Vine X.

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Donde hay cien por cien tensión y metro y medio cuadrado de espacio.

Cameron.

Mi cabeza no paraba de reproducir lo que había escuchado sin querer cuando había ido a por los auriculares de Mahogany.

Pasé por la habitación de Danny y Violet de vuelta de la de la pelirroja, y tenían la puerta abierta, por lo que las voces se filtraban al exterior.

—¿Le vas a llamar? —se oyó la voz de Danny.

—Lo más probable. ¿Tú no? —Esa era Violet, y no había que ser superdotado para saber de lo que hablaban.

—Paso.

—¿Qué mas da? Si no lo vas a ver más. Además, solo sería una hora, tenemos que estar de vuelta antes del show.

—No, Violet. Yo paso, no me gustó nada ese tío. —La voz de Danny se oía cansada: esa conversación ya la habían tenido—. No me vas a convencer.

—¿Y si me pregunta por ti?

—Le dices que tengo un herpes monumental en el labio.

—Eres asquerosa.

—Pero me quieres. Y me vas a llamar si en cualquier momento ese tío hace algo que no te gusta o te obliga a algo que no quieres, ¿entendido?

Me removí en la pared. ¿Violet se iba a ver con aquel gilipollas? Ya había escuchado suficiente. Reanudé mi camino, con una rabia que ni yo sabia de donde había venido de repente.

Bueno, sí lo sabía.

¿Cómo podía estar tan ciega? Se veía a leguas de distancia que lo único que quería ese era roce, para luego remolonearse delante de sus otros amigos musculitos lo buena que estaba una chica cualquiera del parque. Porque eso era lo que Violet era para él, otra cualquiera a la que hacer su víctima. Y había caído.

No era de juzgar de vista, pero, ¡joder! Solo había que fijarse en la sonrisa de suficiencia del tío cuando se separaron del beso.

Esperaba que abriese los ojos en seguida. Y me había puesto de más mala leche cuando Nash soltó entre risa y risa lo "pillado hasta los huesos" que estaba por Violet.

Menuda tontería más grande, cada vez me sorprendía más.

Últimamente pensaba mucho en ella, sí, pero esto de tener nuevas chicas entre nosotros era algo muy nuevo y el instinto protector estaba presente. Si fuese Mahogany la que estuviese en el lugar de Vi, estaría igual o peor.

Alguien chasqueó los dedos delante de mi cara, trayéndome a la realidad.

—¿Me puedes contar qué es lo que tiene de interesante la madera de la mesa? —Me preguntó Matt mirándome con la mano apoyada en su barbilla.

—¿Qué estás diciendo?

—Llevas cinco minutos mirándola sin parpadear —dijo Taylor, que estaba barajando unas cartas. Enfrente suya, sentado en la mesa, estaba Shawn afinando su guitarra.

Estábamos en el suelo del segundo comedor, haciendo tiempo.

—Exagerado —dije estirando las piernas. Se me habían dormido.

—Lo hemos contado —dijo Matt—. Dinos, ¿es la madera de roble? Hay que reconocer que su encanto es abrumador.

—Cállate.

—¿Pero te pasa algo? —insistió Tay.

—No, no empecéis igual que Nash.

—Si Nash te ha preguntado, es porque te pasa algo —observó Matt.

Just Live [MAGCON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora