"¿Cómo terminaste en un lugar como este?" Jamie lo miró por encima de su vaso antes de inclinar la cabeza hacia un lado. "Tenías una buena vida en la ciudad, probablemente un buen empleo y dinero. De pronto, dejas todo atrás y llegas a la mitad del sur."
Grayson balanceó su vaso entre los dedos. "No estoy seguro. Supongo que solo me estaba convirtiendo en un robot, sin emociones y trabajando en automático. No quise hacerlo, pero a veces era demasiado duro con mis empleados." Hizo una mueca recordando esa vez que su secretaria salió de su oficina con lágrimas en los ojos después de entregarle un informe incompleto. No era su culpa, pero en ese momento solo esperaba conseguir un contrato con una buena compañía. "Mi mamá estaba harta de eso, así que me sacó de la oficina y me dijo que viniera aquí."
"¿Siempre fuiste así?"
"No estoy seguro." Frunció el ceño. "Creo que cambié en alguna parte, pero no puedo recordarlo." Se encogió de hombros y levantó la cabeza para mirarlo. "Pero probablemente fue lo mejor. Me siento menos tenso que los primeros días. Tenía la necesidad de abrir mi laptop y ponerme a trabajar."
"¿Ya no?"
Sacudió la cabeza y le sonrió. "No."
Jamie asintió y tomó un sorbo de su vado antes de mirar alrededor. Estaban sentados en una esquina de la barra, conversando en lugar de buscar a alguien para cada uno. Grayson miró a Jamie mientras éste miraba hacia en centro, moviendo la cabeza al ritmo de la música. Habían tomado un par de shots y ahora solo tomaban cerveza.
Miró por encima del hombro cuando un cuerpo se presionó contra él. Era un chico. Delgado, alto, una cara y sonrisa bonitas. "Hola. Te he estado viendo por un rato." Se humedeció los labios y pasó una mano por su brazo antes de batir sus pestañas hacia él. "Me preguntaba si estabas solo."
"Ah... persona equivocada. Soy heterosexual."
Le dio una breve sonrisa, pero el chico no pareció perder el interés. En cambio, sonrió ampliamente. "Siempre hay una primera vez." Le dio un guiño. "Nadie tiene que saber." Su mano cubrió la suya y entrelazó sus dedos antes de que se acercara a su oído. "Vamos, chico grande. Puedo darte un buen rato." Grayson se estremeció cuando el chico mordió el lóbulo de su oreja. "Solo dime que sí."
Sonrió, a su pesar, un poco seducido por el chico. "No creo que funcione." Levantó la cabeza y lo miró a sus grandes ojos. "Puedes encontrar a alguien mejor, te lo aseguro."
"Pero me gustas tú," hizo un puchero y frunció el ceño. "¿En serio no quieres?"
"¿Qué te parece él?" Señaló a Jamie a su lado. Los ojos se Jamie se abrieron cuando ambos lo miraron. "Es gay."
"Oh, ¿es así? Mi nombre es Michael, por cierto." Le tendió la mano a Jamie. "¿Ustedes son amigos?"
"Sí," respondió. "Soy Grayson, él es James."
"Un placer conocerlos." Miró a Jamie antes de moverse al medio entre ambos. "Así que, ¿qué dices, guapo?"
Jamie sonrió mientras sacudía la cabeza. "No creo que sea a quien buscas tampoco." Miró a Michael y se encogió de hombros. "Me gustan más grandes y... prefiero abajo."
"¿Qué demonios?" Michael se quejó. Grayson se rió por la cara de decepción del chico y la pequeña rabieta que soltó cuando Jamie se rió. "Dos tipos calientes y ninguno está disponible." Le sonrió a Jamie, deslizando una mano por su brazo. "Pero te entiendo." Sus miradas fueron a Grayson, revisándolo abiertamente. El chico suspiró. "Pero ya qué, no podemos tener todo en esta vida, supongo."
"Encontrarás a alguien," le dijo. "Eres bonito."
Michael sonrió mientras apuntaba un dedo hacia él. "Tú no digas eso. Realmente tenía esperanzas contigo."

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[GAY] Perfecto Error
Romance[GAY] Trabajar, ir a casa, dormir, despertar. Trabajar, ir a casa, dormir, despertar... Su vida se ha convertido en una rutina desde hace diez años. Diez años que han drenado la emoción y felicidad de su vida arrastrando a las personas que lo rodean...