"¿Entonces es así como quieres terminar esta relación?" Grayson apoyó la cabeza contra la ventana del taxi y cerró los ojos, escuchando los frenéticos gritos de Emma. Quería decir que era su ex novia, pero no la consideraba eso, solo estuvieron viviendo juntos, teniendo sexo regularmente. Ella gritó con un tono que lastimó su oído un poco. "Tus padres se van a enterar de esto. Y te vas a arrepentir."
"No estábamos en una relación."
"Cuatro años, Grayson. Cuatro estúpidos años que desperdicié al lado de un inútil con el corazón más frío del mundo." Algo golpeó en el fondo de la llamada. Parpadeó y miró por la ventana las luces brillantes del pueblo. Era interesantemente colorida para ser un pueblo alejado de la ciudad. "Te odio. Deseo que tengas una terrible vida. Y tus cosas estarán en la basura en un minuto. Ni siquiera pienses en regresa-"
Cortó la llamada. La había soportado suficiente y sus gritos escandalosos. Emma no había sido nada más que una compañía. Lo dejó claro desde el inicio. No quería una relación. Pero ella pensó que podía suavizarlo con el tiempo y lograr ponerle una cadena alrededor del cuello. No iba a pasar. No la quería. Nunca tuvo alguna emoción romántica hacia ella. Solo fue sexo. Y estaba seguro de que ella se veía con otros tipos también. No le importaba. Así de mucho estaba interesado en tener una relación con ella.
Guardó su móvil dentro de los jeans y miró al conductor por el retrovisor.
"Disculpe, ¿hay algún bar cerca de aquí?"
El hombre mayor asintió sin quitar los ojos de la carretera. "A unos diez minutos hay un bar. Es bastante famoso. También tienen buena comida. También hay muchas tabernas."
"¿Sería demasiado pedir que me deje en el que está más cerca y lleve las maletas a la casa de mis tíos?"
"Está bien por mi."
"Gracias."
Bien podía tener una noche tranquila para sí mismo. Solo... solo para despejarse. Estaba tortuosamente tenso, la sensación de que debía revisar su computadora por trabajo lo estaba poniendo ansioso. Eso es lo que ganas cuando te dedicas a tu trabajo sin parar por una década. Ni siquiera era tan mayor. Apenas estaba llegando a los treinta, pero se sentía como si estuviera a unos días de cumplir sesenta.
"Ni siquiera soportas tu propia compañía," su madre le gritó cuando entró a su oficina en la empresa. "Tu asistente está por tener un ataque de ansiedad. Irás al rancho de tus tíos. Y no quiero escuchar una queja al respecto."
Sí, podía tener la edad suficiente para tomar sus propias decisiones, pero sabía que ella tenía razón. Su humor había comenzado a ponerse... mal. Perdía la paciencia más rápido y los dolores de cabeza aumentaron en el último par de meses. Emma no ayudaba, ella quería cosas que él no estaba dispuesto a darle. Pero ella no lo entendía. Al menos eso ya había terminado.
El hombre condujo por las calles ligeramente llenas de personas. Miró sus atuendos y sonrió. Definitivamente estaba en el campo. Sombreros vaqueros, gorras de beisbol, lindos vestidos, botas y jeans. No todos, por supuesto, pero parecían bastante tradicionales a la idea de la gente de pueblo.
Se metieron por una calle estrecha que los dejó frente al bar. Un enorme letrero brillante que decía BAR. Era bastante específico. Apenas habían personas afuera del local y algunos que estaban sentados en sus autos y en los espacios vacíos del estacionamiento ya se veían ebrios.
Revisó que tuviera su billetera y celular antes de abrir la puerta. Antes de cerrar se inclinó para mirarlo. "¿Hay alguna forma de que pueda regresar?" preguntó. "¿Taxis o algo... ?
El hombre mayor lo miró fijamente por un momento.
"Estás en el campo, muchacho. No en el medio de la nada." Le dio una mirada fría antes de sacudir la cabeza y tomar algo. Le tendió un papel con un número telefónico. "Llama a este número cuando estés listo para ir a casa. Usualmente siempre hay alguien despierto en el rancho Benson. Alguno de ellos te atenderá."
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[GAY] Perfecto Error
Romance[GAY] Trabajar, ir a casa, dormir, despertar. Trabajar, ir a casa, dormir, despertar... Su vida se ha convertido en una rutina desde hace diez años. Diez años que han drenado la emoción y felicidad de su vida arrastrando a las personas que lo rodean...