- ¿Cuándo irás a ver a Christopher? - preguntó la señora Yenny.
- Quedamos en que cuando venga - mentí - ha tenido mucho trabajo y no quiere que me distraiga de la universidad.
- ¿Está todo bien? - preguntó esta vez mi madre.
- Todo perfecto mamá, no se preocupen.
- Es extraño que ya sean tres semanas y no esté uno allá u otro acá - comentó mi ex suegra - pero si dices que todo está bien, será porque es así.
- No sabe con las ansias que lo espero - disimulé una sonrisa mientras debajo de la mesa apretaba el puño.
- Miren - enseñó la pantalla de su celular - hablando de él.
Con eso pude comprobar que solo conmigo no quería hablar, sabía que era inmaduro, pero no tanto.
- Estoy en la casa de Daysi, pasé un momento...te manda saludos - habló para mí madre.
- Igualmente, dile que venga a verme.
Yo solo escuchaba, era incómodo y a la vez penoso saber que ni siquiera preguntaba por mi.
- Mamá - susurré - voy a salir un momento.
- Estás saliendo mucho últimamente.
- Iré con Joel, además no tengo nada que hacer.
- No llegues tarde.
- Nos vemos - hablé bajito para la señora Yenny.
Qué cansador era estar mintiendo sobre este tema, no me hacía avanzar como yo quería.
Llegué a la dirección que me dió Joel, con él nos veíamos casi todos los días, ya sea en la universidad o un momento los fines de semanas.
- Hola - saludé con un beso en la boca apenas abrió.
- ¿No sé te hizo difícil llegar?
- Existen los Uber.
- Pasa - se hizo a un lado - ¿tienes hambre?
- Acabo de comer, pero gracias. Por cierto, qué linda tu casa.
- Ven - tomó mi mano. Me llevó hasta otro lugar de la casa, yo solo me dejaba guiar - este es mi espacio favorito.
- ¿Todo en ti es tan...?
- ¿Tan que?
- No lo sé, ¿estiloso?
- Mi mamá me dice lo mismo - rió - soy bastante exacto en mis gustos.
- Me gusta - dije observando su habitación - ¿es tu mamá? - pregunté tomando un cuadro.
- Sí - respondió rodeandome con sus brazos - podría decir que es la mujer de mi vida, literal.
- Claro - reí entendiendo. Dejé aquel retrato en su lugar para posar mis manos sobre las de él.
- Déjame hacerte olvidar - susurró estremeciendo mi cuerpo. Cerré mis ojos intentando relajarme, sabía que estaba en buenas manos.
- Sí - solté tímido.
Llevábamos poco tiempo de conocernos, pero no puedo decir que no me ha respetado porque sí lo ha echo, ha sido paciente y comprensivo.
Joel no era como Christopher, eran dos personas totalmente distintas, trataría de ser cuidadoso, en esta cosas soy un poco intenso.
Su ternura era notable, aún no entendía como es que siendo tan lindo, bueno y tierno, estaba solo.
- Supongo que no te pondrás un condón de diamantes - bromeé sacándole una sonrisa - lo siento, siempre digo tonterías.
- Eso me gusta, no creas que no.
Cómo ya no era virgen en ningún sentido, no iba a doler tanto, digamos que con el tiempo fui agarrando experiencia.
Sus embestidas eran suaves y rítmicas, se sentía espectacular, además porqué no decirlo, tenía mucho de dónde agarrar.
Iba todo más que perfecto, me sentía cómodo, me sentía bien, me estaba dando el placer que necesitaba.
Todo se vino abajo cuando a mi mente vino aquel recuerdo de ese chico loco y alegre, abrí mis ojos de golpe, no fui capaz de mirar a Joel quién seguía entrando en mi, no debía arruinar esto.
Me quedé un momento acostado con él, sentía un cargo de conciencia horrible.
Me giré dándole la espalda, no tardó en abrazarme, dejó besos húmedos en mi pequeña espalda, quería sonreír pero no podía hacerlo.
Apreté mis labios sintiendo como una lágrima cayó desde mis ojos recorriendo mi mejilla, la tristeza que estaba guardando desde hace días, quería salir en el momento menos indicado.
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Por Curiosidad - Chriserick
Fiksi PenggemarLa curiosidad mató al gato, pero a nosotros nos fusiló.