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Salimos de mi apartamento y me hizo caminar hasta un coche que estaba estacionado, me empujo dentro de él y después el entro al auto.

-tu y yo nos vamos a divertir mucho princesa.

Empezó a reírse y encendió el auto, se adentro en las calles de la ciudad, pero como ya era de noche y las calles estaban poco iluminadas no veía muy bien a dónde íbamos. Tom no dejaba de apuntarme, se las ingeniaba para manejar con una sola mano, no pude evitar las lágrimas; el temor se empezaba a apoderar de mi, solo podía pensar en mi bebé, no quería que nada le pasara.

Más de una hora en el auto por fin llegamos a un lugar que no alcanzaba a distinguir que era, tenía tanto miedo por lo que Tom me llegara hacer a mi y a mi bebe, se bajó del coche sin dejar de apuntarme y me gritó que me bajara.

Al bajar pude ver una cabaña que estaba rodeada de árboles, no se veía nada alrededor de ella solo la maleza. Me quedé de pie al lado del coche, Tom se acerco a mi y me tomó del brazo para que comenzara a avanzar. El miedo se incrementó, un nudo en mi garganta se formaba y me dificultaba respirar, la opresión en el pecho hacía que este doliera, empecé a caminar  torpemente.

-muévete niñita, no tengo todo el día.

-¿qué vas a hacerme?- dije asustada.

-no lo se… pero te gustara.

Me empujo para que siguiera caminando, al llegar a la cabaña Tom abrió la puerta y me lanzo hacia dentro de la misma. El lugar parecía abandonado, había algunos muebles en mal estado, la madera rechinaba al pisarla y las telarañas adornaban el techo del lugar. Tom hizo que me sentara en una silla de madera y tomó una cuerda que estaba en el suelo, me ató con ella y despues se dejo caer en un sillón viejo lleno de polvo.

-estoy demasiado cansado, mañana me encargare de ti- dijo y se acomodo para dormir.

El llanto que había contenido empezó a brotar silenciosamente, ¿como había llegado a esta situación? No quería que nada le pasara a mi bebe pero estaba segura que a Tom no le importaría eso. El esposo de mi madre comenzó a roncar, empecé a intentar desatarse pero era inútil, no podía hacerlo, tenía que buscar la manera de escapar. Hoy más que nunca deseaba estar con Chester, si me hubiera ido con él a su casa esto no hubiera pasado.

El solo pensar que no lo volvería a ver incrementada mi miedo y mi llanto, empecé a temblar mientras rezaba para mis adentros. Estaba demasiado incómodo, la cabeza me empezaba a pesar a causa del sueño pero sabía que no podría dormir en esta posición. Solo esperaba que mi madre estuviera bien y pronto terminará esta pesadilla.

Toda la noche la pasé en vela, me dolía todo el cuerpo por la posición en la que había permanecido, los rayos del sol empezaban a colarse por las ventanas, no tenía idea de que hora era pero me daba una idea. Tom empezó a moverse, tenía tanto miedo de que despertara porque no sabía que haría conmigo.

-hola hermosura- dijo cuando abrió los ojos y me miró. -¿dormiste bien?- se burló.

-por favor Tom déjame ir.

-no nena… tengo planes para ti.

Se levantó del sofá y se acercó a mi, me dio un beso en los labios y me tomo del rostro para que lo mirara fijamente.

-eres tan dulce…- paso su lengua por mi mejilla hasta llegar a mi oreja. -ya quiero probarte toda.

-no me lastimes Tom por favor… no te lo pido por mi… te lo pido por- dudaba en decirle de mi embarazo, que tal que fuera contraproducente.

-No te lastimare… al contrario… seré muy tierno.

Tom me sonrio y volvio a besarme a la fuerza, camino hacia la cocina y busco algo en ella, después volvió con una lata de cerveza.

-no hay nada para comer- dijo mientras abría la lata. -tendré que salir por comida nena, no quiero que mueras de  hambre.

Reviso mis amarres y despues salio de la cabaña ¿a donde demonios iria? Pensé, no vi nada alrededor de la casa, si él iba a un lugar alejado tendría oportunidad de intentar escapar. Mire a todos lados buscando algo para desatarme, en un rincón de la cabaña vi un trozo de madera se veía algo filoso asi que empece a dar pequeños saltos con la silla para lograr alcanzar el trozo de madera.

De pronto perdí el control de la silla y caí al suelo, estaba a punto de alcanzar la madera así que intente arrastrarme hacia ella hasta que la pude alcanzar, la tome y empecé a intentar cortar la soga, mis manos ardían por el roce con la madera y algunas astillas se habían encajado en mis manos. La cuerda empezaba a ceder un poco y veía más cercana la posibilidad de escapar, cuando por fin me solté desate mis pies y me levanté de la silla.

Camine por la casa hasta llegar a la puerta, mire a todos lados antes de salir y cuando no vi nada abrí la puerta y empecé a correr lejos de la cabaña, estaba rodeada por un inmenso bosque, no sabía a donde dirigirme lo único que quería era alejarme de ese lugar lo más pronto posible. El bosque no se terminaba y empezaba a desesperarme, quería encontrar una carretera para pedir ayuda pero ni siquiera sabía a dónde me dirigía, estaba  a cansarme y tenía demasiada sed, mis fuerzas se estaban acabando rápidamente.

Tocaste mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora