Capítulo dieciséis

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Jackson llegó a la escuela el lunes con la peor resaca de su vida

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Jackson llegó a la escuela el lunes con la peor resaca de su vida.

Nadie parecía notarlo.

Jaebeom lo hizo.

Teniendo una madre alcohólica, reconocer una resaca fue pan de cada día para él durante mucho tiempo.

Estaba molesto.

No se acercó a él en el almuerzo, prefirió ir a interrumpir la melosa escena de JinYoung y su novia, sacó los dumplings de pollo que preparó para Jackson y se la entregó a su amigo.

Pasó el resto de la mañana evitando al chino, y este no era estúpido, se dio cuenta de aquello a pesar de su estado.

— ¡Jaebeom! —Gritó Jackson a la salida.

No respondió y continuó caminando, JinYoung y su novia miraron al chico buscando respuestas pero este solo se encogió de hombros. —Es un idiota.

—Hasta que te das cuenta. —Soltó JinYoung, tomando la mano de su novia. Se despidieron con un gesto y se alejaron de él, Jackson aprovechó esto para correr hacia Jaebeom y sostener su brazo.

—Suéltame. —Gruñó el coreano.

— ¿Puedo saber que te pasa? —Preguntó Jackson, soltando su brazo.

— Nada. —Respondió. — No me pasa absolutamente nada.

El rubio rodó los ojos, estaba siendo tan inmaduro. Jaebeom se giró para continuar con su camino pero Jackson no se lo permitió, volvió a cogerlo. —Tú y yo vamos hablar.

Jackson lo conducía al parque, y el pelinegro quiso morirse. No quería ir a ese lugar, no pisaba ese lugar con frecuencia desde lluvioso día de la muerte de su madre. Siempre acababa llorando, destrozado.

Intentó escaparse, murmuraba repetidas veces que lo soltara, que no quería ir allí. Jackson pensó que el coreano estaba siendo infantil al querer negarse hablar con él, no entendía que ese parque era la perdición de la familia Lim.

— ¡Joder, Jaebeom! —Gritó Jackson exasperado, el coreano aprovechó para largarse a correr con los ojos llorosos.

En ese momento supo que la había cagado, pero no supo porque.

Resopló y metiendo las manos en el bolsillo comenzó a caminar.

Se detuvo frente al árbol del centro, era un hermoso cerezo que en sus raíces siempre estaba lleno de flores.

No era la primera vez que notaba ello, pero si era la primera vez que se dedicaba a leer la inscripción de una placa en medio de las flores.

En memoria de Lim Hyejin.
Flor de nuestro pueblo,
Vive por siempre en nuestros corazones,
Te aman por siempre, Lim Jonghae y Lim Jaebeom.

Mierda.

Lim Hyejin era la mujer más preciosa, sin ganas de exagerar

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Lim Hyejin era la mujer más preciosa, sin ganas de exagerar.
Desde su nacimiento, ganó mucha atención por su singular belleza.

Ganó más concursos de belleza de lo que podía haber contado nunca, salía en revistas, entrevistas televisivas e incluso cameos en series populares.

Esa fue su infancia.

Sin embargo, se sentía vacía, usada, destrozada.

Cuando probó las drogas por primera vez, tenía dieciséis años, sus padres tardaron menos de un año en darse cuenta de ello y decidieron enviarla a un centro de rehabilitación cristiano al extremo del país.

Hyejin pensó que odiaría ese lugar, y así fue durante mucho tiempo. Hasta que conoció a un aspirante a pastor que cambió su vida por completo, y a bien.

Jonghae era el hombre ideal, la amó y la ayudó en su proceso hasta el final. Le enseñó que era el amor en toda la extensión de la palabra, le enseñó no solo amar a Dios, le enseñó amarse a sí misma y amar a un hombre.

Cuando cumplieron veinte años decidieron casarse, y Jonghae la llevó a vivir a su lugar de origen, Jinghae. Allí fundaron su congregación, eran sumamente felices.

Cinco años más tarde, un ángel llegó a sus vidas, Lim Jaebeom. En ese momento, ambos se dieron cuenta que nada sería más importante que esa criaturita en sus brazos. Pero, las cosas no fueron tan fáciles.

Un día, luego del segundo cumpleaños de Jaebeom, Hyejin fue a la ciudad para organizar un papeleo bancario. Eran pasadas de la media noche y la mujer no regresaba, Jonghae estaba demasiado preocupado.

Ella cruzó la puerta de la casa a las ocho de la mañana del día siguiente, completamente borracha. Su esposo se contuvo a no molestarse y cuidó de ella, pensó que sería la última vez.

Estaba equivocado.

Una vez escuchó que las adicciones no se curaban, y comenzó a sospechar que era cierto.

Su esposa había caído en las drogas de nuevo, Jonghae decidió prohibirle salir del pueblo para limpiarla y funcionó, en el pueblo no había drogas. Pero si alcohol.

Se convirtió en una alcohólica, descuidó a su hijo, a su esposo, a su hogar, a si misma... Se perdió.

Cayó en una depresión profunda que ningún Dios o psicólogo pudo curar.

Una mañana lluviosa el pueblo despertó con un grito de conmoción.

Lim Hyejin, la mujer más amorosa, hermosa y cariñosa del pueblo estaba colgada del árbol de cerezos del pueblo

Lim Hyejin, la mujer más amorosa, hermosa y cariñosa del pueblo estaba colgada del árbol de cerezos del pueblo

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Este capítulo me rompió el corazón :( 

Ya podemos entender un poquito el comportamiento de los Lim, de porque Jaebum está tan enojado con dios y porque su papá es como es, están canalizando sus frustraciones. 

OMG ME FUE TAN BIEN EN EL EXAMEN DE FÍSICA, ESTOY MEGA FELIZ. 
Quizás me anime a publicar más capítulos hoy, no sé.

Pecado ; jackbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora