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Era un recorrido de una hora hacia el lado norte. Un lugar en las montañas, alejado de todos y donde venía tan seguido como le era posible. Ésta era la primera vez que traía a alguien con él. No estaba seguro de porqué le había dicho a Grayson que lo acompañara, nunca lo había hecho porque éste era el único lugar en el que podía venir y despejar su cabeza. Pero aquí estaba, con el hombre en el asiento de al lado, a punto de llegar a la cima de la montaña.

Tal vez una parte de él estaba comenzando a confiar en alguien más. Grayson no parecía tener muchos límites, era de mente abierta y también era tranquilo. Tenía algo que a veces hacía que quisiera golpearlo, pero no era en serio. Lo sabía muy bien. Y eso era extraño. Jamás se sintió tan cómodo, física y emocionalmente hablando. 

Grayson se movió a su lado, murmurando algo muy bajo. Le dio una mirada breve. "¿Estás bien?"

"Uh... eso creo." 

"¿Quieres vomitar? Puedo detenerme un momento si lo necesitas."

"No. Está bien." Tenía la voz ronca y hablaba lento, sonando como si estuviera congestionado. "¿Estamos cerca? Me dormí en algún momento, lo siento."

Sacudió la cabeza. "Con todo lo que bebiste ayer, me sorprende que pudieras levantarte a tiempo." Sonrió de medio lado, pensando en la noche anterior. Qwin y Grayson bebieron como dos hombres sedientos. Había sido un espectáculo interesante de ver cuando ambos empezaron a bromear y reírse de chistes sin sentido. Él solo se había mantenido cerca, con un ojo en los dos. "Conseguí una bebida para la resaca. Está por tus pies."

"No tenías que molestarte. Pero gracias." Bostezó mientras alcanzaba la botella de electrolitos. "¿Aún falta mucho?"

"Estamos casi ahí. Tenemos que parar en un lugar antes de seguir, pero está... justo ahí." Señaló la pequeña cabaña a unos metros de distancia y lo miró mientras desaceleraba. "Solo tardaré un momento. Puedes esperar aquí mientras tanto." Estacionó fuera de la cabaña y lo miró. Grayson no se veía tan bien. Sonrió. "Probablemente debas descansar un poco más."

Giró la cabeza para mirarlo. "Estaré bien." Le dio una débil sonrisa que hizo que sus brillantes ojos sonrieran también. "Esperaré mientras haces tus cosas." Cerró los ojos y tomó algo más de la botella. "Solo dame un rato y volveré a mi verdadero yo." Levantó un pulgar en el aire sin abrir los ojos.

Sacudiendo la cabeza, bajó de la camioneta y caminó hacia la puerta de la cabaña. Una campana conocida resonó por el lugar, haciendo que la chica detrás del mostrador se diera la vuelta. Ella sonrió abiertamente, echando su cabello azul hacia atrás antes de sacarse los audífonos de los oídos.

"Hey, guapo."

Le sonrió cuando se paró frente al mostrador. "Bea," dijo, apoyándolo los brazos sobre la fría madera. "¿Cómo estás?"

"No tan bien como tú, aparentemente." Su sonrisa era bonita y sus ojos amables como siempre. "Ha pasado un tiempo desde que viniste. ¿Cómo has estado?"

"Estuve algo ocupado, pero bien." Miró alrededor, revisando las nuevas adquisidores y los posters de anime en las paredes. "Vengo por lo de siempre."

"Una caña de pescar y cobijas, lo tengo." Ella se dio la vuelta y comenzó a tomar cosas.

"Ah, ¿podrían ser dos de cada una?" Entrelazó los dedos, sabiendo lo que se avecinaba. 

Bea miró en su dirección tan rápido que sintió pena por el cuello de la chica. Sus ojos estaban llenos de sorpresa. "¿Viniste con alguien? Es la primera vez que traes a alguien." Ella seguía sonriendo mientras tomaba las cosas. "Debe ser especial si lo invitaste a tu lugar secreto."

[GAY] Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora