Just Live [MAGCON]

Vine XV.

Donde conocemos a un Nash borracho.

Danny.

Hacía un calor que me moría. ¿Por qué hacía tanto calor? Ni siquiera era pleno verano.

Llevaba cuatrocientas vueltas en la cama sin poder dormirme, tantas que al final la sábana para taparme y la almohada habían acabado juntas en el suelo como fieles compañeras.

Me moví de nuevo para posicionarme boca arriba con los brazos y las piernas en posición estrella de mar, como a mi primo pequeño le gustaba llamarla.

Lo que me hizo acordarme que debería llamar a mi madre, cosa que no tenía ni pizca de ganas a pesar de llevar un tiempo sin saber de ella.

Giré mi cabeza hasta que la mejilla tocó la parte fresca del colchón para observar a Vi. Estaba bien frita la muy puta. ¿Habría robado el ventilador y lo tendría escondido a su lado dándole el aire? Eso explicaría el por qué no había uno en la habitación.

Sí había un aire acondicionado, pero no tenía intención de ponerme mala.

El siguiente paso sería deshacerme de los shorts y el top que llevaba, pero no tenía la suficiente confianza con Vi aún.

Podría ponerme el bikini.

Un ruido en el pasillo cortó el hilo de mis pensamientos y me hizo centrarme en la fuente del sonido.

¿El equipo de limpieza no pasaba por las mañanas? Alcancé el móvil de la mesilla y vi que era la una y media de la madrugada.

En serio, necesitaba dormirme ya, mañana teníamos show.

Otro ruido sonó casi al lado de la puerta, seguido de una carcajada débil.

¿La gente no tenía respeto o era simplemente estúpida?

Se me pasó por la cabeza que podría ser alguno de los chicos haciendo alguna trastada para Vine.

Me levanté bufando y me hice un moño.

Ya sabes lo que dicen, si no puedes ignorar la fiesta, únete a ella.

Lo que me encontré en el pasillo no me lo esperaba.

—¿Nash?

El aludido alzó la vista para notarme.

—¡Pequeño Frostie! —Estaba sentado, apoyado en la pared y con las piernas desplegadas—. ¿Sabes que me he caído cuatro veces antes de llegar hasta aquí?

Lo observé atentamente.

—Has bebido.

—¿Es una pregunta?

—No.

—Bien, porque no sabría responderte —miró a ambos lado del pasillo—. ¿Dónde estoy?

—En un hotel —me crucé de brazos en cuanto salí de la habitación y entornaba la puerta.

Se rió de nuevo.

—Menudo sentido del humor. Eso lo he notado en cuanto he entrado y me han preguntado el nombre.

Me acerqué a él. No sabía exactamente si debía ayudarle a ir a su habitación, dejarle ahí tirado para volver e intentar dormir, o grabarlo en video y reírme de por vida.

—Pensé que el hotel cerraba las puertas a las doce.

—Tengo mis contactos —intentó guiñar un ojo, pero como consecuencia de la borrachera, cerró los dos logrando una graciosa mueca.

—Bart te va a matar —aseguré, hablando en voz baja.

—¿Se lo vas a contar? —dijo socarronamente—. Porque Taylor tiene un video muy gracioso tuyo montando a caballito encima de un tío. En peor estado que yo.