-¡No puede ser!
El grito de Miriam que resonó por toda la casa la hizo levantarse asustada de la cama. Miró el despertador que había sobre la mesilla de la gallega y vio que eran las nueve y media. No podía creerse que estuviera despierta un sábado por la mañana tan pronto.
- ¿Se puede saber qué cojones te pasa? - dijo al entrar en la cocina. - Vas a despertar a Ana.
Miriam rió irónica ante sus palabras.
- Creo que se despertó ella sólita hace rato. - dijo tendiéndole un trozo de papel y dirigiéndose hacia la cafetera.
Mimi sintió un escalofrío recorrerla entera cuando pudo ver la letra de Ana en la nota que le acababa de dar la gallega.
Tuve que irme temprano, perdona por no avisarte.
Gracias por todo lo de ayer, Mimi. Siento haberte molestado.
Espero verte pronto🖤Ana
Mimi se quedó en el sitio al ver aquella nota. Lo había vuelto a hacer. Había vuelto a irse sin decirle nada. La había dejado dormir en su casa, la consoló cuando se la encontró totalmente rota, la acunó hasta que se tranquilizó sin que le explicara nada. ¿Y ahora se volvía a ir?
- Soy gilipollas. - dijo en voz alta.
-¿Qué? - preguntó Miriam extrañada.
- Que soy gilipollas. - repitió ella derrotada. - Debí habérmelo imaginado...
-Mimi, la única gilipollas es ella, pensé que había quedado claro hace años. - dijo sin más.
-Miriam...
-¿Miriam qué? - contestó la gallega. - Es verdad. Se ha aprovechado de ti igual que ha hecho siempre.
-Eso no es así. - replicó la rubia.
-¿Que no es así? Necesitaba un sitio donde dormir y un hombro sobre el que llorar, lo consiguió y como ya no le haces falta se fue.
-¡Joder! Es que tienes razón. Puta Ana... - exclamó la rubia. - Lo peor es que yo caigo. Si es que soy imbécil.
-Pues sí, lo eres. - dijo Miriam ganándose una mirada asesina por parte de la granadina. - ¿Qué?
-¡Que se supone que eres mi amiga! ¡Te tienes que poner de mi lado, no insultarme!
-Pero si lo has dicho tú... - se defendió la más joven y Mimi volvió a mirarla mal. - Vale, vale, lo siento.
Después de aquello, dejaron olvidado el tema de la canaria y su nota y se sentaron juntas a desayunar.
-Escúchame, tú ayer tuviste una cita, ¿verdad? ¿Qué tal?
-Pues... Súper bien, la verdad. - reconoció sonriendo. - Nadia es súper buena, y súper divertida, y súper guapa.
-Madre mía, amiga. Estás encoñada. - rió la gallega.
-¡Hala, hala! ¿Pero qué dices?
-Vamos Mimi, se te ve de lejos.
-Ya, ya lo que tú digas... - le dio la razón su amiga. Tras un par de segundos de silencio Mimi no pudo aguantarlo más. - Nos besamos.
-¡¿Qué dices?! ¡Qué fuerte! - exclamó Miriam emocionada mirando a la otra chica que tenía su mirada fija suelo, notablemente sonrojada.
-Joe, no es para tanto. - susurró algo avergonzada.
-¿Pero cómo que no? - reprochó la del pelo rizado riendo. - Mira como te pusiste, si estás toda roja.

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Vuelves
RomantizmVuelves Tan inesperadamente siempre vuelves Pero como había esperado, vuelves Cuando te creía olvidado siempre vuelves Vuelves siempre