículo gris, no tenía mucho más allá de un frigorífico, camas y material de laboratorio. También había un póster de anime en la pared. Las puertas de los lavabos también estaban bien señalizadas, aunque, ¿los esqueletos necesitaban lavabo? ¿Tenía sentido añadirlo al laboratorio?

-D-doctor -Alphys estaba allí, Frisk si que la reconocía. Estaba igual, a diferencia de los demás.

-Alphys, -dijo Gaster- te presento a Frisk, ella es la última en caer. Creo que ya podemos fabricar el último alma.

Frisk reconoció el estilo del tomo octavo de ciencia en la mesa de Alphys. Luego se encargaría de pedirlo.

-Frisk, escucha atentamente -dijo el doctor-, la determinación es muy inestable si se extrae del alma. Normalmente ponemos dos electrodos a cada niño, uno en el pecho y otro en la cabeza. Sally seguro que lo recuerda -Sally asintió con la cabeza- sin embargo, contigo tendremos que usar otra máquina, una más agresiva. No lo haremos si tú no quieres.

-Pero si no lo hago, no podréis salir de aquí.

-Puede ser peligroso para ti, no voy a mentirte.

-Estoy dispuesta a correr el riesgo por todos vosotros.

La sonrisa que lanzó Sally podría haberse visto desde kilómetros. Probablemente estaba feliz de haber acertado en sus suposiciones, de que Frisk no era odio.

-Muy bien, en ese caso una cosa más. Iremos a mi laboratorio secreto, Sans ha preparado todo para que no salga mal, pero por favor... Quiero que ignores todo lo que pase.

Tras un movimiento de cabeza por parte de Frisk mostrando aprobación, se dirigieron al baño de hombres.

-Sally, si quieres puedes venir, pero también puedes irte, algo podría salir mal y...

-Quiero apoyar a Frisk en esto -interrumpió Sally al doctor.

-Bien, Alphys prepara el ascensor.

Tras unos segundos, la puerta del baño se abrió mostrando un ascensor oculto. Efectivamente no necesitaban ese baño. Los tres entraron y bajaron lentamente hasta que las puertas se abrieron y se descubrió una sala oscura, con una puerta claramente iluminada.

-Vamos, es esa puerta, rápido.

El doctor Gaster quería ocultar algo, estaba claro, pero no sabían muy bien el qué. Lo que más escamaba a Frisk era el hecho de que su nombre estaba escrito con sangre en el suelo, en una esquina. Alguien lo había intentado borrar.

Al entrar en la sala vieron una máquina gigante con forma de Gaster Blaster.

-Está es la máquina de Determinación. Extrae dicha esencia con total seguridad, aunque su uso repetido puede traer graves consecuencias. Por ello, solo la usaremos una vez contigo, Frisk. No hará falta hacerlo más veces. ¿Estás dispuesta?

Sin decir nada Frisk se acercó a la máquina en cuestión, la cual abrió Gaster, revelando un asiento en su interior. Instintivamente, Frisk se subió y se sentó en él.

-Cierra los ojos y relájate. Te prometo que no dolerá -decía Gaster mientras cerraba la máquina.

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