El niñero del señor Howlett (Wolvesilver)

Capítulo 11

Peter sentía que su corazón se había roto, lo único que quería era llorar, jamás pensó que podría sentir un dolor tan grande, incluso cuando Erik lo había abandonado el dolor había sido menor en comparación al que sentía ahora, nunca pensó que la única persona en la cual había depositado su confianza, el hombre del cual se había enamorado, lo hubiera traicionado de esa forma.

Con cuidado se limpió una lágrima que se había escapado, estaba seguro de que más tarde botaría muchas más, lo único que quería en esos momentos era derrumbarse, dejarse caer y llorar todas las penas que albergaba en su corazón, en el pasado jamás permitió que el dolor lo sobrepasara, sin embargo, ahora no quería ser un hombre fuerte, quería sollozar, quería gritar, pero, sobre todo, quería que alguien lo consolara.

Logan se quedó estático viendo como el automóvil en el cual iba el amor de su vida se alejaba, una parte de él quería salir corriendo y alcanzarlo para explicarle todo, pero también sabía que no sería un buen momento, pues quizás Peter no escucharía razones, lo mejor sería darle algo de tiempo, no abrumarlo.

Entro dando grandes zancadas, encontrándose con Charles desecho en llantos mientras Erik intentaba consolarlo, sin embargo, el castaño se alejaba de su toque y lloraba aún más fuerte.

— Son unos imbéciles y me metieron en su mierda — les gritó Logan molesto mientras apretaba los dientes, se maldijo a si mismo, debió haberle contado a Peter lo que sabía desde un principio, no guardarle nada, ahora se arrepentía y se sentía el ser más imbécil.

— Yo no quise, yo ... — intentaba hablar Charles entre sollozos.

— Todo es mi maldita culpa — explicó Erik tragando duro, mientras sus ojos se humedecían.

— Al fin estamos de acuerdo en algo — respondió el profesor de forma irónica — luego tomó de la mano a su hija que seguía sin entender nada y fue por la hermana de Peter, de seguro la muchacha lograría aconsejarlo o al menos darle ideas de donde podría encontrarse su novio.

Un par de horas más tarde Logan se encontraba frente a la puerta del departamento de Peter, estaba sumamente nervioso y no sabía como empezar sus disculpas, sólo tenía certeza que debía conseguir el perdón de su chico fuese como fuese, no estaba dispuesto a perderlo otra vez, en el poco tiempo que llevaban juntos, él en más de una oportunidad había arruinado lo que estaban formando y su platinado siempre lo perdonaba, tenía miedo de que esta vez no fuese así.

Nadie salió, golpeó aún más fuerte pero no obtuvo respuesta, llamo al móvil de su chico, pero este lo mandaba de inmediato al buzón de mensajes, haciendo que Logan frustrado le llenara la capacidad de sus mensajes de voz. Incluso llamó a los mocosos que compartían hogar con Peter pero ellos tampoco le contestaban, Logan se estaba desesperando y estaba a solo minutos de derrumbar la maldita puerta, solo quería comprobar que Peter estuviera bien, que no hubiera hecho alguna locura, de pensarlo un escalofrío recorría su espalda.

— Bebé por favor, ábreme la jodida puerta, te lo suplico — rogó Logan recargándose en la puerta, su voz salía llena de dolor.

— ¿Logan? ¡Que mierda hiciste! — le gritó Kurt quien venía de la mano de su novio, quien de inmediato le dedicó una mirada molesta.

El profesor de historia les explicó lleno de dolor lo que había ocurrido, ambos chicos lo quedaron mirando con el ceño fruncido, pero finalmente accedieron a darle acceso a su hogar, pues Peter lo que más necesitaba en esos momentos era contención, estaban seguros de que se encontrarían a su amigo sumamente herido, de solo pensarlo se les estrujaba el corazón, ellos eran quienes más sabían de todo lo que había sufrido Peter, ellos lo habian visto en el suelo y no querían que volviera a pasar por lo mismo.