Just Live [MAGCON]

Vine V.

Donde Danny monta un caballo en un bar nocturno.

Nash.

La verdad era que había estado inquieto por la reacción del fandom al saber que teníamos a dos chicas nuevas en la "familia", pero al parecer se lo tomaron bastante bien, por lo menos las personas que estaban en el espectáculo.

El show, pensé.

Jamas habría imaginado que Danny Frost era capaz de bailar así. Los recuerdos que tenía de ella eran de estar montando en bicicleta, jugar al baloncesto, concursos de eructos, ver quién tira a quién antes al suelo... Pero nunca la habría imaginado bailando.

Tenía muy en cuenta que me había quedado embobado mirándola, lo sabía, y Matt se estaba encargando de recordármelo cada dos por tres. Mi ridículo era inminente, pero estaba seguro que no había sido el único.

Al menos Mahogany se metía con Cameron porque no había apartado la vista de Violet. La pelirroja lo había llamado una "competición de miradas." No estaba seguro si sería de miradas o no, pero lo que estaba claro era que entre ellos había química.

Íbamos de camino al local donde habíamos decidido ir de fiesta. Teníamos un par de privilegios de más.

—¿Cuánto quedaaaa? —pregunté.

—Tengo hambreeeeee —dijo Cameron.

—Cam, hemos cenado hace como media hora. ¿Hay agua?

—¿Qué hora es?

—¿Os vais a callar? —saltó Carter.

Nos habíamos quedado sin coche debido a la tardanza y nos había tocado ir andado.

—Es que Nash, si no te tomaras tanto tiempo en hacerte ese maldito tupé, no habríamos perdido el coche. —Carter golpeó una piedra que había en la acera.

—Tengo hambre —siguió diciendo Cam.

—Perdón don-no-se-que-gorra-ponerme.

—De mis gorras ni media palabra, que son sagradas —dijo indignado.

—Sí, sí —se la quité de la cabeza decidido a ponérmela para cabrearle.

De repente, la imagen de Danny haciendo eso mismo pero con sonrisa y mirada traviesa me vino a la mente.

Vale ya, ¿no?

—No querrás estropearte el tupé —me advirtió Carter.

Mierda, el amigo tenía razón.

Le lancé la gorra de mala gana mientras me retocaba mi intacto pelo. Era un gesto que no me quitaba de encima.

El brazo de Cam apareció en mi hombro, e hizo lo mismo con Carter.

—Chicos, os tengo que confesar un secreto.

—¿Que te gusta Violet? Tranquilo —Carter le golpeó la mejilla—, ya lo sabíamos.

Cameron le dio una colleja.

—Calla.

Ahogué un grito fingiendo haber tenido una revelación.

—¡Eres gay! Ya sabía yo que me mirabas demasiado el culo, pillín.

Me puso mala cara.

—Pues ya no os lo cuento.

—¿Qué es? —le pregunté curioso—. Venga, ya nos callamos.

Juntó nuestras cabezas para que le pudiésemos oír mejor.