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-buenos días damas- se sentó en su escritorio -¿en que puedo ayudarlas?

-queremos levantar una denuncia- dije decidida -el esposo de mi madre la golpea y vive amenazandonos- señale mi rostro -esto me lo hizo ayer cuando fue a mi apartamento, ademas saco a mi madre de su casa… esa casa es de mi madre no de el.

-ya veo… déjeme traer un acta para llenarla, le prometo que ese hombre acabará tras las rejas.

Después de casi 40 minutos hablado con el detective Taylor, deje a mi madre en el apartamento, le dije que no le abriera a nadie y que no saliera para nada. Ya en el trabajo, cuando le platique a Brad lo que pasó, me dijo que si queria podia iniciar mañana pero yo no le veía el caso así que me puse a trabajar inmediatamente.

El ambiente en el consultorio del doctor Brad era muy bueno, Sofía era muy amable y me explicaba todo lo que tenía que saber de los pacientes y Brad me explicaba cómo ayudarlo en las  cirugías, lo cual era fácil porque ya lo había hecho en otros trabajos. A la hora de la comida mi jefe nos invitó a mi y a Sofía a comer.

-les encantará este lugar- dijo Brad al entrar a un restaurante italiano.

La gente volteó a vernos cuando pasamos la puerta principal, de pronto recordé mi mejilla morada y supe que me veían a mi y baje la cabeza avergonzada. Un camarero se acercó y Brad pidió una mesa para tres, el nos guió hasta el fondo del restaurante, mientras  caminábamos aun sentía sus miradas en mi.

-Hey… no tienes de que sentirte avergonzada- dijo cuando vio lo que hacía -tu no tuviste la culpa de lo que paso, asi que levanta esa hermosa cara- me sentí un poco apenada con las palabras de Brad.

-gracias…- no supe qué más decir.

Nos sentamos en la mesa y segundos después otro camarero apareció con los menús, Brad, Sofía y yo nos pusimos a observar la comida que estaba en el menú. 15 minutos después ya habíamos ordenado, nos pusimos a platicar los tres y la vergüenza cada vez se alejaba mas de mi cuerpo, era fácil relajarse con personas como Brad y Sofía eran muy agradables.

-¿y?- dijo Sofía dando un pequeño trago a su copa de vino -¿que piensa que será tu bebé?

-mmm no sé- sonreí -solo quiero que nazca bien.

-no te creo- dijo nuevamente sofía -toda mujer tiene ese deseo interno- bajo la mirada triste -cuando me embarace de mi novio de la preparatoria lo unico que queria saber era si era niño o niña.

-no sabia que tenias hijos.

-no tengo- su voz se apagó -tuvimos un accidente cuando yo tenia 4 meses de embarazo y perdi a mi bebé, mi novio y yo no volvimos a ser los mismo y nos separamos.

-lo siento tanto…-

-no te preocupes, ya fue hace muchos años, ahora tengo otra pareja él es maestro de boxeo y me a enseñado un poco.

-¿porque crees que no me meto con ella? Le tengo miedo- dijo Brad burlón.

Los tres reímos ampliamente, me sentia tan agusto que por momento olvidé que mi vida estaba de cabeza, es bueno a veces estar con personas que no me creen mentirosa o que me hieren cada que me ven, tanto Chester como Tom me había hecho daño aunque de manera diferente, uno lo hizo físicamente  y el otro emocionalmente, aunque lo de Chester me había dolido más y no se comparaba para nada con los golpes de Tom, Chester no solo desconfio de mi si no que se beso con su amiga para lastimarme.

Más tarde volvimos al consultorio, el doctor estaba muy ocupado con varias citas pero ninguna cirugia asi que me puse a ayudarle a Sofía en atender teléfonos mientras ella facturaba.

De pronto recordé que tenía que hablar con Chester pero ahora que mi madre estaba en mi apartamento no podía citarlo ahí. Le dije a Sofía que iba al baño, me lleve mi celular para hablar desde ahí, cuando entre al baño marque el número de Chester, tardo en contestar pero lo hizo.

-¿Qué quieres?- dijo en tono molesto, quería partirle la cara por su actitud pero si iba a verlo tenía que contenerme.

-¿podemos vernos?

-¿para que? No le veo el caso.

-necesito decirte algo importante…

-¿que? Por fin vas a aceptar que me engañaste con mi mejor amigo… ¿es eso?

-No Chester- empezaba a frustrarme, no quería arrepentirme de haberlo llamado pero su actitud no me ayudaba en nada.  -Es algo muy importante que tienes que saber.

-No creo que tengas nada importante que decirme… así que…

-estoy embarazada- dije antes de que colgara la llamada, puse escuchar un “¿que?” muy bajo -estoy esperando un hijo tuyo.

Tocaste mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora