Capítulo siete

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Ambos chicos despertaron con un tremendo dolor de cabeza

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Ambos chicos despertaron con un tremendo dolor de cabeza.

Jackson por culpa de su borrachera de la noche anterior y Jaebeom por llorar hasta quedarse dormido.

Cuando Jaebeom se despertó no se sorprendió al ver su demacrado rostro en el espejo, sus pequeños ojos rojos y grandes bolsas debajo de los mismos. Lavó su rostro y aseó su cuerpo antes de colocarse el uniforme y tomar su mochila.

JinYoung estaba en la mesa del comedor conversando con su padre. Se callaron en cuanto cruzó el umbral, Jaebeom pronto notó que era porque hablaban de él. No quiso comentar nada al respecto y comenzó a comer de sus tostadas con huevo.

En otra ocasión, el señor Lim le habría recriminado por comenzar a comer sin agradecer a dios por los alimentos, pero solo por ese día lo dejó pasar. Jaebeom aún estaba sensible.

Como todas las mañanas, caminaron juntos hasta la escuela. En el camino, se encontraron con Jackson quién iba un par de pasos más adelante que ellos, tenía el semblante serio y miraba hacia el suelo mientras caminaba.

JinYoung hizo una mueca de desagrado, luego de los desaires con los cuál Jackson les trató se había creado una mala impresión de él. Jaebeom en cambio, comenzaba a agradarle el chino. Compartió su almuerzo con él, cuidó de él, lo llevó hasta su casa y no se marchó hasta que se aseguró que estaba bien, aquello último se enteró porque escuchó perfectamente su conversación con su padre antes de quedar dormido.

Durante las clases, Jaebeom notó lo decaído que Jackson se encontraba. Mantenía la cabeza gacha y a la hora del almuerzo sacó una botella de agua de su bolso y permaneció sin moverse. Jaebeom miró su plato de kimichi y arroz, mordió su labio inferior y se puso de pie con el plato en las manos. Jaebeom sabía ser agradecido, y su Jackson fue capaz de compartir sus ricos fideos con él no dudaría en hacer lo mismo.

Se sentía entusiasmado camino al pupitre de Jackson, sin embargo, Hwa Sa actuó más rápido que él y se sentó al lado de Jackson brindándole un apetitoso pollo frito. Jaebeom suspiró, y con los ánimos por el suelo regresó a su asiento.

Los padres de Hwa Sa eran dueños de un popular local de pollo frito en el pueblo, sus pollos fritos picante eran emblemáticos y su sencillo plato de kimichi recalentado con un poco de arroz no hacía competencia. Era un tonto por pensar que podía agradecerle de esa manera. Sus ánimos de comer se esfumaron, JinYoung pronto se dio cuenta de esto y se sentó a su lado.

— ¿Y esa cara de muerto? —Preguntó JinYoung preocupado.

Jaebeom negó, pero su amigo era insistente. Lo conocía lo suficiente para saber que algo pasaba con él. Un gritó interrumpió los pensamientos de los chicos, Jackson se había levantado de su asiento alterado, sus ojos estaban rojos a igual que su nariz, intentaba refrescar su lengua con su mano mientras balbuceaba cosas en mandarín. Whee In rápidamente le acercó un poco de su leche para calmar el ardor.

Hwa Sa se mostraba muy arrepentida, no sabía que Jackson no toleraba en picante. Aun así, el chico no lo tomó de mala manera. El resto de las clases, Jackson permaneció con los ojos llorosos y moqueando con frecuencia.

Al final del día, JinYoung le avisó que saldría con su novia, lo que le hizo pensar que estaba a salvo de su conversación pendiente. —Ni creas que lo he olvidado, esta noche voy a tu casa.

Dijo JinYoung antes de marcharse. Jaebeom suspiró, al final de cuentas no pudo deshacerse de la conversación. Camino a casa se preguntaba ¿Por qué lo ocultaría en primer lugar? JinYoung era su mejor amigo, se contaba absolutamente todo. No entendía porque de repente sentía la necesidad de ocultarle algo.

Su casa estaba vacía, a esas horas su padre debía estar resolviendo asuntos de la iglesia. Quiso preparar algo de comer para él, y tras mirar por un largo rato el cuaderno de recetas de su madre se decidió por bulgogi. Era uno de sus platos favoritos y su padre lo amaba por igual.

Preparó los alimentos con mucha dedicación y cariño, una vez terminó el plato, probó la carne y suspiró por lo deliciosa que estaba. En unos envases plásticos sirvió para su padre y la abuela de JinYoung. En ese momento, recordó a Jackson y los ricos fideos, pensó que llevarle un plato de bulgogi era una buena manera de agradecerle.

Primero, caminó hasta la iglesia para entregarle la comida a su padre y luego fue donde la abuela de JinYoung. La señora lo recibió con cariño y Jaebeom le ayudó a preparar la mesa antes de irse.

Camino al trabajo de Jackson, Jaebeom comenzaba a ponerse nervioso. ¿Le gustará su comida? ¿No será intolerante a la carne por igual? ¿Qué pasa si es vegetariano? Miles de tontas preguntas inundaron la mente del pelinegro. Quería huir, pero ya era demasiado tarde. Jackson estaba en el mostrador, le miraba con confusión. Pensó en fingir que iba a comprar algo, pero era tonto, no traía dinero consigo.

Con falsa seguridad de acercó al mostrador, de su mochila extrajo el contenedor con la comida y lo extendió con timidez. —Quiero agradecerte por lo que hiciste por mi ayer, y disculparme por mi comportamiento inicial... Preparé este plato, se llama bulgogi. Espero que te guste.

Jackson miraba al chico y a medida que hablaba una sonrisa hermosa surgía en sus labios. Tomó el plato de comida y rozó los dedos de Jaebeom en el proceso. —No es nada, no tenías porque hacerlo. Estoy seguro que estará delicioso, muchas gracias, Jaebeom.

— Tenía que hacerlo... Mi comportamiento no fue el mejor ayer.

Jackson asintió, y volvió a sonreír. Era inevitable para él no pensar en lo atractivo que era Jaebeom, y en lo adorable que se veía al actuar nervioso y jugar con la cremallera de su sudadera.

— Descuida, todos tenemos malos días.

Jaebeom no sabía que más decir, mordió su labio y Jackson se obligó a mirar a otra parte. Ese chico era increíblemente atractivo y dudaba que él sea consciente de lo irresistible que se veía mordiendo su labio de esa forma.

— Mhn. —Soltó con torpeza Jackson. — Yo... Debo seguir trabajando.

Jaebeom se sintió estúpido por haberse quedado allí más de la cuenta. Jackson por igual se sintió estúpido, pero por haber soltado esa tontería.

— ¡Espera! —Gritó antes de que Jaebeom abandonara la tienda. — ¿Crees que podamos vernos otro día? Ya sabes, salir...

Jaebeom asintió con una sonrisa y salió de la tienda dejando a un emocionado Jackson. ¿Será que Jaebeom también era homosexual?

Agitó su cabeza para deshacerse de esos pensamientos. Jaebeom es un amigo. Jaebeom es el hijo del pastor. Si no quieres que tu pasado regrese, recuerda, eres heterosexual.

Se decía a sí mismo en la mente mientras entraba en la caja registradora la cantidad de dinero equivalente a una botella de vino barata.

Se decía a sí mismo en la mente mientras entraba en la caja registradora la cantidad de dinero equivalente a una botella de vino barata

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Pecado ; jackbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora