Estaba perdido en mis pensamientos, no lograba sacar esa gran duda que tenía en estos momento, ver ese cuerpo no ayudaba mucho para aclarar mis dudas, pero de algo estaba seguro, los libros de anatomía son un enredo total.
- No puedo - dije pegando mi frente a aquellas hojas de papel.
- Ya deja eso - quitó el libro sin importar nada. Agradecía estar encima de la cama - has estado con eso desde que llegué.
- Te dije que tenía que estudiar, tú quisiste venir - quité el libro de sus manos - ¿por qué no me ayudas?
- Yo no sé nada de eso, ni siquiera estudio lo mío - rió con gran fuerza.
- ¿Cómo es que apruebas todo?
- Soy un genio man, un grande.
- Voy a reprobar - volví a dejar caer mi cara contra la cama.
- Recién estás empezando el año, no seas exagerado.
- Menos mal que eres mi amigo, deberías animarme.
- ¿Quieres que te anime?
- Podrías hacer el intento.
- Mmmm...¿bueno? - respondió dudoso - ARRIBA ERICK, TU PUEDES, DALE CON TODO...
Levanté mi mirada ante esos gritos que provocaron un sobresalto en mi, sabía que era un idiota pero no a ese nivel.
- Christopher, ya...
- VAMOS, VAMOS, VAMOS FLOJO - siguió gritando en lo que abría uno de los libros.
- Te pasas - reí.
- Tienes al mejor amigo del mundo - contentó mientras volvía a recostarse en la cama - descansa un poco, estudiar mucho hace mal.
- Lo dices para que te haga caso.
- También - rió llevando mi mano a su cabeza - ¿me haces cariño?
- Ya que - respondí acariciando su cabello.
Él es Christopher, mi mejor amigo desde hace diez años. Nos conocimos siendo unos niños, aunque él tenía trece años y yo apenas ocho, la edad no fue impedimento para formar una amistad.
¿Cómo nos conocimos? Gracias a que con mis padres nos vinimos a vivir a este gran país, Ecuador, mi segundo hogar. Creo que tomaron una buena decisión, parte de mi vida la hice acá.
La cosa en Cuba en esos tiempos no estaba tan buena, no había estabilidad económica y tampoco tenía un buen futuro asegurado. Aquí en Loja a parte de tener estabilidad en todos los sentidos, tenía a mi amigo que era a la persona que le confiaba todo, claro, después de mis padres.
Sus padres son como unos tíos para mi, nos conocimos gracias a que nuestros papás trabajaron juntos por un tiempo, nos apoyaron bastante ya que no conocíamos mucho aquí.
- ¿En que piensas? - preguntó de pronto.
- En que llevo tantos años aguantándote.
- ¡Oye!
- Es broma - sonreí - casi diez años de amistad, ¿increíble no?
- Sí, ¿te acuerdas cuando llegaste a mi casa? - comenzó a reírse - parecías un duende con ese gorro, creo que jamás lo olvidaré.
- Es culpa de mi mamá, ella me vestía - respondí avergonzado - además no creas que me olvido de todas las veces que me hiciste llorar, eras un pesado conmigo.
- Eras un llorón, aunque te prefería así - fijó su mirada en mi - odio que te sepas defender, golpeas fuerte.
- Tú me provocas.
- ¡Uy! Gatito - dijo pervertido a lo puse los ojos en blanco - no quieres que te...
- Sucio - interrumpí - no te pongas raro.
- Grrr...
- ¡Christopher! - tapé su boca para que guarde silencio. Cuando le daba por molestar, lo hacía con lo que se le pasara por la mente.
Pero bueno, es mi amigo y así lo quiero.
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Por Curiosidad - Chriserick
FanfictionLa curiosidad mató al gato, pero a nosotros nos fusiló.