Por Curiosidad - Chriserick

Capítulo 37

- No Christopher espera - pedí poniéndome en la puerta - no te vayas.

- Qué quieres ¿restregarme en la cara tu noviazgo? Si quieres estar con él perfecto, ya decidiste de todos modos.

- Escúchame, por favor, hablemos con calma ¿si? - intenté tocar su mano fallando - Christopher, por favor.

- Siento como si me hubieran dado una puñalada - comentó - eres una de las personas en las que más confiaba Erick, que mierda hiciste.

- Entiéndeme también a mi.

- ¿Te dijo que era mi novia?

- No.

- ¿Entonces?

- No lo sé - negué llorando.

- No confiaste en mi, yo te dije, te prometí que no te haría daño - dijo más tranquilo - incluso llegué a temer hacerlo algún día.

- Tú tampoco confiaste en mi, si me hubieras contado esto no estaría pasando. Dijimos que no habrían secreto - recordé.

- No quería preocuparte, no quería preocupar a mi mamá, ni ella lo sabe - añadió - vine esperando poder desahogarme contigo, ya no daba más, no sabes lo horrible que era escuchar tus audios, ver tus mensajes y sentirme un maldito idiota asqueroso.

Cada palabra que salía de su boca me dolían cada vez más, lo conocía y sabía que no lo estaba pasando bien, su voz no estaba igual, todo en él estaba distinto y aún así no quería demostrarlo, llorar no es lo suyo.

- Pero tú no tienes la culpa, tienes que denunciarla, te acompaño si quieres.

- Ahora te intereso, ahora ¿verdad?

- No estás bien.

- Claro que no lo estoy, pero que más da - dijo intentando salir - Erick, necesito salir de aquí.

- No puedes irte así, necesito que arreglemos las cosas - pedí.

- ¿Para que? Si nada va a cambiar. No voy a reclamarte nada, no me corresponde - contestó intentando quitarme. No encontré mejor opción que aferrarme a él, no podía dejar que se vaya así - deja el drama.

- No te vayas, no te voy a dejar ir.

- Prefiero dejar las cosas así, no quiero pelear. Y no te preocupes, presenta a tu novio, debe ser buen chico como para que haya aguantado tanto tiempo estar oculto, a fin de cuentas él no tiene la culpa.

- Abrázame - pedí - por favor.

- Necesito irme, quiero irme ¿me puedes soltar? - negué a su pregunta.

- Perdóname Christopher - pedí nuevamente.

- Solo quiero decirte algo, pero suéltame.

Dudé en hacerlo, pero hice caso a su petición - dime.

- No pensé que esto iba a acabar así, admito mi error, no te conté porque a pesar de ser como soy, también soy persona y sentí miedo, eso lo asumo. Debiste esperar antes de hacer cualquier cosa - sentí de inmediato culpa ante esa frase - te tenía allá arriba Erick, en el cielo por decirlo de alguna forma, pero te caíste de un solo golpe y eso es lo que más me duele.

- No me digas eso - dije dejando caer las lágrimas contenidas.

- Cuídate, quizás nos veamos hasta cuando regrese, supongo que para ese entonces las cosas estarán mejor - dejó salir una sonrisa - y no llores, no me gusta que lo hagas.

Vi como abrió la puerta perdiéndose de mi vista, me asomé a la ventana para ver como se iba, por cada paso que daba sentía como el pecho se me apretaba.

Le di un golpe a la pared sin pensar en nada, tenía tanta rabia que no sabía como liberarla. Dejé caer mi cuerpo hasta quedar sentado en el suelo, lloré como nunca lo había echo.

No sé cuanto tiempo pasó, no sé en que momento la luz de la tarde comenzó a descender, si no fuera por la puerta de mi casa que se abrió, no hubiera sido consciente de aquel detalle.

- ¿Brian? Hijo ¿que te pasa? - preguntó mi madre agachándose. Quería decirle lo que había pasado, quería hablar, pero el llanto no me dejaba articular nada - ¿que tienes? ¿que pasó?

- C-Christopher mamá...

- ¿Qué pasa con él? ¿Le pasó algo?

- Mami... - dije llorando mientras me abrazaba, no daba más.