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No esperaba despertar tan temprano la mañana siguiente, pero el frío estaba comenzando a ponerse pesado. Miró alrededor por un momento, recordando que estaba en una cabaña en medio de las montañas. Se frotó el rostro antes de voltear la cabeza y ver un desastre oscuro de cabello sobre la almohada a su lado. Estaba dándole la espalda, así que solo podía ver su nuca desnuda y la gruesa sudadera que Jamie se había puesto en la noche antes de dormir.

Se estiró antes de salir de la cama y revisar la chimenea, después decidió ir por más leña. Se paseó por le cuarto hasta el baño para hacer sus cosas antes de abrigarse adecuadamente para salir de la cabaña. Inmediatamente una fría brisa lo golpeó en el rostro haciéndolo dudar en si era una buena idea.

"Es esto," murmuró para sí mismo, estirándose para tomar un trozo seco de árbol y colocarlo sobre el bloque más grueso. "O morir congelado." Solo era cuestión de cortar, ¿cierto? Agarró el hacha con ambas manos, dándose cuenta de que era más pesada de lo que pensó. La levantó y meció hacia atrás antes de golpear hacia abajo con todas sus fuerzas. "¿Qué demon-?" El hacha solo golpeó la madera y saltó a un lado, sin dejar más que un golpe sobre el tronco.

Eso duró un largo rato antes de que finalmente lograra hacer una raya. ¿Por qué era tan complicado? Se veía sencillo en la televisión. Maldiciendo, tiró el hacha a un lado y se puso las manos sobre las caderas para tomar aliento. ¿Qué estaba haciendo mal?

La puerta se abrió un momento después. Un adormilado Jamie salió, frotando el cabello con pereza. "¿Qué haces?" preguntó, acercándose a él. Llevaba su cazadora encima. Se rió mirando el hacha a un lado. "¿Intentabas cortar leña? Debí hacerlo anoche, pero realmente no quería salir."

"¿Sabes hacerlo?" le preguntó. "He estado intentando cortar este pedazo desde que desperté."

"Es todo acerca de la técnica," respondió, agachándose para tomar el hacha. Lo miró a los ojos. "Me despertaron tus maldiciones, así que tenía curiosidad de qué estabas haciendo. Pudiste realmente haberte lastimado por esto. Debiste despertarme."

Se encogió de hombros. "Te veías muy relajado." Jamie solo sacudió la cabeza, inclinándose para arreglar el tronco. "Pensé que necesitabas descansar más."

"Está bien." Levantó la cabeza, su mirada a lo lejos mientras una pequeña sonrisa se estiraba en sus labios. "Estoy relajado, es todo."

"Sí, yo también." No estaba seguro de hablar sobre lo que hicieron ayer o no. Usualmente solo bromeaban sobre ese tipo de cosas, pero ayer no fue solo una pequeña cosa. Grayson realmente había amado hacerlo. Era una de esas veces que seguirían repitiéndose en su cabeza en un momento inoportuno o en sus sueños. Había sido realmente bueno, y Jamie era tan receptivo y dispuesto. Tragó con fuerza y se hizo a un lado cuando Jamie levantó el hacha y cortó el tronco a la mitad de un solo golpe, como un profesional. Levantó las cejas, un poco sorprendido. "¿Cómo hiciste eso?"

"Es fácil. Te lo dije, solo es la técnica." Volvió a levantar el hacha, cortando el mismo tronco en un pedazo más pequeño. "Técnica."

"Bien. Tú sigue con eso." Le dio la vuelta, metiendo las manos dentro de los bolsillos del pantalón para evitar tocarlo al pasar a su lado. "Haré el desayuno para ambos."

"De acuerdo."

Entró a la cabaña y dejó salir un pesado y largo suspiro antes de comenzar a tomar cosas para preparar el desayuno mientras se sumía en sus pensamientos. Había tenido la vaga idea, que ahora sonaba estúpida, de que una vez que lo hiciera con Jamie, su mente iba a volver a la normalidad y finalmente dejaría a un lado esa obsesión extraña que tenía hacia el otro hombre. Pero no había pasado todavía. Quería pasar los brazos a su alrededor y caminar de esa manera alrededor. Era ridículo e infantil, pero la imagen de Jamie riéndose y llamándolo tonto hacía que su corazón se contrajera.

[GAY] Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora