Capítulo 6

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Caminaba de un lado a otro, estaba totalmente nervioso.

- Erick, ¿cómo se te pudo olvidar? - preguntó Esteban, mi compañero de clases.

- No sé en qué estaba pensando, lo olvidé por completo.

No sabía en dónde tenía mi mente, mi cabeza, esto de la universidad era muy agotador, no sé cómo pude olvidar el trabajo escrito.

Aún faltaba para ingresar, salí a tomar aire en lo que esperaba, si no tenía ese trabajo no solo me vería perjudicado yo, también mi compañero.

- Gracias a Dios - respiré aliviado al ver a Christopher literalmente corriendo. Apenas lo llamé accedió a ir por ellos a la casa.

- Ten - me entregó aquel folder - loco...no doy más.

Abrí mi mochila para sacar la botella de agua, estaba sudado y hasta rojo.

- Te debo una - hablé revisando que estuviera todo.

- ¿Llegué a tiempo?

- Sí ¿cómo llegaste tan rápido?

- Corriendo - bromeó.

- Si claro.

Esperé a que tome un poco más de agua, la universidad era bastante grande y a Christopher lo de correr no le agradaba mucho.

- Bueno, me voy. Quiero una buena calificación - advirtió.

- Eres el mejor - agradecí en un abrazo - te vas con cuidado, avísame cuando llegues.

- Tampoco me iré a la China.

- Solo me preocupo.

- Está bien, te avisaré - depositó un beso en mi mejilla para poder irse.

Volví a dónde estaba mi compañero para unir nuestro trabajo, fué un alivio grandísimo para ambos.

Tuve muchas dudas en un principio al quedarme en esta carrera, en las áreas de salud siempre predominan las mujeres en cuanto a cantidad, pensé que me sentiría solo o incómodo, hasta que vi que sí habían hombres, apenas éramos cinco pero solo con saber que no era el único me conformaba.

- Está completo - sonrió - menos mal.

- Sí. Nos irá bien, ya verás.

Saludé a los demás, era más que nada para no mostrarme grosero, no eran mis amigos pero eran mis compañeros de clase, los veré la mayoría de los días por posiblemente cinco años.

En un futuro me veía trabajando con niños, la kinesiología hoy en día es muy importante, sé que en unos años más ayudaría a muchos y eso me llenaba de ilusión.

Apenas llegó la profesora nos pidió nuestro trabajo, era lo que más odiaba, ni tiempo de arreglar un detalle nos daban.

Trataba de ser lo más ordenado en los apuntes, pero era imposible, aquí todo es muy rápido y ni tiempo me da de escribir todo.

La pantalla de mi celular se encendió dejando ver un mensaje, era Christopher quién me avisaba de su llegada.

Me perdí en mis pensamientos, tenía a una gran persona como amigo, siempre estaba para mí y no sabía cómo agradecerle tanto apoyo.

- Oye - sentí cómo un papel dió en mi cara - presta atención.

- Lo siento - sonreí.

- ¿En que estabas pensando? O en quién... - insinuó Esteban.

- ¿Por qué piensas que es una persona?

- Por tu cara de tonto, para la próxima te tomo una foto.

- Silencio - escuchamos la voz de la maestra - pongan atención, no volveré a explicar de nuevo.

- Lo siento - me disculpé.

Intenté concentrarme nuevamente, pero algo vino a mi mente sin autorización. Negué intentando sacar de mi mente a mi amigo, creo que estaba más distraído de lo normal.

Por Curiosidad - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora