-¡Nadia! - exclamó Mimi al verla, lanzándose a abrazarla y dejando un beso en sus labios.
-Hola bonita. - rió la sevillana ante la efusividad de su novia, antes de darse cuenta de que había alguien más con ella. - Hola, soy Nadia.
Se acercó sonriente y le dio dos besos a los que Ana a penas reaccionó. El ver a esa chica besando a Mimi le había causado sentimientos encontrados.
-Ana. - dijo bajito.
-Encantada de conocerte. - respondió la sevillana para después dirigirse a Mimi. - ¿Qué ha pasado?
-Nada, ha habido un pequeño imprevisto. - dijo abrazándose a ella.
-Pero, ¿todo bien? - preguntó preocupada.
-Sí, sí, tranquila. - contestó la rubia dejando un beso en su mejilla, enternecida por cómo se preocupaba por ella.
-¿Te llevó a casa, entonces?
-Sí porfi, pero, te quedas conmigo, ¿no? - dijo sonriendo.
-Si me invitas... - sonrió ella también.
-Estás invitada siempre. - rió Mimi. Pero entonces se dio cuenta de que Ana seguía con ellas. - Esto... Ana, ¿qué quieres hacer? ¿Buscamos a Roi? ¿Te llevamos a su casa? ¿Te vienes a la mía con nosotras?
-Que va, no se preocupen, ahora busco yo a Roi o me voy andando a casa. - dijo Ana cabizbaja.
La situación, el ver a Mimi con otra persona, verla besar otros labios y envolverse en otros brazos le hacían no saber muy bien como sentirse.
-¿Qué dices? ¿Has visto la hora que es? ¿Cómo te vas a ir andando tú sola?
-No importa, Mimi, no me va a pasar nada.
-Da igual, prefiero acompañarte o por lo menos dejarte con Roi, no quiero que te quedes sola.
- Bueno, está bien. - aceptó la morena finalmente - Entonces avisa a Roi y que me lleve él a mi casa, porfa.
-¿Qué? ¿Cómo que a tu casa? - se alarmó Mimi - ¿Con él?
- Eh... Sí, con Miguel, vivo con él.
-Pero Ana... Después de lo de antes...
-Mimi, eso fue una tontería, no pasa nada. - trató de tranquilizarla.
-Ana, no. - se mantuvo seria la rubia. - Te quedas con nosotras o buscamos a Roi y te vas a su casa.
-Mimi...
-Ana, por favor...
-¿Qué ha pasado? - preguntó Nadia, que no se estaba enterando de nada.
-Que me peleé con mi novio. - explicó Ana.
-Ay pobrecilla. Pero, ¿estás bien? -se preocupó la más joven.
Ana se asombró de lo amable que era aquella chica, no había dejado de sonreír desde que había llegado y transmitía una calidez increíble. Parecía ten buena persona... Justo lo que Mimi merecía. Alguien que la cuidara, que la tratara bien, que se preocupara por ella... Justo lo que ella no había sido capaz de hacer. Y, aunque quiso, no pudo evitar que aquello, de alguna manera, le molestara.
-Sí, sí, tranquila. Ha sido una pelea sin importancia. - contestó fingiendo una sonrisa, por alguna razón no se sentía muy cómoda con la sevillana allí.
-¿Sin importancia? - intervino la rubia.
-Sí, sin importancia. No ha sido nada.
-Ana, por Dios, que te ha tirado al suelo de un empujón. - replicó Mimi.

ESTÁS LEYENDO
Vuelves
RomansaVuelves Tan inesperadamente siempre vuelves Pero como había esperado, vuelves Cuando te creía olvidado siempre vuelves Vuelves siempre