Con la muerte de la abuela de JinYoung, no había tenido la oportunidad de ver a Jackson, y comenzaba a desesperarse.
Extrañaba tenerlo en brazos y de cierto modo protegerlo.
Esa mañana había salido a la ciudad para, según él resolver unos asuntos y ahora él le esperaba en la estación de trenes al borde de la desesperación.
Jackson aún no llegaba.
— ¡Jaebeom! —Escuchó una voz detrás de él. Sonrió, podía reconocer esa voz en cualquier lugar.
Jackson estaba allí, luciendo tan hermoso como siempre. Quiso correr a sus brazos y besarlo, en cambio solo sonrió y caminó detrás de él.
— No te vi bajar de ningún vagón.
— No vine en tren.
— ¿No? ¿Y cómo has llegado?
Ahora que lo pensaba, Jackson le llevaba al estacionamiento de la estación. En el pueblo no más cuarenta personas tenían un auto, por eso no se sorprendió al encontrarlo desierto, no había un solo alma por allí. Jackson cubrió sus ojos por detrás y besó su mejilla. —Te tengo una sorpresa.
Caminaron un poco más, y en un punto, Jackson se detuvo para retirar sus manos. Frente a ellos, estaba una hermosa motocicleta negra, lucía impecable. — ¿Te gusta, Jaebeom?
— Es preciosa, Jack. Me gusta mucho, y te queda a la perfección.
— Ahí se fueron parte de mis ahorros. —Confesó riendo.
— Estoy muy feliz por ti. —El mayor besó los labios del chino y este sonrió, apretando sus caderas.
— ¡Joder, hermano! ¿Cómo que lo has olvidado? —Decía un molesto Youngjae por teléfono mientras subía las escaleras de la estación hasta el estacionamiento. Su hermano había olvidado ir por él.
Rodó los ojos cuando colgó el teléfono, y levantó la vista. Youngjae casi se desmaya con la imagen que encontró frente a sus ojos.
Jaebeom, el amor de la vida de su hermano, y un tipo rubio extraño se estaban besando contra una motocicleta. Parpadeó un par de veces y alzó su móvil para tomar unas fotografías.
Volvió a bajar las escaleras corriendo y detuvo a la primera señora que encontró en el camino. — Disculpe ¿Sabe dónde queda la casa del pastor Lim?
Ese idiota me las va a pagar, pensaba Youngjae camino a la casa de la familia Lim. Nadie se mete con mi hermano.
— Quiero mostrarte un lugar. —Dijo Jackson, aún con Jaebeom en sus brazos.
— ¿Si?
Jackson asintió, besó su frente y colocó un casco en su cabeza. —Primera parada, mi casa.
Le daba alto miedo subir a la moto, pero Jackson le dio la confianza para hacerlo, ambos subieron a la motocicleta y se dirigieron a la casa de Jackson, este corrió al interior y a los pocos minutos regresó con una mochila y pidió a Jaebeom que la llevara.
Era demasiado pesada, aun así no dijo nada y se dejó llevar. Jaebeom amaba estar abrazado a Jackson y aspirar su aroma mientras manejaban.
No tenía idea al lugar donde iban, pero confiaba en Jackson más que en nadie.
—Llegamos, Jae.
Tras bajar de la moto, quitó su casco. Estaban en el bosque del pueblo, era hermoso a esas horas del día.
Era extraño encontrar personas en esa zona, siempre estaba solitario y tranquilo. —Me encanta venir a este lugar, es tan... Alejado de todo.
Jaebeom asintió, tenía toda la razón. —Nadie acostumbra a venir por los osos, he escuchado historias.
— ¡¿Qué?!
Jaebeom comenzó a reír. Jackson podía ser tan ingenuo a veces. —No seas bobo, Jack. No hay osos.
Jackson rodó los ojos y extendió su mano—Dame la mochila, bebé.
Jaebeom caminó hasta quedar más cerca y entregó el bulto su amor. — ¿Qué es, Jackson?
— Ya verás, mi amor.
Se adentraron unos metros en el bosque, a pesar de que pronto la noche caería no sintió nada miedo, no con Jackson a su lado. Lo apretaba contra su pecho y daba tiernos besos en su frente, era maravilloso.
Llegaron a un punto del bosque muy distinto, era como si en algún punto había estado habitado. Había unas pocas ruinas de paredes que en su momento fueron casas, los chicos tomaron asiento en un bloque de concreto, a unos diez metros de uno de los restos de pared más grandes.
— ¿Cómo encontraste este lugar, Jack?
— Una vez tuve una pelea con mi madre, quería olvidarme de todo.
Jackson abrió la mochila, y de su interior extrajo una botella de whiskey la mitad del líquido estaba consumido. — ¿Qué haces, Jackson?
El chino se puso de pie en el bloque de concreto y lanzó con todas sus fuerzas la botella hacia la pared, observó como el cristal se hacía añicos. —Me estoy deshaciendo de mis demonios... ¿Me ayudas?
Jackson le lanzó una botella de cerveza y Jaebeom sonrió. —Por supuesto.
Los chicos comenzaron a lanzar botellas de alcohol contra la pared hasta acabar con la última botella. Jaebeom abrazó al chino y le besó. —Prometo ayudarte en este proceso, mi amor... Estoy tan orgulloso de ti.
Este es el antepenúltimo capítulo :o estoy tan emocionada y feliz, me alegra tanto saber que tantas personitas están disfrutando de mi trabajo, me hace sentir demasiado feliz. Luego de que el epílogo sea publicado comenzaré a editar la novela, quizás modifique algunas cosas pequeñitas, no sé. ¿Qué les ha parecido hasta ahora?
PD luego de un año: Nunca edité un carajo, jajaj. Hasta ahora me acordé, ups.
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Pecado ; jackbeom
FanfictionLim Jaebeom es el hijo del pastor de la iglesia de Jinghae, un pequeño pueblo al sur del país donde la población no supera a los 500 habitantes, en su mayoría fieles devotos a dios. La calma del pueblo se ve alborotada con la presencia de una nueva...