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La primera mañana fue tan normal como pensó que sería. De hecho, la habitación estaba tan oscura por las gruesas cortinas, que le tomó un tiempo darse cuenta de que en realidad eran las diez de la mañana. Afuera todo estaba muy soleado y habían varias personas caminando alrededor, otros sobre caballos y otros simplemente estaban sentados mientras veían un montón de vacas comer.

Hizo una mueca mientras sostenía la cortina hacia un lado. "¿Esta es mi vida ahora?"

Cuando vivía en la ciudad, en su apartamento, usualmente se levantaba temprano para entrenar y luego se dirigiría a la oficina para comenzar su día, así que estaba normalmente oscuro y frío. Este lugar era caliente y ridículamente brillante, pero tenía que admitir que la vista del campo verde con caballos caminando alrededor, no era tan mala. Empujó la ventana para abrirla, esperando oler algún rastro de mierda de los caballos y vacas, pero olía... ¿a flores? 

Se inclinó hacia afuera de la ventana para mirar abajo. Cierto, el jardín. Su prima... agh, maldición. Lo olvidó. Ella estaba regando el jardín con una manguera mientras hablaba con alguien dentro de la casa.

Suspiró y soltó la cortina, dejando la ventana abierta para que el aire entrara un poco a la habitación antes de meterse al baño y comenzar a arreglarse para su primer día en el campo. Cuando terminó, se envolvió en una toalla y salió a la habitación solo para recordar que sus cosas seguían dentro de su maleta. Las puso sobre la cama y comenzó a revisar todo lo que había traído antes de presionar los labios con fuerza.

"¿En qué estaba pensando?"

Todo en su maleta gritaba citadino estúpido. Shorts, camisas de manga larga, camisetas cortas... lo mejor que tenía eran sus vaqueros y solo tenía dos pares de esos. Tampoco tenía botas o algo que pudiera usar si entraba al campo. Se pasó una mano por la cara mientras suspiraba.

"Tengo que ir de compras."

Tomó lo mejor que pudo encontrar. una camiseta blanca simple, y un par de zapatillas que utilizaba para ejercitarse. Se miró en el pequeño espejo del baño sintiendo un ligero brote de ansiedad comenzar a subir por su estómago hasta alojarse en su garganta. 

Tal vez esto había sido una mala idea. 

Se sacudió el cabello y pasó una mano sobre su barba antes volver a la habitación y salir. Lentamente comenzó a caminar, mirando los cuadros sobre las paredes que no había visto la noche anterior. Eran... muchas. Cuadros con fotos viejas de sus tíos y otros niños que no reconocía. Era un poco adorable. Su madre siempre mantuvo las fotos reunidas también, pero a veces comenzaba a hacer lo mismo y ya habían paredes de la casa con fotos de todos. 

"¿Grayson?"

Levantó la mirada hacia el frente del pasillo y vio a su tío. "Hola."

"Vaya, chico, mírate." Su tío se acercó a él y lo tiró a un apretado abrazo antes de dejarlo ir. "Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vimos por aquí. Ahora que creciste te ves más como tu madre. Solo tu cabello es tan rubio como el de tu padre." 

"Eso me han dicho." Metió las manos dentro de los bolsillos de sus vaqueros. "¿Cómo han estado todos por aquí?"

Su tío comenzó a caminar hacia las escaleras mientras hablaba. "Todo va bien. Mucho mejor que hace un año. Tu tía Ally está abajo en la cocina por si quieres hablar más con ella sobre eso. ¿Tienes hambre? Te guardamos algo de desayuno. Me gustaría quedarme, peor tengo que irme a la subasta con algunos de los muchachos. Así que será un día largo, pero te aseguro que encontrarás algo que hacer." Señaló el pasillo a un lado de la sala y abrió una puerta blanca. 

Grayson miró hacia la cocina. Su tía se balanceaba lentamente  al ritmo de Heaven por Bryan Adam. Su tío se rió antes de darle dos golpes a la puerta.

[GAY] Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora