Capítulo 30: Padre

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Todo había terminado. Gaster estaba arropando a Chara que había caído desmayada, mientras que Mettaton luchaba con ayuda de Roman para romper el escudo de amabilidad. Frisk estaba en shock, habían pasado demasiadas cosas de lleno. Pero parecía que el odio ya se había marchado.

-Frisk... Chicos... Debo explicar todo... -dijo Gaster.

Al darse la vuelta Frisk vio que allí estaban Sally, Simon, Lucy, Fred, Lewis y Jane, pero ¿cuando habían llegado?

-Sentaros en el suelo si queréis -siguió Gaster- Primero quiero que me perdonéis, lo que decía Chara era cierto, la esencia que extraje de vuestras almas hizo que se corrompiesen ligeramente. Confiaba en que Frisk, con su determinación os purificase, y para ello necesitaba que Frisk no se corrompiera. La determinación que ella tiene... No es suya. Es de Chara.

-Eres... Un desgraciado... -dijo Chara tumbada en el suelo y recién despertada.

-Chara... -continuó Gaster- a ti en especial te pido perdón. Me sobrepasé contigo, olvidé que eras humana. Me merezco lo que me hiciste.

-Doctor -añadió Lucy- ¿que hay de su alma? ¿No deberíamos controlarla?

-No, Frisk consiguió purificarla con vuestros colgantes. Siete almas puras pudieron con ella, y conmigo. -Los 8 niños se extrañaron- Chicos... El odio también me dominaba, y la avaricia... Por eso hice todo esto, perdonadme.

-Wingdings -intervino Jane- creo que hablo en el nombre de todos cuando digo que todo ha acabado bien, por lo que...

-¿Todo? -interrumpió Simon- ¿Que hay de los demás monstruos?

-Simon, -dijo Gaster- Alphys y Sans se los llevaron a otro lugar seguro lejos del odio de Chara.

-¿Y las almas? -intervino Fred- Costo mucho crearlas sintéticas.

-Vamos Fred -respondió Sally- seguro que podemos esperar a crear más.

-No es necesario chicos -dijo Frisk sacando los colgantes- están aquí encerradas. Por algún motivo Chara se desestabilizó al librarse Gaster de su control y perdió las almas, que se quedaron en los colgantes por si solas.

Frisk repartió cada colgante a sus respectivos dueños. Se quedó con el rojo determinación, pero se levantó y anduvo hasta el lugar donde Chara ya se había incorporado y sentado, y le extendió el colgante.

-¿Que haces? -dijo Chara con asco.

-Ya has oído al doctor ¿No? Tanto la determinación del colgante como la del alma sintética son tuyas, no mías. Es lógico que te quedes el colgante. Además, después de todo lo que has sufrido te mereces ser tu quien rompa la barrera.

-Frisk... -parecía que Chara iba a llorar- G-gracias...

-Tu alma es pura ahora, y no tenemos motivo para desconfiar de ti, ¿no es así chicos? -se dio la vuelta y todos sonreían y asentían.

Frisk volvió a su sitio junto a Chara, que se sentó con ellos.

-Lo que mas me preocupa -dijo Lewis- es que este hombre lleva todo el rato con nosotros y nadie se ha preguntado quien es.

-¿Hablas de mi? -dijo Roman.

-Chicos -saltó Frisk- este hombre es Roman, es el barquero...

-Eso es información a medias Frisk -cortó Gaster- Este hombre se llama T.N. Roman Gaster... Es mi hermano -todos quedaron con la boca abierta- y no solo eso... El es el verdadero Doctor Gaster, el arquitecto que ideó y construyó tanto este laboratorio como el núcleo... Aunque perdió su puesto por mi culpa. No hay día que no me arrepienta Roman....

-Ya hablaremos Wingdings, pero no te preocupes, no hay rencor. En cualquier caso, yo también soy...

-...¿¡Padre!?

Todos miraron hacia la puerta del laboratorio, de donde vino la voz inesperada. Ahí estaba Sans quieto, con los ojos muy abiertos y llenos de lágrimas.

-Sans, hijo mío -dijo Roman.

Sans tiró todos los papeles que llevaba al suelo y corrió a abrazar a Roman, llorando.

-Si, -siguió Gaster- también es el padre de vuestros amigos Sans y Papyrus.

-Padre, -dijo Sans sin escuchar a Wingdings- pensaba que... Habías muerto.

-No hijo, pero para evitar morir tuve que ocultarme... Ruego me disculpes...

-¡PAPÁ! -esta vez era Papyrus quien se abalanzó a por Rowan.

-Chicos, ¿que os parece si vamos a casa en Snowdin y hablamos? Me tenéis que contar muchas cosas. E invitad a esa amiga vuestra, Undyne.

Los tres juntos se fueron por la puerta, mientras todos veían el emotivo encuentro padre e hijos, algunos con lágrimas en los ojos.

-Perdonadme chicos -dijo Wingdings- pero ahora debería ir a ayudar a Alphys para poder hacer que todo vuelva a la normalidad.

-Mientras tanto, nosotros tenemos algo que hacer -añadió Chara- ¿No es así chicos?

Todos asintieron con un fuerte grito de alegría.

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