Grayson se paró frente al espejo en su habitación mientras intentaba darle forma a su cabello. Estaba largo, también era un poco espeso cuando llegaba a cierto punto. La parte trasera comenzaba a rozarle el cuello, pero no era tan molesto. Además, estaba comenzando a ponerse más frío estos días, con el invierno a la vuelta de la esquina. Se había rasurado la molesta barba porque no le gustaba cómo se veía con ella. Se preguntó si a Jamie le gustaba más con barba. ¿No le era molesto cuando se besaban?
En el pasado, sus citas de una noche a menudo se quejaban de quemaduras por su barba cuando se besaban o cuando estaba en otras partes del cuerpo, así que era otra razón para mantener su rostro limpio. Pero Jamie no le había dicho nada al respecto.
Se acomodó la cazadora y su teléfono sonó en alguna parte de su cama. Lo encontró bajo una de las almohadas, frunciendo el ceño al ver el nombre en la pantalla.
"¿Hola?"
"¿Qué tengo que hacer para que me des una llamada? Soy tu madre, Grayson." Ella suspiró pesadamente. "¿Cómo has estado? Ha pasado más de un mes ya, lo único que he sabido de ti viene de lo que puedo sacarle a tu tía."
Se sentó en el borde de la cama y se pasó una mano por el cabello. "Estoy bien. Solo quería apartarme de todo por un tiempo. Como dijiste, necesitaba darme un tiempo para volver a ser humano." Sonrió cuando ella jadeó molesta. "No tienes que preocuparte." Antes de que ella comenzara su interrogatorio, la cortó. "¿Cómo está papá? ¿Pudiste sacarlo de casa?"
"Ah, tu padre. Sabes como es, pero sí, de hecho lo convencí de tomarnos unas vacaciones mientras estás lejos." Su voz sonaba alegre. Casi podía verla sonreír. "La empresa está bien por el momento. Gill estará a la cabeza por un tiempo, claro, después de que tu padre le diera un entrenamiento exhaustivo, para asegurarse de que todo funcione correctamente."
Henry Gillmore. Era un viejo empleado de su padre. El hombre tenía como cincuenta, pero siempre fue la mano derecha de su padre. Eran buenos amigos y también era cercano a la familia. Tenía sentido que su padre dejara la empresa en sus manos. Era el único otro en el que probablemente confiaba.
"Hará un buen trabajo."
"Lo sé. Entonces, ¿cuánto tiempo piensas quedarte en el racho? Si te soy honesta, no pensé que durarías dos semanas ahí, pero tu tía dice que te ves más animado estos días." Ella hizo una breve pausa. "¿Algo pasó? Por favor, no me digas que te metiste con una mujer y estás detrás de su falda. Grayson... ¿no has aprendido nada todavía? Tu ex me ha llamado unas cuatro veces en lo que va del mes."
Hubieron dos golpes en la puerta. Suspiró mientras se ponía de pie. "No es mi problema. Le dije que no era una relación seria." Abrió y se encontró con los suaves ojos de Jamie mirándolo fijamente. Grayson frunció el ceño, pero se hizo a un lado para dejarlo pasar. Cerró con suavidad. "Ella fue quien se obsesionó conmigo. No me puedes culpar por eso."
Jamie comenzó a recorrer su habitación sin pedir permiso. Grayson se quedó en la puerta mientras hablaba con su madre. Sus ojos, inevitablemente, bajaron a la altura del culo redondo. Se humedeció los labios, recordando que había metido sus dedos en él y se había sentido muy bien.
"Dijo que le diste un anillo."
"¿Qué? No... no creo. No lo sé." ¿Le había dado un anillo? Se frotó la cara. "Si lo hice, te aseguro que no fue porque quisiera pedirle matrimonio."
Jamie lo miró por un momento antes de girar la cabeza. Abrió uno de los cajones y comenzó a revisar.
"Bueno, la chica se hizo una idea equivocada entonces." Su madre suspiró pesadamente. "Solo prométeme que no irás a ilusionar a una pobre mujer allá."
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[GAY] Perfecto Error
Romance[GAY] Trabajar, ir a casa, dormir, despertar. Trabajar, ir a casa, dormir, despertar... Su vida se ha convertido en una rutina desde hace diez años. Diez años que han drenado la emoción y felicidad de su vida arrastrando a las personas que lo rodean...