·El Gobierno·

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Venezuela-Caracas.
22/03/2019.

—Creo que podremos ayudarnos mutuamente...

Una sonrisa apareció en el rostro de Lizabeth, antes aquel último comentario de Vector, el cual no estaba muerto. Ella aun no podía creerlo, tenía muchas dudas en la cabeza, interrogantes que quería decirle al chico que estaba a su lado. ¿Cómo era posible que siguiera vivo? o ¿Por qué sus ojos se tornaban rojos?

Él sabía que su pequeña hermana tenía muchos pensamientos separándose.

Le colocó una mano en el hombro, ese simple gesto, le hizo saber que él estaba dispuesto a contestarle todas sus interrogantes, pero no en aquel lugar. Tenían que ir primero a un lugar seguro, cubierto, pues en ese lugar estaban muy expuestos, ante mutaciones o saqueadores.

Se disponían a regresar a los vehículos, para ponerse rumbo al refugio, habían encontrado un nuevo aliado. Uno que casi los asesina, pero gracias al destino o la suerte no fue así. Lizabeth le lanzó una última mirada, sin poder creerlo aun. Él con un ademán le indicó a ambas chicas que se fueran a la camioneta.

Pero sólo pudieron dar un par de pasos. Él se percató que algo no andaba bien, sintió que algo les estaba observando. Giró su cabeza, apreciando un edificio cercano. Fue en cuestión de segundos, él se lanzó contra ambas, cayendo al suelo. Ellas gritaron por la impresión, y la bala impactó contra el metal del Armadillo.

—Saqueadores—Gruño Vector.

—Saquea-que? —Es respetuoso Lizabeth.

—Sobreviviente como nosotros, pero que le van a la fuerza bruta—Le explicó él, mientras las obligaba a colocarse detrás del furgón—Tenemos que salir de aquí.

Más detonaciones se escucharon, y como era de esperarse, algunos infectados comenzaron a salir del edificio. El híbrido apareció el lugar, logrando divisar a un grupo de siluetas con vestimentas negras, y rostros ocultos tras máscaras de Gas. Ellos abrieron fuego contra ellos, mientras el equipo de Lizabeth le devolvía las balas, ocultos tras la camioneta de F.A.E.S.

En el estacionamiento ahora llovían balas.

—No se expongan.

Ordenó Vector con autoridad, recordando a cierta pelirroja. Negoció rápidamente con la cabeza, tenía que estar concentrado, no podía dejar que nada lo distrajera, no estaba dispuesto a perder a alguien de nuevo, y menos a su hermana menor. Empezó a movilizarse por aquel gran terreno, usando los vehículos de la zona para cubrirse.

Alzó su fusil, despechando a un grupo de infectados que iban hacia él.

Se volvió a cubrir tras una ambulancia, recargando su arma.

—¡Están rodeados! —Escuchó a uno de los saqueadores gritar.

Escuchó aquella voz espetar con furia. Sus ojos destellaron en rojo, asomándose a un costado del vehículo, logró divisar a su presa. El saqueador lo apuntó y disparó. Él se escondió. Cruzó el estacionamiento, esquivando con maestría aquella lluvia de balas. Llegó hasta el hombre, bajo aquella máscara, el temor absoluto existía. Vector cortó su yugular en un segundo. El hombre cayó al suelo, sujetándose el cuello, en un intentó inútil de detener el sangrado.

Vector giró sobre sus talones, levantó el Ak y disparó en ráfaga.

Tres saqueadores más cayeron.

El gritó de Lizabeth le hizo girarse.

Ella apuntaba con él arma a un infectado, la vio dudar, luego por fin disparó. Las vísceras del hombre volaron. Beatriz se arrojó sobre su amiga. Una segunda bala impactó contra el blindado del armadillo. Él francotirador no las dejaría avanzar, o alejarse del vehículo.

【✜ Vida Entre Muertos ✜】【Saga Ángeles Exterminadores】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora