-No todos pertenecen al mismo equipo-
Venezuela-Carabobo.
28/02/2019.El tiempo se había acabado y el virus comenzó a despertar cual ola de tsunami que arrasa con todo a su paso. Nuestro grupo de supervivientes se tuvo que detener en aquellas solitarias y frías calles de Carabobo, cercanos al Sambil de esta región, esto debido a un accidente que habían tenido horas antes. Al parecer una de las ruedas traseras había sido pinchada por un con alguno cristal que Kai no había visto por el camino, consecuencia de que Yerai y Martin no dejarán de moverse en la parte trasera de la camioneta, único a algunos comentarios molestos de mayor, los cuales le hacían replantearse al asiático el hecho de haberlo dejado ir con ellos.
En esos momentos todo el grupo se encontraba fuera de la camioneta. Lizabeth por su lado se hallaba sentada sobre un medio muro, realmente no se encontraba cómoda con la presencia de Yerai en aquel lugar, aquella mezcla de emociones la hacía sentir imponente, como si se encontrara atada de manos y no pudiera hacer nada. Se había jurado a sí misma no volver a mostrar debilidad frente a él o ante su novia Jazmín, pero luego tenía aquella tristeza absoluta, debido a la pérdida de su madre, la única persona que siempre la escuchaba sin importar todo, su verdadera caja de secreto, sin ella se sentía sola, abandonada, simplemente no quería seguir en aquel mundo.
Su mirada se posó por un momento en aquel chico de piel oscura. Este parecía estar cómodamente hablando con Leo y Jazmín. Realmente seguía preguntándose por qué Kai les había dicho que sí, pudo haber aceptado simplemente a Beatriz, era cierto que aquel chico de rasgo asiático era un verdadero enigma.
Repentinamente escuchó que alguien se sentaba a su lado, al desviar la mirada se trataba de aquella chica que acompañaba a Jazmín y a su novia, es decir, aquellas personas que formaban parte del equipo ahora. La joven le sonrió para luego darle un cálido y muy fuerte abrazo, tan fuerte que Lizabeth le tuvo que pedir que la soltara porque el aire ya le estaba faltando en los pulmones.
El silencio reinó por unos minutos entre ambas chicas.
—Me enteré lo que pasó con tus padres—Hablo por fin Beatriz— Realmente lamento tu pérdida y la entiendo... yo también perdí a mis padres esa noche y no solo a hechos, también a mis hermanas, me quede sola...
Al escuchar aquellas palabras la joven la miró, apreciando la tristeza reflejada en aquella mirada, una tristeza que ella conocía y que en ese mismo instante estaba experimentando ella. No supo qué decirle, pues realmente no tenía palabras de aliento, seguramente había sido más difícil para ella, después de todo Lizabeth no vio la agonía de sus padres pero su amiga por el contrario sí.
Pero también era verdad que a Beatriz era del tipo de persona que jamás le había gustado mostrarse débil ante otras personas, ella jamás lloraría frente a alguien a la cual no le tuviera confianza.
Ella era muy fuerte para solo tener 15 años de edad.
Entonces Lizabeth solo la envolvió en sus brazos, en un abrazo que le intentaba transmitir apoyo emocional, a pesar de que ella se encontrara igual de rota, sin importarle aquella sensación de que todo a su paso se desmoronaba como si fuera una galleta que es aprestada, ignorando todo eso, solo la abrazo para que su amiga supiera que ella estaba a su lado y siempre la apoyaría.
De pronto escucharon pasos acercarse, se separaron y se secaron las lágrimas mutuamente, en un acto inocente y perfectamente coordinado que las hizo reír a ambas.
—No tenemos más opción pero luego de cambiar la llanta, podemos elegir a otro piloto para que no vuelva a pasar— La voz de Yerai sonaba irritada y sobre todo su postura era prepotente— Pues si nos seguimos parando por estas cosas, jamás llegaremos a la frontera.
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【✜ Vida Entre Muertos ✜】【Saga Ángeles Exterminadores】
Ciencia FicciónUna nueva amenaza se extiende por todas las regiones de Venezuela, hasta hundir el país en la desesperación y las tinieblas. No importa a donde mires pues lo único que encontrarás será aquellos muertos vivientes, personas que, por azares del destino...