✳Lea✳

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Bueno, jamas me había visto en esta situación, teniendo a una chica, casi aparentemente de una estatura de 15 años, en verdad creí que seria más grande. Sin embargo, no puedo culpar a Sajou, al menos no esta vez. No nos habían dicho como seria su apariencia, ni que edad tenia, ni nada, solo apenas ayer nos pidieron una foto mía para que me diferenciara. Y yo le haría una serie de preguntas para saber si es ella o no. Al menos se que se llama Lea y viene del reino Norgo. Sin embargo, estoy parado, esperando a que llegue, con un cartel con su nombre, esperando que me diferencie, mirando alrededor por unos segundos. Antes de sentir que alguien toca mi cuello, sintiendo una pequeña suavidad antes de que separe su dedo de mi, escuchando su risa mientras me volteo. Observando a una chica, cerca de los 16 años, cabello rubio y ojos amarillos con un toque café en estos, haciéndolos resaltar.

-Hola, ¿tu debes ser Asano Gakushuu, no? Encantada, soy Lea. Mucho gusto.

-¿De que reino viene?

-Norgo, por supuesto. Vengo por la reunión de empresas que van a hacer. Mi padre me pidió que participará.- Me gire por completo al escuchar su respuesta.

-Mucho gusto, puede referirse a mi como Asano o Gakushuu, como le sea de su agrado. Soy el encargado de estar a su servicio estos días.

-También tu puedes llamarme por mi nombre, espero llevarme bien contigo, Gakushuu.

-Lo mismo digo, princesa.

-Por favor no sea tan formal conmigo. Me gustaría un día relajado sin recordar el gran puesto que tengo.

-Entendido. Bien, vamos por sus maletas y nos dirigiremos a su departamento.

-Esta bien.- Respondió, siguiendo me. Tomando mi brazo entre los suyos, en forma de escoltar la. Notando como se arrepiente enseguida, separándose.- Disculpe me, siempre me han llevado así aun si quiero ir como una chica normal, pero supongo que aquí no es muy común. Lo siento.

-No te preocupes.- Le digo, tomando sus manos para colocarlas de nuevo, dándole una sonrisa para alejar su incomodidad.- No tengo ningún problema en que lo haga. Además, de esta forma puedo evitar perderla, ¿esta bien?

-... Esta bien.- Me responde, observando ese pequeño brillo en sus ojos, y por el color amarillo, por un momento pienso que son los ojos de Akabane. Pero solo es porque sus ojos son así de brillosos por ser ámbar. Nunca estos brillarían al verme.

Gire mi rostro para dejar de verla.





























Mi padre no mentía con decir que se veía como todo un caballero, su actitud tranquila, y las sonrisas que muestra son indicios de amabilidad, por unos segundos me sentí abrumada por eso, una sensación tan calidad, pero aun así no tan acogedora, pareciera que le falta algo.

Cuando llegamos hasta las maletas, me dedique a observar las que pasaban, señalando las tres que llevaba, aunque una iba literalmente vacía por cualquier recuerdo que me quisiera llevar.

Salimos del aeropuerto, dejando que me llevara a mi departamento.

-Gakushuu.- Le llame, teniendo su atención.- Me preguntaba si, ¿podrías enseñarme en donde van a hacer la ceremonia?

-Claro, solo estamos colocando algunos preparativos, verificando que sean seguros y móviles. Pero sera decisión del encargado del parque sí quiere conservarlos como atracción o que nos lo llevemos. Aunque están programados más para que se queden y las personas puedan alcanzar más los cerezos.

-Están pensando en todo.

-A eso nos dedicamos.- Me responde, sonriéndole. Llegando a mi departamento, dejando que me arregle y me acomode, es cierto que el viaje fue un poco largo. Pero aun así espero no tardar tanto.

Cuando salí, me coloque una falta rosa pastel, dejando unas medias del mismo color, una camisa verde, aunque se siente extraño. Siempre elegían mi ropa y no podía hacerlo yo, pero ahora se siente extraño y con un poco más de libertad. Cuando salí, observe a Gakushuu mirarme de pies a cabeza.

-Perdone que se lo diga pero-

-Me queda horrible.- Dije terminando su frase e interrumpiendole. Sintiéndome apenada. Escuchando una risa de su parte, sonrojandome ante ello.

-No me refería a eso. No lleva zapatos.- Me dice, mirando mis pies, apenandome ante ello.- ¿Me permite?.

Con gusto, chico guapo encantador, cruzó por mi mente decir aquello. Negando en mis adentros a la sola idea de decirlo.

-Claro.- Responde, sentándome en una silla, dejando que me coloque unas pequeñas zapatillas blancas. Recomendandome un pequeño suéter por el poco frío que hacia. Del mismo color que las zapatillas.- Gracias.

-De nada.- Me responde sonriendo me, correspondiendo la sonrisa. Tomando la mano que me extiende, saliendo de mi departamento.- Enseguida la llevaré a Hirosaki.

-¿Hirosaki?

-Es un parque de cerezos. Es el lugar donde haremos la ceremonia. Y aprovechando la primavera, se vera muy lindo. Pero prohibiremos la participación de fuego.

-Creo que sera muy lindo.

-Eso esperamos también nosotros.- Me responde. Sonriendo mientras me lleva de nuevo hacia su auto, subiendo a este, dejando que conduzca hasta el parque, a la vez conversaba con él. Me gusta su honestidad. Cuando llegamos al parque, me presento ante su jefe. Sajou Tachibana.

-Mucho gusto, señorita Lea.

-Mucho gusto. Nos alegra que haya aceptado nuestra participación.

-El honor es nuestro por tenerla a usted con nosotros.

-Gracias, espero que mi show les sea de su agrado.

-Claro.

-Gakushuu. Por favor dale un pequeño tur por el lugar.

-Entendido. Buen trabajo, Sajou.

-Buen trabajo, Gakushuu, Lea. Me despido.- Ambos asentimos, haciendo una pequeña reverencia, alejándonos, sonriendo por ver las flores.

-Es muy bonito el lugar.

-Lo elegimos por dos razones. Su gran espacio y su agrado a las personas.

-Sera lindo verlas florecer.

-Esa es nuestra idea, en realidad, se ven hermosas en el agua.

-Pienso que sera perfecto para la ceremonia y reunión de los demás países.

-Eso esperamos. Bueno, tengo que revisar algunas cosas del trabajo con referente a los platillos que ofreceremos. ¿Gusta acompañarme?

-... Encantada.- Respondo, abrazándome a uno de sus brazos. Observando su sorpresa y luego como lo acepta.- De paso, me cuenta algo sobre usted, sería interesante saber como es la vida en Japón.

-Esta bien. Siempre y cuando usted también me cuente algo sobre Nordo.

-Es un trato.- Dije, sonriendo mientras le sigo.

Me pregunto si ese corazón apagado puede volver a encenderse. Igualmente lo intentaré.

Difícil (Asakar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora