Capítulo 5: Matar o morir

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Hacía frío. Todo se veía blanco por la nieve, árboles a ambos lados del camino que Frisk tenía delante, un arco de piedra ancho frente a ella, y la gran puerta de las ruinas cerrándose a su espalda. Si, aquel lugar no había cambiado. Aquello era la región nevada de Snowdin

Frisk se sentía confusa, recordaba lugares, pero no recordaba más humanos, como Sally. Tampoco había conocido a Asriel, sin embargo, eso iba a cambiar puesto que la estaba esperando. ¿Quien sería? Aunque en ese momento había otra pregunta que rondaba por su cabeza...

¿Dónde estaba Chara?

Frisk avanzó hasta encontrar una lámpara con una forma conveniente para esconderse de... Aunque no estaban los hermanos esqueletos allí.

Eso es. De repente recordó que Sans si que era consciente de los saltos temporales. Debía encontrarlo.

A lo lejos, mientras vagaba en sus pensamientos, una figura se acercaba más y más hacia ella, una figura que se confundía con la nieve, que si no fuera por su camiseta verde y sus ojos negros no podría ver con facilidad.

-¡Hola! -gritó desde lejos mientras corría. No tardo en pararse frente a Frisk- Hola, me llamo Asriel, encantado. Sally debió hablarte de mi.

-Así es -contestó Frisk- un gusto, yo soy Frisk.

-Es curioso -añadio él- es la reacción más... Indiferente que he visto en un humano al ver un monstruo.

-Digamos que estaba mentalizada

-El caso Frisk, es que me resultas familiar, no sé por qué. Ah claro. Te pareces mucho a mi hermana.

-¿Tu hermana? -se interesó Frisk.

-Si, es una chica humana como tú, aunque ahora está ayudando al doctor con sus investigaciones y hace tiempo que no la veo.

Mientras Asriel hablaba, Frisk empezaba a extrañarse. Asriel no era el único que hablaba de EL doctor, también lo hizo Sally. Hasta donde ella sabía, Alphys era una mujer, y ella era la doctora. ¿O algo había cambiado?

-Aunque -continuaba Asriel- tal vez tú llegues a conocerla, ya que tendrás que ir a su laboratorio. Dile que eres amiga mía. Por cierto... Su nombre es Chara, no lo olvides.

Chara... En ese momento Frisk se quedó en blanco, literalmente. Sintió como su piel se volvía más pálida y el frío le recorría el cuerpo de arriba a abajo. ¿Chara era su hermana? ¿Una humana hermana de un monstruo? Aquí habían cosas que no cuadraban.

Una niebla negra surgió entonces a lo lejos, aunque no le dio mucha importancia debido a sus pensamientos, y Asriel pareció no tenerla en cuenta, así que no la preocupó.

Antes de que se dieran cuenta, mientras Frisk se sumía en sus pensamientos, ya se dirigían de camino a Snowdin ciudad. Frisk iba distraída, pero por suerte parecía que Asriel no se daba cuenta.

Durante su camino Asriel la paró.

-Bueno -dijo Asriel- realmente podrías ir avanzando tú sola, me arriesgo mucho a que uno de los puzzles de Papyrus salga mal y acabe muerto. Claro, que tu vida no es tan importante como la mía, así que tú sigue adelante. Te apañarás.

-Asriel... -Frisk le miraba asustada- ¿Que estás diciendo?

-Que tu alma no es útil, ¿O acaso quieres eclipsar la determinación de mi hermana? ¿Te crees mejor que ella por resistirte a su control? ¿Te crees mejor que ella por frustrar sus planes y reiniciar?

-¿Quien... -Frisk ya estaba asustada, dando pasos hacia atrás tartamudeaba- quién eres?

-Soy yo, tú mejor amigo

-¿De que hablas Asriel?

-No te enteras. Aquí solo existen dos opciones: ¡Matar o morir!

Casi cuando terminó de decirlo, unas llamas azules surgieron de sus manos. Frisk las esquivó como pudo, mirando incrédula el cambio de actitud de Asriel. Una cosa estaba clara: algo tenía que ver con Flowey. Pero ¿por qué la atacaba? Y ¿por qué sabía que Chara había reiniciado?

Mientras Asriel atacaba una y otra vez, consiguiendo un aspecto más digno de llamarse "monstruoso", Frisk esquivaba todo lo que podía preguntándole constantemente que le pasaba, apelando a su consciencia. Si, puede que nunca hiciera una ruta pacifista, pero recordaba las palabras de Toriel: no tenía por que luchar, podía perdonarlo.

Pero Frisk no aguantaba más, estaba al borde de morir, cuando una voz lejana se oyó fuerte.

-¡ASRIEL, YA BASTA! -decia- ¡¿SE PUEDE SABER QUE ESTAS HACIENDO?!

Frisk se giró, y vio a un Papyrus cansado, protegiéndola con uno de sus huesos. Asriel lo reconoció, y al instante volvió a ser el que era, mientras la neblina oscura se disipaba

-Papyrus -respondió Asriel confuso- ¿Qué pasa? ¿Por qué gritas?

-¡Cómo que qué pasa! -intervino Papyrus- Si no llego a estar aquí matas a la pobre muchacha. ¿Es esto lo que quiere tu padre?

-¿A Frisk? No no, yo la estaba acompañando a... -gira su cabeza hacia Frisk y la ve tirada en el suelo, débil y casi muerta- dios mío ¡Frisk! No puede ser verdad ¿Que me ha pasado? No recuerdo nada.

Papyrus la cogió en brazos y corrió hacia Snowdin para dejar descansar a Frisk. Asriel corrió junto a él.

-No lo entiendo Paps -comentaba Asriel entre jadeos- yo solo quiero ayudar a los humanos que caen. ¿Por qué la he atacado?

-Asriel -respondió Papyrus- ahora no importa, es más importante la salud de ella, has dicho que se llamaba Frisk ¿No?

-Si, pero claro que es importante. ¿Y si me vuelve a pasar?

-Tiene que haber sido algo más, tú no eres así, no eres asesino.

-¿Estás seguro Papyrus? ¿Nunca he tenido instintos asesinos?

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