XII

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—y yo te dije que no era nada, no había necesidad de eso y...– me solté de su agarre. –para colmo mi madre esta enojada conmigo, ¿en que pensabas?.

—pensaba en lo que te hizo, merecía esa paliza y si te vuelve a tocar lo volveré a hacer.

—¿Porque no te dejas de estupideces? no me uses de pretexto para agarrarte a golpes con todo el que se te pone enfrente– mi tristeza empezaba a transformarse en molestia.

—¿y tu porque no te dejas de comportarte como una niña mimada y consentida? debés de dejar de huir de tus peleas– ambos estamos en la acera frente a la estación de policía —¿Cree que todo se resolverá hablando o con abrazos y besos? Este es el mundo real.

—¡Te estás escuchando! La vida no se resuelve con golpes, yo no huyo de mis peleas, solo nos las enfrentó como tu.

—¡MALDICIÓN! Keira, solo fue una pelea, no es para tanto– dijo frustrado.

—¡MI HERMANO MAYOR MURIÓ EN UNA PELEA!– las palabras salieron de mi boca sin que yo así lo quisiera, jamás había tocado ese tema y no pensaba hacerlo ahora que estaba tan molesta.

—¿Que?– se acercó a mí –¿Como?

—No quiero hablar de eso ahorita, me voy a casa, no me busques por favor, estoy demasiado molesta y no quiero decir cosas que podrían lastimarte.

—Keira— intentó sujetarme.

—Me importas mas de lo que tu crees Chester, pero si no eres capaz de controlar tus impulsos no creo que tengamos futuro juntos.

Camine sin mirar atrás, el dolor que sentía en mi pecho era demasiado grande, pero no importaba, porque no creía poder soportar perder a alguien importante en mi vida una vez más.

Cuando llegue a mi casa fuí directamente a mi habitación, no quería llorar, pero todo lo que había pasado era mucho para mi, el recordar a mi hermano y la actitud de Chester me sobre pasaba. Me puse una pijama y me tire en la cama llorando en silencio, sin darme cuenta me quede dormida. A la mañana siguiente ya en el hospital trataba de mantenerme ocupada para no pensar en todo lo que había pasado el día anterior, pero era imposible, mi mente solo pensaba en mi madre, Tom y Chester.

Cuando salí del trabajo me fui a casa de mi madre, tenía que hablar con ella, baje del taxi y toque la puerta, ella me abrió pero me impidió el paso.

—¿Qué quieres?— dijo muy seria.

—¿Podemos hablar?– mis palabras eran una súplica.

—No, ya se que le pagaste la fianza al tipo ese, ¿te importa mas el que tu familia? ¿olvidaste lo que le pasó a Dominic?

Me sorprendió mucho que mamá mencionara a mi hermano, ese tema era muy delicado tanto como para ella como a mi, aun nos dolía hablar de él.

—¿Su muerte no te enseñó nada? ¿Quieres que pierda a Tom también?

—Me tienes a mi mamá, yo soy tu hija y siempre hemos sido muy unidas, ¿Quieres alejarme de ti?

—si mientes sobre Tom o le haces daño, no me dejas otra opción.

—yo nunca te he mentido.

Mi madre cerró la puerta de golpe, me quedé tan sorprendida que no pude moverme, cuando por fin reaccione me fui a casa. No sabía que iba a hacer respecto a mi madre, la amaba y no iba a permitir que Tom siguiera jugando con ella.

Al llegar a casa me quite em uniforme y me prepare algo de comer, no tenía mucha hambre pero necesitaba comer. Terminé de cenar algo ligero y después me puse a recoger las cosas de la sala, de repente alguien toco a mi puerta, vi por la mirilla y vi la silueta de Mike. Cuando le abrí me sonrió tristemente; estábamos frente a frente.

—¿Puedo pasar?.

—Claro, entra— me hice a un lado y entro a mi apartamento.

Cuando ya estaba adentro cerré la puerta, Mike se acerco a mi y me dio un beso en la en la mejilla.

—Siéntate por favor– dije señalando el sofá.

—Gracias– se acomodo en el sillón y volteo a verme. —¿Sabes a lo que vengo.

—La verdad no, pero me imagino– me senté frente a el —lo único que se, es que Chester no es de los que dejan que otros peleen sus batallas, asi que ¿Que haces aquí?

—Así es, y por lo mismo ha tenido que enfrentarse a muchas cosas– me tomo de las manos. —Lo que te voy a contar, no es para que lo perdones, es para que lo entiendas, aunque sea un poco.

Mire fijamente a Mike, se veía preocupado por su amigo, estaba muy interesada en lo que me iba a contar, quién mejor que Mike que conoce hace mucho tiempo a Chester, para ayudarme a descifrarlo.

—A los 17 años mi amigo se fue de casa, su padre golpeaba salvajemente a su madre, él muchas veces se agarró a golpes con él por defenderla. Con el tiempo cayó en el alcohol ¿recuerdas cuando se fracturó la mano? Hablabamos de un viaje.

Tocaste mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora