✳Días de Soledad✳

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Los días solos pasan tan lento, no sabes cuando estos se detendrán, o cuando volverán aquellos días normales o felices.

Los días pasaban, intentaban comportarse como una persona diferente en el trabajo y otra en sus hogares, les era más fácil o más difícil cuando no podían verse, trabajan en diferentes lugares, podían disimular que nada pasaba.

¿Un amor que perduró por tanto tiempo puede olvidarse tan pronto? ¿En una semana es todo tan fácil como olvidar?. La verdad es que no, no todo es tan fácil de olvidar, menos cuando ese fuego intento regresar a la superficie.

Las personas se arrepienten, las personas mienten, las personas se equivocan, todo tan normal, pero de igual forma encontramos desprecio hacia ellas cuando todo debería ser normal.

La forma en como evitaba al pelirrojo hacia a este sentirte más mal de lo que ya sentía. ¿Tanto mal le quiere hacer sentir? Volvió abrazar sus piernas, mirando una foto de su galería de ellos dos juntos, abrazándole por detrás, rodeando su cuello mientras le hacia cosquillas.

Mientras el rubio fresa seguía evitándolo cada vez que salia del trabajo. La verdad es que en algo había mentido. Si, su padre sospechó de él y el pelirrojo cuando estaban mas juntos que nunca, pero este luego lo descarto cuando conoció a las tres ex-novias de este. Y el sabia mejor que nadie eso, pero de igual forma quería destrozar ese corazón frágil mintiendo le en algo.

Hay cosas en las que mentimos, hay cosas que nos guardamos, todas en un propósito, tal vez gusto, cuidar los sentimientos de alguien, por una promesa, o destruir los sentimientos de la persona que antes amabas, esa era una de las razones por las que aveces Gakushuu mentía. La ultima ahora era agregada sin ninguna duda. Miraba la lluvia caer, sinceramente él no tenía ganas de llorar pero seguía percibiendo la tristeza de alguien cada vez que estaba en su oficina. Era asfixiante, pero no iba a volver, se iba asegurar de eso, no daría marcha atrás incluso si Karma le buscaba, suspiro, mirando los papeles que tenia que leer, firmar y colocar el sello de aceptado.

Miro a otro lado, estaba hambriento, de eso no había duda. Escuchó la puerta ser tocada, mirando esta.

-Adelante.- Dijo, dejando al encargado pasar.

-Buenas noches, Gakushuu-kun.

-Buenas noches, Yuto-kun.- Respondió.- ¿Se le ofrece algo?.

-Le acaba de llegar este obento.- Menciono, pasando junto con la pequeña caja reciclable.

-¿Quien lo envió?.

-No lo se, el partidor sólo dijo que se lo enviaron en su nombre.

-Gracias, dejele en la mesa, por favor.- Le pidió, este obedeciendo, dejando el obento antes de irse, el rubio fresa mirando la caja.

¿Acaso no se cansa de gastar dinero y desperdiciando comida que él no va a comer?.

El apetito se le fue. Suspirando antes de seguir trabajando.

¿No podía dejarle en paz? Ya le había dejado en claro que ya no le amaba, ahora solo venia a exigirle que regresaran y le estaba fastidiando. De verdad le estaba fastidiando. Que vuelva con Shiota si es posible, solo para que le deje de molestar, le comenzaba hartar, las ganas de trabajar se le iban y solo venia la molestia y odio hacia el pelirrojo.

No había podido entrenar nada, la ultima vez que lo hizo término en casi darle un puñetazo al pelirrojo, frente a personas. De verdad no quería verlo. Y su sola presencia le hacia perder la paciencia.

Cuando acabo su trabajo, guardo y tomo sus cosas, preparándose para irse, mirando el obento, si lo dejaba pensarían mal de él, además que ni siquiera se lo había comido. Suspiro, tomando el obento, algo caliente, recibiendo un olor rico proviniendo de este. Sintió algo de incomodidad al tener que tirar aquello, abriéndolo para ver que contenía, dentro había una sopa de carcasa de pollo, en un apartado se veía carne de cangrejo, un poco de Natto, que era tan delicioso y fácil de digerir, en otro apartado había algo de Tanmen, consistido en una pequeña ensalada de verduras con carnes. Y un pequeño Tiramisu Cake, un pastel de vainilla con tres capas de crema de chocolate. Era el único que le gustaba, ni siquiera sus padres sabían eso, solo le había dicho a él un día. Y solo fue uno, nunca lo volvió a mencionar de nuevo. Y se había acordado de cosas que le gustaba comer. Miro de nueva cuenta, observando un sobre de té, leyendo el sabor de este, Rocío blanco de Sheishodo.

Difícil (Asakar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora