Capítulo 11

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Me senté de a poco en su pronunciada erección, era normal sentir un poco de molestia, jamás había entrado algo por ahí.

Hice movimientos suaves en lo que mi estrecho espacio se acostumbraba al particular tamaño de Christopher.

- No está para nada mal - dijo ayudándome con los movimientos.

- Que no se te suba el ego - advertí - pero man, si la tienes grande.

Rió por aquello, pero tenía que ser sincero, finalmente era yo el que estaba sintiendo - que loco.

- Uh, espera...se salió - tomé nuevamente su erección para introducirla.

Subía y bajaba con un poco más de ritmo, no me consideraba mal en lo sexual, aunque esta era una situación distinta, pero igual de placentera.

Era complicado mantener un beso mientras saltaba sobre el, la respiración no me daba para tanto.

- Mierda... - apoyó su frente en mi pecho mientras sus brazos me apretaban cada vez más - lo haremos más seguido.

Entre una sonrisa por escuchar eso, solté un pequeño gemido, probablemente el primero de muchos.

- ¿Te sientes más cómodo? - preguntó sin levantar la mirada.

- Sí. Vayamos más rápido.

- Ya dijiste - contestó recostando mi cuerpo en la cama. Una nalgada hizo que sienta un pequeño ardor - eso te quedará rojo.

- Me dolió - fruncí el ceño.

- ¿Si? - embistió de lleno.

- CHRISTOPHER - golpeé su hombro - ¡ah! ¡Chris! - besé el lugar del golpe.

- Que bipolar - se detuvo - no me golpees, yo te daré duro por cada golpe.

- ¿Te atreverías?

Dejó cortos besos - claro que sí, con lo caliente que me tienes.

No pude evitar sentir vergüenza, al parecer Christopher no conocía el significado de esa palabra.

- Bien - di una pequeña bofetada. Me miró algo confundido pero captando la indirecta - ¡espera!

- Shhh...- tapó mi boca. Comenzó a penetrar de una forma acelerada, rodeé su torso con mis piernas, la verdad estaba sintiendo más placer del que imaginé.

- ¡Mmm...! - exclamé riendo. Su mano en mi boca no me dejaba decir nada.

Cerré mis ojos para lograr sentir aquella sensación al máximo, de vez en cuando le daba atención a mi pene, otras veces era imposible.

Sacó su mano para unir nuestros labios, ¿besos tiernos? No, a esta altura ya eran descontrolados.

Apreté con gran fuerza sus dos glúteos, en Christopher si tenía de dónde agarrar.

Me dediqué a mirar parte de su cuerpo, tenía varias marcas rojas que yo estaba dejando, era culpa de él por ser tan blanco.

No podía esperar más, necesitaba correrme y así lo hice. Al rato luego de que sintió el placer máximo, salió casi apresurado quitando el condón, movió rápidamente sus manos para dejar salir aquel líquido que fue a dar a mi abdomen.

- Espera... - tomó un poco de aire - no te muevas.

Solo asentí, ya no daba más. Mi mirada en el techo intentaba buscar relajo, vaya que agitado me había dejado.

Sentí algo frío en mi abdomen que hizo que levanté mi mirada, me dediqué a mirar lo cuidadoso que era para limpiar aquello que él había dejado en mi.

- Eres muy higiénico - halagué.

- Cuidadoso, esa es la palabra - respondió acostándose a mi lado - es cómodo estar sin ropa ¿no?

- Sí, aunque se me está enfriando el cuerpo.

- Hay que meterse - dijo antes de acostarse bajo el desorden de la cama - ven.

Obedecí ya que era lo que necesitaba. No estábamos abrazados ni nada por el estilo, cada uno estaba respetando su espacio.

- Estuvo bien - rompí el silencio.

- Te voy a ser sincero, esperaba menos, me sorprendiste.

- Uy no, gracias - puse los ojos en blanco.

- No lo tomes a mal, estoy siendo sincero - contestó intentado ser abrazado por mi - me gustó, es más, me encantó.

Lo miré con cierta duda, pero una sonrisa me delató, no me quedó de otra que corresponder a su abrazo.

Por Curiosidad - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora