✳Verdades.✳

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-¿Estas seguro?.- Le preguntó de nuevo, estaban juntos, podían afrontarlo, pero seguía sintiéndose intranquilo, miro como este dejaba su maleta a un lado, antes de girarse a verle.

-¿No seria lo mejor?.

-No me gusta pensar en eso....... ¿Sabes que-.

-Por cierto.- Le corto, abriendo su maleta para extraer un peluche que era extremadamente flaco de las patas, con una cara demasiado graciosa, extendiéndose la al pelirrojo.- Tu regalo.

-.... Tonto.- Dijo, sin evitar sonreír, tomando al peluche.- Ira con el oso de sonrisa tiburón.- Menciono, haciendo al rubio fresa sorprenderse.

-¿Aun lo tienes?.

-Si, espera y lo traigo.- Comento, este asintiendo.

No se esperaba que lo siguiera teniendo, creía que ya lo había perdido o se había olvidado de ese peluche por completo. No evitó sonreír.

"¿Porqué él? No creó que haya hecho algo para merecer te".

Fueron sus palabras. Suspiro al recordarlas. Tal vez, solo tal vez, Karma si hacia algo para merecerle. Pensó, sonriendo ante ello.

-Aquí esta.- Escuchó que dijo, levantándose de la cama, acercándose al pelirrojo que iba a cruzar la puerta, abrazando su cintura besando sus labios, mirando los dos peluches que le había dado. Sintiendo como corresponde y le abraza enseguida. Disfrutaba del sabor de sus labios, pero sabia que no era el único sabor que disfrutaba aun si el otro era muy poco. Se separaron, mirándose mientras se sonreían.

-Gracias por conservarlo.

-De nada.- Respondió, mirando sus ojos, brillaban, quería mantener ese brillo. Aunque el oso solo había sobrevivido por estar en casa de sus padres y no por tenerlo.

¿Debía decirle?.

....

No, sabia que si lo hacia lo pondría triste. Después de todo, una mentirá no haría daño.

-Karma, vayamos juntos.- Este le miro, tal vez él ya se sentía seguro, y a el le dolería recordar, pero tenían que pasar esa prueba.

-Esta bien, recordemos los viejos tiempos.- Le dijo, asintiendo. Saliendo juntos, Karma había presentado un escrito de que se encontraba enfermo, solo para pasar ese día junto a su novio.

Habían caminado todo el recorrido, habían comentado lo que hacían en aquellos tiempos, recordaban sus pequeños juegos, la forma en como sus manos se juntaban y se soltaban cuando había gente. Riendo por como lo escondían, pero claro, eran solo placer, nada más, las parejas homosexuales no son bien vistas en Japón, por eso muy pocos van a aceptar aquello. Terminaron llegando a Kunugigaoka, estaba tal y como le recordaban, se adentraron, había clases en el edificio, se notaba por como se escuchaba muy poco ruido de adentro, así que siguieron caminando, llegando a la entrada a la colina.

La mayoría de sus encuentros amorosos había sido ahí, recordaba como le hacia escaparse de las obligaciones del consejo, o del receso, y se lo llevaba a la colina, descansando en sus piernas mientras sentía la suave brisa que la naturaleza le daba. Siguieron avanzando.

Karma se mantenía tranquilo, mientras no vayan a la casa de sus padres o cerca de esta, los recuerdos serán lindos.

Pensó, tomando la mano de Gakushuu sabiendo que nadie les veía.

-Siempre te tomaba de la mano estando aquí, ¿no?.- Comento, este asintiendo correspondiendo el agarre.

-Y siempre que querías que me relajara me llevabas aquí, y me guiaba hasta tu árbol favorito.

Difícil (Asakar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora