XIV

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Después de un tierno y delicioso sexo, ambos nos quedamos dormidos nuevamente, como siempre lo hacíamos, él boca arriba y yo recargada en su pecho y abrazándolo de la cintura.

A la mañana siguiente cuando desperté Chester ya no estaba, me levanté de la cama y olvide que solo traía la playera de Chester, asi que salí a la sala casi en ropa interior. Los chicos estaban en la cocina, Chester al verme abrió los ojos sorprendido y Mike estaba rojo como un tomate, al ver sus caras reaccione y me fuí corriendo a la habitación.

Ya vestida regrese a la estancia, no podía ver a Mike a los ojos, estaba demaciado apenada con él por mi espectáculo de hace algunos minutos atrás. Cuando terminamos de desayunar Chester y yo nos fuimos a su habitación, nos recostamos en su cama, este me abrazo y beso mi cabeza.

—Dime que paso con tu hermano por favor— dijo despacio.

—El año pasado, él y yo salimos a un bar, lo acababan de nombrar Chef en jefe y queríamos festejar–  mis ojos se llenaron de lágrimas, Chester me abrazo muy fuerte. –Estábamos en la barra cuando unos tipos nos molestaron, querían invitarme una bebida, Dominic se molestó, ellos estaban ebrios– hice una pausa, el nudo en mi garganta cada vez se hacia mas grande y me impedía hablar. –comenzaron la pelea y ¡dios! La verdad es que todo fue mi culpa.

—Claro que no nena, no digas eso.

—Tu no entiendes, él odiaba los bares, yo le insistí mucho para que fuéramos, uno de los sujetos tenía una navaja– me cubrí el rostro con las manos –todo fue mi culpa.

—No nena, eso no es cierto.

—Desde que murió no había hablado de él con nadie, aún me duele mucho ¿ahora entiendes porque odio tanto la violencia? Solo se pierde gente amada.

—Mi padre golpeaba a mi madre, tuve que enseñarme a pelear para defenderla, pero ella se negaba a dejarlo, le dije que huyeramos juntos y ella no aceptó, prefirió vivir con los golpes que le daba, ahora ella está muerta.

—Lo siento tanto– le acaricie su rostro.

—no fui a su funeral.

No sabia que decirle, así que solo lo abrace, nos quedamos así algunos minutos, después comenzó a besarme, mis lágrimas mojaban el rostro de Chester. Se colocó encima de mi y comenzo a hacerme el amor.

Así pasaron los meses, Chester y yo cada día estamos más unidos, Mike se convertía en un buen amigo y mi madre aún seguía molesta conmigo. Chester me dijo que le diera tiempo, de vez en cuando la llamaba pero ella se negaba a hablar.

Un día que me tocaba descansar nos fuimos los tres al cine, Mike quería ver una película japonesa y Chester quería ver algo de terror.  

—Por el amor de dios decidan ya, se hace tarde para las funciones– dije mirando la cartelera.

—Cada quien que entre a la que quiere ver– dijo frustrado Chester —pero tu vienes conmigo nena.

—En realidad, quiero ver la película que quiere Mike– Este miro a Chester con cara de superioridad –odio las películas de terror.

—¿Que? ¿Quien eres? Y ¿Qué hiciste con mi chica valiente?– me abrazo.

—Ya vamos, no tarda en empezar– dijo Mike.

Mike nos empujo a mi ya Chester hacia la taquilla, compramos los tres boletos y entramos al cine. Nos acomodamos en los asientos, primero Chester después yo y al ultimo Mike. La película empezó y guardamos silencio, de pronto Chester se paró. “Voy a comprar palomitas” dijo en voz baja, Mike y yo solo movimos la cabeza en forma afirmativa.

10 minutos después volvio con palomitas para cada quien y refrescos. Volvió a sentarse, como no estaba interesado en la película se puso a revisar su celular.

Al terminar la funcion salimos de la sala de cine, después nos fuimos a cenar a un restaurante.

—La comida aquí es muy buena– dijo Mike cuando entramos al restaurante.

—Tu conoces toda la comida de todos los restaurantes de la ciudad– dijo Chester poniendo los ojos en blanco.

—¿Comes mucho en estos lugares?– dije sonriendo al ver la cara de Chester.

—Sus padres son importantes en la ciudad y llevan a su amadísimo hijo a todas sus reuniones– dijo burlón.

—Pudrete Chester.

—fuck you

—¡Ya! Parecen niños chiquitos– dije sonriendo.

Chester nos pidió que buscáramos una mesa mientras él iba al sanitario, algunos minutos después encontramos una, Mike y yo caminamos hacia ella.

Ya sentados me puse a admirar el restaurante, era muy elegante y muy cálido, una chica que estaba sola en una mesa al lado de  nosotros, no dejaba de observar a Mike. Ella se dio cuenta de que la vi y volteo la mirada, me acerque al oído de Mike.

Tocaste mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora